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el profesor villacís, de la universidad san pablo ceu, lo explica en este artículo para diario ya

¿Qué es la deflación?

El profesor José Villacís

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José Villacís. 13 de febrero.

Deflacionando

La deflación es una disminución continua de los precios en un proceso dinámico basado en una disminución persistente de la demanda agregada en el sistema. Cuando la demanda disminuye los empresarios se ven obligados a disminuir el precio de los productos para poder venderlos. De esta forma el mercado busca el equilibrio entre lo que se produce y lo que se demanda, pero no puede lograrse, por el comportamiento de los consumidores que posponen las ventas-así disminuye la demanda-, pensando que el periodo siguiente los precios serán inferiores.

Para los clásicos, la disminución de los precios aumentaba la capacidad de compra, lo que contribuiría no solamente al equilibrio sino al crecimiento de la producción. En un sentido dinámico no es tan sencillo ese argumento debido al comportamiento o expectativas de los compradores que posponen las ventas y empobrecen periodo tras periodo la demanda agregada.

La deflación es una consecuencia de la recesión económica, y provoca a su vez una recesión futura mucho más intensa. La deflación y la recesión son fenómenos cocausales. La preocupación del gobierno por la deflación es mucho más intensa que en su momento se produjo por la inflación, ya que genera fuerzas que agravan la recesión.  Por ahora existe una cierta confusión en el sentido de que se acusa al descenso de los precios del petróleo como el origen de la deflación. Esto no puede llamarse deflación, sino cuando parte de la tradicional cesta de la compra (o mejor su índice de precios representativo: el IPC) empiece a bajar, y sobre todo el sector servicios. En los periodos recientes los centros comerciales de ropa, con mayor intensidad, y los alimentos con menor, empiezan a disminuir los precios y a hacer ofertas históricamente bajas. 

Este es el escenario que amenaza con producirse en España, en muchos países de la UE, Estados Unidos, y otros países como China. El FMI define la deflación cuando se produce un descenso de los precios durante dos trimestres seguidos, y si la tendencia en España admite una seria preocupación, todavía no hay un horizonte de tiempo suficiente para considerarla. El gobierno esperaba una inflación en el 1,4% una vez concluido 2008, y parece que siga bajando en los primeros meses de 2009 y ahora nos toca esperar, pero ¿esperar a qué?

Con todo todavía es temprano para secuenciar periodos suficientes como para definir la deflación. Hay una luz de optimismo ya que la deflación se trenza en dos realidades: por una parte, las magnitudes monetarias (el tipo de interés que desciende y la base monetaria que aumenta), por otra, el comportamiento de los compradores. Las autoridades monetarias, el Banco Central Europeo y la FED en los Estados Unidos, han realizado políticas monetarias audaces, que en otras épocas hubieran sido calificado de inflacionistas, y que ahora es probable que sirvan para ser definidas como antideflacionistas. Cuando estas medidas lleguen al cerebro y al bolsillo de los ciudadanos, sus efectos se harán notar y la deflación, sino desaparece, si al menos no será violenta. No es creíble que las poderosas inyecciones de liquidez y el descenso histórico de los tipos de interés no se noten por alguna parte.

 

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