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Diario YA


 

Para la Crítica Espiritual, la Cruzada nació de una explosión de Fe

¿ Qué debe fundamentar y motivar nuestra vida como Cruzados ?

Daniel Ponce Alegre.

Teólogo. Diplomado en Seguridad y Defensa.

Los caballeros que fundaron en el año 1118, estamos Conmemorando los 900 años, la Orden del Temple participaron unos años antes, en 1095, en la Primera Cruzada, y lo hicieron de muy diversas maneras:

Económica.

Militar.

Logística.

Sacerdotal.

Para la Crítica Materialista, la Cruzada supuso un fenómeno comercial. Una aventura de expansión que buscaba la creación de bases que facilitases el comercio con Oriente.

Para la Crítica Espiritual, la Cruzada nació de una explosión de Fe, de indignación por la falta de respeto a los hermanos y a la Iglesia y de ardor o celo por hacer el Bien y lo Justo.

En todos los casos las Cruzadas brotaron del Ideal Cristiano de la Tierra como antesala del Reino de Dios. Un Ideal Cristocéntrico de Seguridad y Defensa.

Un análisis integral serio de lo que fueron las Cruzadas superpone las dos visiones, la material y la espiritual, con claro predominio de la Espiritual en el origen, impulso y alma del movimiento.

Quien no quiera concebirlo así está condenado a no comprender ni una sola palabra de lo que realmente fue la Cruzada y lo que puede ser en la actualidad en un Mundo bajo el multiculturalismo, el sincretismo religioso y el gnosticismo - esotérico  como modelos espirituales; el comunismo, el socialismo y el nacionalismo como ideales políticos y la ideología de género - LGTBI como moldeadora social.

La comprensión completa de la acción y del movimiento Cruzado requiere Historia, de España y de toda la Cristiandad, y Espada, es decir, Estudio y Milicia: Palabra y la Acción de Combate Político. Han sido de especial ayuda para mí en estos últimos años los libros: Historia de las Cruzadas, La Epopeya de las Cruzadas y, Mazmorra, hoguera y espada.

El Papa San Gregorio VII, monje enérgico y espiritual, había pensado muy seriamente cortar las amargas y estériles disputas ( como las que se dan hoy día en muchos partidos de ideario cristiano ) que dividían a los príncipes de la Cristiandad y proponerles a todos un objetivo común de enorme atractivo para aquella época:

" Realizar en Oriente el rescate de los Santos Lugares cristianos, sobre todo el Sepulcro de Cristo, que llevaba muchos siglos en manos infieles, con el mismo espíritu de Cruzada que algunos de los pontífices habían proclamado para la Guerra Santa ".

La actuación de los cristianos en toda " Hispania " contribuyó a asegurar la Verdadera Fe, y servir como dique de contención frente al Islam y al judaísmo cabalístico esotérico, como sucedió siglos después con la sabia expulsión, por parte de los Reyes Católicos, de judíos y musulmanes, y más siglos después, con la lucha dirigida por el General Francisco Franco Bahamonde, frente al Comunismo, al Socialismo y a la Judeomasonería disgregadora de la Nación y corruptora de la Verdad, así como de lo que es Bueno y Santo.

Fue el sucesor de Gregorio VII, Urbano II, el que abordaría esta Empresa. Con elevado y acertado sentido Ecuménico comprendió que su Proyecto de Cruzada sólo se podría realizar a través de la Alianza con el que aún era y se llamaba Imperio Romano de Oriente, con su capital en Constantinopla-Bizancio, y que ahora está representado en Rusia con su capital en Moscú.

La noticia voló inmediatamente por toda la Cristiandad " Deo lo Volunt ": ¡¡¡ Dios lo quiere !!!. Toda la Cristiandad vibraba con los preparativos y las adhesiones aumentaban. Europa entera se volcó en la Cruzada en expresión de su Fe y devoción a Jesucristo... ¡¡¡ A Cristo Rey !!!.

Es la mayor expresión de nuestra vida como Cruzados, hacer frente a la destrucción de la Cristiandad que tenemos en las puertas, ya sea que ésta venga por vías islámicas, nacionalistas, socialistas o comunistas, teniendo la visión clara de que tras ellas está la Judeomasonería globalizante y disolvente del Mensaje de Cristo, y que pretende un Nuevo Orden Mundial hecho a la imagen y semejanza de su Padre, el Diablo y Satanás.