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Diario YA


 

Tras la bandera confederada

Daniel Ponce Alegre.Delegado para Levante de Diplomacia S.XXI.

Nos encontramos en días, y años, de gestos y símbolos.

No sólo en España se empeñan algunos en hacer desaparecer la historia más reciente, que quieren recrear a su imagen y semejanza, quitando letreros de calles, estatuas y placas, y poniendo las que ellos consideran " neutrales ": el otro día escuché a una representante de Podemos proponer calles como " la Alcachofa " o " la Armonía ", por caridad cristiana no digo lo que pienso. También se hacen desaparecer símbolos de historia milenaria en Palmira o en Bagdad a manos de los islamistas del ISIS, no es extraña la semejanza, como no fue a lo largo de la historia del siglo pasado la estrecha relación entre el nacionalsocialismo, el comunismo y la masonería con el islam, de estas relaciones he tratado en artículos pasados y en análisis recientes en la Revista Diplomacia S.XXI.

Cuando perdemos el fondo y las raíces, ancladas en una ideología sólida y veraz que satisfaga nuestras inquietudes y anhelos humanos de paz, seguridad y libertad, " la libertad de los hijos de Dios ", lo único que nos queda es el vacío, y para que ese vacío no sea inquietante y aterrador sólo les queda a los políticos cubrirlo con formas y apariencias, con símbolos que nos calmen, con gestos ensombrecedores.

Hace menos de un mes se produjo en Charleston, Carolina del Sur, la matanza, a manos de Dylann Roof, de nueve personas en una iglesia cristiana de dicha localidad, las personas eran de raza negra.

Entre las imágenes que más se distribuyeron del asesino se encuentra la que aparece en la cabecera de este artículo, donde se ve al asesino con la Bandera Confederada que la población negra de EE. UU. relaciona erróneamente con la esclavitud, y que ha llevado en los días siguientes a la petición enloquecida, por parte de dicha población fundamentalmente, de la desaparición de la Bandera Confederada de los edificios públicos, como en el caso del Ayuntamiento de Charleston o del Congreso Estatal de Carolina del Sur.

Ese hecho se produjo el día de ayer, y tras él hay más que la eliminación de un símbolo histórico, como lo hay también tras la eliminación de todo lo que recuerde el periodo en que gobernó Franco, o de la eliminación de unos budas en Afganistán, o de unas esculturas persas en Bagdad o en Palmira, hay una idea social y política tras la eliminación de esa bandera: la Confederación Americana, y tras la Confederación, un espíritu impulsor basado en valores cristianos.

Respecto a la eliminación de la Bandera de la Confederación no perdamos de vista tampoco el contexto de meses atrás de violencia entre la policía y la población negra en los Estados de Missouri y Alabama: recordemos que un gesto calma.

En este punto del artículo de hoy deseo mostrar al lector un hecho histórico que le permita reflexionar y ver más allá del simple hecho de quitar una bandera, es decir que los árboles no le impidan ver el bosque:

" El 11 de abril de 1865 el ejército confederado en el frente del este se había rendido a manos del General Lee en Appomattox Courthouse. El presidente de los Estados Confederados de América, Jefferson Davis y su familia se había trasladado nueve días antes con los restos del gabinete gubernamental de la capital, Richmond, a Danville, donde a finales de mes se inició la huida general tras el inevitable derrumbe de las estructuras estatales de la Confederación. El 9 de mayo de 1865 fueron capturados por una partida de caballería federal en Irwinville, Estado de Georgia.

El triunfo del Norte sobre el Sur había sido total, la república constitucional confederada, refundada sobre los principios de libertad de 1776, había sido aplastada por vía militar, al más puro estilo imperial romano, la soberanía de los estados de la Unión eliminada y la autoridad del nuevo régimen federal unitario confirmada.

Norteamérica jamás volvería a ser lo que originariamente fue, como tampoco lo fue Roma tras la consolidación del Imperio ".

A día de hoy, aún quedan " supervivientes " de los Estados Confederados de América.

La Unión Federal, los EE. UU., no se puede permitir que sus ideales de libertad vivan, y ha de aplastarlos, tal y como hizo con sus antepasados, algunos de ellos habían vivido durante la Declaración de Independencia de las Colonias.

Volviendo al símbolo, no dejemos que nos ciegue o turbe, aunque tampoco permitamos que quede impune del castigo.

Durante su cautiverio, Jefferson Davis tuvo muy escaso número de visitas y contacto humano, y bien poca correspondencia le fue permitida que sació con su lectura de la Biblia, que le fue permitida. Pero alguien con quien había correspondido durante la Guerra en los tonos de mayor cordialidad para iras del Norte liberal , se acordó de él: el Papa Pío Nono.

Sobre esta relación, el papel ejemplar del Papa Pío IX y de los cristianos católicos durante la Confederación Americana hablaré, Dios mediante, en próximos artículos, basándome en documentos históricos que he recibido desde Roma.

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