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Peter Kreeft, en edición del Instituto John Henry Newman (Universidad Francisco de Vitoria)

Relativismo: ¿relativo o absoluto?

Pablo Velasco Quintana. 13 de mayo. El 18 de abril de 2005, el entonces cardenal Joseph Ratzinger durante la homilía de la misa pro eligendo Romano Pontifice, hizo famosa la expresión dictadura del relativismo que “se va constituyendo y no reconoce nada como definitivo y sólo deja como última medida el propio yo y sus ganas”.

La fascinación por lo opinable lleva a afirmar que no hay nada definitivo, que todo depende. “Si al hombre se le excluye de la verdad, entonces lo único que puede dominar sobre él es lo accidental, lo arbitrario. Por eso no es fundamentalismo, sino un deber de la humanidad el proteger al hombre contra la dictadura de lo accidental que ha llegado a hacerse absoluto, y devolver al hombre su propia dignidad que consiste precisamente en que ninguna instancia humana pueda dominarlo, porque él se encuentra abierto hacia la verdad misma” continúa Benedicto XVI en Fe, verdad y tolerancia.

El fenómeno del relativismo es tan viejo y tan actual como el propio hombre y su apertura inteligente a la verdad.

Hoy, para fomentar el debate, el Instituto John Henry Newman de la Universidad Francisco de Vitoria ha tenido el acierto de publicar en España con una cuidada edición la obra del filósofo Peter Kreeft Relativismo: ¿relativo o absoluto?

Es un libro de estilo socrático, es decir, estamos, como en los diálogos platónicos, ante una conversación. La entrevistadora es una mujer negra, feminista, defensora del relativismo moral llamada Liberty Rawls (un recurso irónico del autor para señalar uno de los puntos del problema, la libertad transformada en libertinaje que carece de la verdad). El entrevistado, que encarna la postura del realismo moral, es un palestino árabe musulmán de nombre Isa Ben Adam. La elección de este personaje nos recuerda que el realismo no es patrimonio exclusivo de una civilización, ni de una religión, si que estamos más bien ante un patrimonio de la humanidad, pues el hombre es por naturaleza realista. 

Su título original es “A refutation of moral relativism: interviews with an absolutist”. Como bien explica Alfonso Aguilar, en el lúcido prólogo que introduce la obra en la edición española, “por absolutista Kreeft no entiende lo que normalmente entendemos. La palabra absolutismo viene del latín ab-solutum, (liberado de); significa por tanto aquello que existe de modo independiente o incondicionado. En contexto gnoseológico, “absoluto” es toda verdad que no está sujeta a las condiciones subjetivas de cada individuo, ni a los elementos exclusivos de una cultura, sociedad o época histórica”. Es decir, que hay verdades que son absolutas, universales, objetivas, perennes, inmutables, independientes del pensar humano.

Las palabras de Benedicto XVI no eran un recurso poético, el relativismo es un verdadero totalitarismo, es la dictadura de los espíritus, y lo más grave es que se trata de una opresión encubierta.

Relativismo: ¿relativo o absoluto? es una obra imprescindible, una brújula para el momento actual. No es una condena, sino un instrumento dirigido a todo hombre para ayudarle a buscar la verdad, para ayudarle a encauzar las fuerzas de su amor, para indicarle el lugar donde debe buscar.

Relativismo: ¿relativo o absoluto?
Peter Kreeft
Edita: Instituto John Henry Newman (Universidad Francisco de Vitoria)

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