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Diario YA


 

Editorial: "El momento del Lehendakari"

Editorial. 6 de mayo.  

“política”

Editorial. 5 de mayo.

 

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Chicago, 1 de mayo de 1886

Eduardo García Serrano. El 1 de mayo de 1886 fueron ejecutados en Chicago los mártires sindicales que organizaron la revuelta reivindicativa de las ocho horas laborales. Con su lucha insobornable, llevada hasta el sacrificio de sus propias vidas, Spies, Fielden, Neeb, Fischer, Lingg, Engel y Albert Parsons le arrancaron al Capitalismo la usura de las interminables jornadas de trabajo a cambio de unos salarios de miseria.

 

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Bélgica niega a Pedro

José Luis Orella. La moción del parlamento belga contra las declaraciones de Benedicto XVI en África representa la situación de deterioro moral que sufre la sociedad belga, excepto una parte importante de la flamenca, que se mantuvo fiel en unos momentos tan difíciles. Bélgica no es un país cualquiera, su identidad viene marcada por el sacrificio realizado por españoles y belgas en defensa de la libertad de vivir como católicos frente a los calvinistas holandeses. Alejandro Farnesio, gobernador de aquellas provincias, mantuvo su personalidad católica a costa de heroicas gestas.

una pica en flandes

Un Florentino para España

Rafael Nieto. Aunque el fútbol parece un entretenimiento para ociosos y pepotes (“veintidós tíos en calzoncillos corriendo detrás de un balón” lo definió siempre mi madre), a veces es sugestivo y evoca situaciones más “serias”. Por ejemplo, del partido del pasado sábado en el Bernabeu (2-6 a favor del Barça, por si alguno no se ha enterado), uno saca la conclusión de que las organizaciones deportivas transnacionales, como en este caso es el club merengón, entran en crisis o están en caída libre, hacen poda en la base (o sea, en la plantilla de jugadores), después en el banquillo (entrenador y cuerpo técnico) y terminan, sin excepción, en el palco presidencial.

Editorial: "A un mes de las europeas"

 Editorial. 4 de mayo.

 

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Lo que le faltaba al PP: censurar al Papa

Rafael González. 

De Celia Villalobos podía esperarlo. Es una aventada sin grandes principios, que va por la vida presumiendo de progre y de graciosa. Es, sí, una de esas andaluzas que se han creído que todos los andaluces son graciosos. Y que ejercen como tales. Craso error, no todos los andaluces son graciosos; algunos somos muy sosos. Y los hay muy malajes. Y más aún: hasta los hay muy siesos.
Claro, en el Partido Popular no van a hacer distingos. En él cabe todo el mundo, suelen decir. Hasta Celia Villalobos, que incluso llegó a ser ministra de Sanidad, y ya me dirán qué tiene que ver lo que va diciendo y hace doña Celia Villalobos con los principios que creíamos inspiraban al Partido Popular. 

 

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Iglesia y desempleo

Manuel Bru. Haber alcanzado la cifra más alta de desempleo de nuestra historia reciente, la celebración hace dos días de la fiesta de San José Obrero, la magnífica carta pastoral del Cardenal Amigo sobre este tema, y la respuesta de Cáritas que no sólo alivia a los parados, sino que, contracorriente, consigue miles de puestos de trabajo, merecen una reflexión. Los católicos estamos todos afectados por este drama social. Si muchos han perdido su trabajo en estos meses, el resto no podemos quedarnos cruzados de brazos, porque el dolor y la necesidad de nuestros hermanos son nosotros, como suyos son nuestra seguridad y nuestra esperanza. Aunque no sea un padre de la Iglesia, los cristianos podemos aplicarnos aquello que decía Albert Einstein, que “es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”. 

 

Editorial: "2 de mayo"

Editorial. 3 de mayo.

la gallera

Vamos a arreglar el mundo

José Escandell. A falta de fútbol, se habla de política. O de ambas cosas a la vez, que hoy día ambas cosas se han aproximado mucho. El caso es que en materia política quien más y quien menos se siente con fuerzas para analizar, diagnosticar y proponer recetas. Se dirá que esa es costumbre muy española, aunque se da en todo el mundo civilizado.

Mientras la cosa no pasa los límites del entretenimiento de aperitivo o de café, nada hay que decir, sino que cada cual se divierte como más le place, y el deporte de pinchar en privado a los hombres públicos es, si me aprietan, hasta sano y recomendable.