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Diario YA


 

El barítono malagueño Carlos Alvarez volvió a la Zarzuela, tras 25 años de ausencia de su escenario

“La Dogaresa” y “La Marchenera” dos grandes títulos recuperados por el Teatro de la Zarzuela

Luis de Haro Serrano

Estos dos grandes títulos del género lírico español pertenecientes a los primeros años del siglo XX; el primero de ellos con libreto de Antonio López Monís y música en dos actos de Rafael Millán, estrenado en el Tívoli de Barcelona el 17 de septiembre de 1920 y el 2º, en tres actos, con libreto de Ricardo González del Toro y Fernando Luque con música de Federico Moreno Torroba, estrenado en el propio Teatro de la Zarzuela el 7 de abril de 1928, que fueron en su momento muy bien recibidos por el público, acaban de ser rescatados del viejo cajón del olvido en versión de conciertos dramatizados a cargo de Javier de Dios, bajo la dirección musical de Cristóbal Soler el 1º y el segundo por Miguel Angel Gómez Martínez, que ha contado con la colaboración del barítono malagueño Carlos Alvarez en el papel de Conde de Hinojares, que vuelve de nuevo al escenario de la Zarzuela tras debutar en esta institución hace 25 años.

“La “Dogaresa” es una obra de trama sencilla pero con momentos musicales muy brillantes por sus grandes recursos orquestales y vocales, así como por sus atractivos números de conjunto, que dan valor a una trama que transcurre entre lo dramático y lo cómico en una acción que se desarrolla en el famoso Palacio Ducal de la conocida Plaza de San Marcos de Venecia.

“La marchenera” cuenta igualmente con una deliciosa partitura realizada por un jovencísimo Moreno Torroba que da vida a una trama moderna acompañada por una música muy teatral que le saca un enorme jugo al libreto de Fernando Luque que, debido a su prematura muerte, tuvo que finalizar Ricardo González del Toro, un autor poco conocido y experimentado en este tipo de trabajos, que dio lugar a que el crítico del diario El Sol dijera que su poca experiencia en esta actividad le ha llevado a concebir un libreto lo más parecido a una momia zarzuelera vestida de ricos y sabrosos ropajes. Tras los correspondientes arreglos y superadas otras vicisitudes teatrales, se convirtió pronto en una auténtica zarzuela de éxito, gracias a la calidad y atractivo de su partitura, llena de grandes números como la petenera “tres horas antes del día”, el intermedio del acto tercero, el dúo cómico “con mi falda escarolada” o el final del acto II “A beber va Mairena”, entre otros.

Prueba de su calidad musical y atractivo son la diversidad de versiones discográficas que de ella se han realizado, entre las que destaca la considerada como verdaderamente “histórica” por las voces que en ella intervinieron; Felisa Herrero y Tino Folgar, preparada por “La Voz de su Amo” y dirigida por el propio Moreno Torroba. Dos títulos dramatizados, que representan formas muy diferentes de concebir el desarrollo teatral de su acción. La primera entra en el régimen de colaboración especial que el Teatro Nacional de la Zarzuela ha establecido con el Teatro de Pamplona, donde en estas fechas se está representando “El dominó azul”, una de las primeras obras de Arrieta, con intervención del director musical Cristóbal Soler y el Coro titular de la Zarzuela.

Los actores Javier Muñoz (Serafín Bravo) y Fernando Sansegundo (Blas Cantero) con la naturalidad y fluidez de sus voces y sus buenas formas dramáticas, plantearon con gran acierto la parte discursiva de “La marchenera”, que junto a las excelentes voces de Amparo Navarro (Paloma), Rocío Ignacio (Valentina), Alejandro Roy (Félix Samaniego) y la elegancia personal de Carlos Alvarez (Conde Hinojares) con su extraordinaria voz y elegancia dramática –reverdeciendo sus recuerdos de hace 25 años-, junto al resto del equilibrado bloque vocal, la excelente dramaturgia escénica de Javier de Dios y el sobresaliente trabajo del coro y la orquesta titular de la Zarzuela, dirigida con gran equilibrio y entrega por Miguel Angel Gómez Martínez que ha tenido que superar numerosas dificultades técnicas debido a las condiciones en que se encontraba la transcripción moderna de la partitura original, han puesto de relieve una vez más la extraordinaria labor, artística y pedagógica, que el Teatro Nacional de la Zarzuela está llevando a cabo al recuperar los grandes títulos de nuestro género.