El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó en el Congreso que su apoyo a la continuidad de José Manuel Durao Barroso como presidente de la Comisión Europea se debe a su "europeismo", a que no se somete a ningún país y a que su comportamiento hacia el Ejecutivo de España ha sido "muy positivo".

Según dijo Zapatero en el Pleno del Congreso en el que explicó los resultados de la última Cumbre europea, "el 90 por ciento" de las gestiones que ha tenido que hacer él mismo ante Barroso "han sido positivas".

Pero, sobre todo, destacó que "nunca ha estado sometido a ningún país, ni grande ni pequeño", ha mantenido "normalmente" posturas a favor de la Europa social, y no ha hecho "ni seguidismo del Partido Popular Europeo" ni ha defendido "posiciones ideológicas" sino que "siempre" ha puesto los intereses de Europa por delante y ha respondido de acuerdo al "esquema básico de la UE con su impronta de modelo social".

Tanto el PP como CiU y UPN se mostraron satisfechos con la decisión del Consejo de la UE de respaldar la continuidad de Barroso y el líder popular, Mariano Rajoy, pidió a Zapatero que "convenza a los miembros" del grupo socialista para que apoyen su nombramiento, un "acierto" por su "idoneidad", dijo.

El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, no cuestionó al candidato pero preguntó a Zapatero si puede garantizar el apoyo de los socialistas a Barroso o si "exportaremos a Europa la práctica de votar cosas distintas en función de los lugares".

Por su parte, el diputado de ERC, Joan Ridao, quiso saber si el apoyo del Gobierno es "a cambio" del respaldo de Barroso para que España esté en el G-8 y pidió al Ejecutivo coherencia con sus principios ya que, como recordó, el dirigente portugués era el anfitrión de la Cumbre de las Azores que lanzó la guerra de Irak.

IU también mostró su incomprensión ante el apoyo al "borroso Barroso", en palabras de Gaspar Llamazares, y la parlamentaria de UpyD, Rosa Diez, dijo que lo que Europa necesita no es un perfil como el del portugués sino "un líder"..

Por otra parte, Zapatero tendió la mano a todos los grupos de la oposición para preparar la presidencia española de la UE y dijo que iniciará una ronda de contactos con sus líderes.

El líder del PP aprovechó su intervención para referirse también a la inmigración, un tema que se abordó en la última cumbre de Bruselas, y criticó que Zapatero no lograra que se mencionara a España como uno de los países afectados, ni tampoco a los países africanos como principales emisores de emigrantes.

Las garantías acordadas por los 27 para que Irlanda pueda enfrentarse a un nuevo referéndum sobre el Tratado de Lisboa también fueron criticadas por algunos grupos, sobre todo el PNV e IU, pero Zapatero insistió en que aunque no fuera el acuerdo "más deseable" sí era lo "políticamente posible".