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Diario YA


 

Algunos postmodernos seguidores de horóscopos y oteadores de estrellas en los montes, prefieren hablar de lágrimas de San Lorenzo y confundirlas con mitos perseicos

SAN LORENZO: MÁS QUE ESTRELLAS PERSEICAS

Fidel Garcia Martínez. Catedrático y Doctor Filología Hispánica. San Lorenzo, el real e histórico, es uno de los santos  que configuran la intrahistoria no laicista de toda España. Como decía Pedro Poveda - el canónigo santo y mártir que a los pies de la Santina de Covadonga ideó la gran obra educativa de la Institución Teresiana - Gijón tiene tiene dos joyas:   San Lorenzo  con su playa,  y su más ínclito prócer Melchor Gaspar de Jovellanos, el azote moral  de los corruptos que malversaban  caudales públicos, como lo dejó plasmado en su testamento retórico-político: Memoria en Defensa de la Junta Central.
     Lorenzo - el diácono de Huesca - sigue teniendo en España su repercusión, no solo playera.  En muchas iglesias y ermitas  se pueden contemplar  retablos e iconos  que lo pintan  con sus atributos:  casulla  roja,  palma  e instrumento martirial, la parrilla, donde fue asado vivo. Felipe II, el gran Rey, - cuya memoria, quemada por la leyenda negra. ha sido reivindicada, por enésima vez, recordando en los cursos de La Granda, al más ilustre hispanista y premio Princesa de Asturias Jhon Elliot (QEPD) -  El Rey en cuyos dominios no se ponía el sol, dedicó a San  Lorenzo, la considerada como octava maravilla del Mundo, el Monasterio de El Escorial.
    Algunos postmodernos seguidores de horóscopos y oteadores de estrellas en los montes, prefieren hablar de lágrimas de San Lorenzo y confundirlas con mitos perseicos. Ya, el sabio más grande de Occidente, Agustín de Hipona,  dejó clara la cuestión; lo importante no es seguir el camino errante de las estrellas, sino cómo se va al Cielo de los Bienaventurados, done seguro que está San Lorenzo.
El conocimiento de las estrellas y de las galaxias se está modificando sustancialmente como está demostrando por el prodigioso telescopio espacial  James Webb  que envía datos de las galaxias más próximas a la Tierra, con sus 18 espejos dorados y deja en evidencia las fantasías del autor del Gen Egoísta y de los espejismos ateístas, Dawkins, sobre aparición de la vida y Universo pues  afirma  no saber nada del proquén y  los atribuye  a la casualidad  nihilista.  Algunos astrofísicos, más humildes por más creyentes, piensan que el Universo tiene un principio y un fin en el Creador de todo lo visible  y lo invisible, porque antes del famoso  y cuestionado Big-Bang no existían ni el espacio ni el tiempo.

 

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