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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

El camino que llevamos no es el adecuado para generar confianza y salir de la crisis

¿Especulación o base para la preocupación?

Miguel Angel García Brito 

Hemos estado viviendo estas últimas semanas acontecimientos extraordinarios que la mayoría de personas no saben valorar de qué manera pueden afectarles a su vida diaria. Cuando nos hablan de la crisis Griega, la gente asiente con la cabeza con una mezcla de, si, he oído algo y eso a mí que me importa.
 
La realidad es muy tozuda, y lo que nos ha venido a decir estos días es que los problemas Griegos no son ni ajenos ni lejanos.
 
En las últimas fechas se ha confundido a la opinión pública con mensajes contradictorios acerca del problema. ¿Son fundados los temores de los mercados? ¿Es justa y real la comparación de Grecia, Portugal y España? ¿Estamos en el camino correcto? ¿Es esta situación culpa de los “especuladores”?.
 
Nuestros socios comunitarios, los Griegos, han llegado a la situación actual por varios motivos pero fundamentalmente por una desbocada deuda pública, ausencia de rigor presupuestario en la cuentas publicas e incapacidad de aplicar por sus propios medios reformas de calado, lo cual ha derivado en una perdida total de credibilidad, ausencia de crédito en los mercados y por lo tanto quiebra del sistema. Y las consecuencias evidentes y por todos conocidas, rescate de la UE y el FMI, imposición de durísimas reformas estructurales y recortes sociales.
 
Por mucho que nos duela los temores de los mercados son fundados, el nivel de endeudamiento global de la economía Española (deuda de particulares y empresas mas la deuda publica) es insostenible, el crecimiento de de la deuda publica alarmante, el incremento del déficit publico preocupante y la tasa de paro dramática. Aun así y con todo la comparación con Grecia, Portugal o incluso Irlanda no es justa ni adecuada. La economía Española tiene unos resortes mucho más poderosos que los de cualquiera de los citados países, tenemos mejor tejido empresarial, mejores infraestructuras, mayor dinamismo y en definitiva mayores capacidades para salir de esta crisis. Lo que no tenemos, a diferencia de alguno de estos países, es una clase política con el arrojo suficiente para aplicar las medidas necesarias sin necesidad de que nos las impongan como ha ocurrido este fin de semana en Bruselas. Cuando nos comparan con Grecia desde instancias internacionales lo que nos quieren decir es que si seguimos por este camino, el de no hacer nada, podremos terminar como ellos, y eso implicará grandes esfuerzos que por desgracia pagarán con especial dureza los menos favorecidos. El camino que llevamos no es ni de lejos el adecuado ni para generar confianza ni para salir de la crisis.
 
La situación que hemos vivido en los mercados financieros no es sino un reflejo de todos estos temores e incertidumbres que acabo de enumerar. Los especuladores a los que se le echa la culpa de esta situación no hacen sino ahondar en un problema de raíces mucho mas profundas y que no se resuelven con palabras vacías sino con determinación y sacrificio.
 
La incertidumbre es el mayor enemigo de los mercados pues estos tienden siempre por defecto a descontar el peor escenario. La reacción de las instituciones Europeas de este fin de semana demuestran que la inacción que quienes se espera dirijan nuestro rumbo provoca reacciones desproporcionadas que pueden llegar, y eso es verdad, a precipitar los acontecimientos con consecuencias devastadoras.
 
Los vaivenes que hemos sufrido en los mercados de deuda con incrementos de los CDS (credit default swap) a niveles desconocidos han puesto de manifiesto lo grave de la crisis y la facilidad con la que se retroalimenta el pánico y la irracionalidad. Ha tenido además su reflejo inevitable en las bolsas por varios motivos, por el descuento que hacía el mercado del preocupante escenario y por ser este, el mercado de acciones, el más liquido como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones. Toda esta situación provoca un efecto pobreza que en nada beneficia a una recuperación ya de por si débil e incierta.
 
¿Y ahora qué? Con las decisiones adoptadas este fin de semana hemos conseguido dar un mensaje poderoso al mundo entero y en especial a quienes dudaban de la sostenibilidad del Área Euro, pero no nos equivoquemos ahora viene lo peor, cumplir los compromisos que hemos adquirido o nos han impuesto.
 
Las condiciones estrictas en materia de política fiscal que llevan implícitos los programas de ayuda han derivado en el anuncio por parte de España de nuevas medidas de ajuste del gasto público, con las que garantizar el cumplimiento del PEC en 2013. En el caso de España, se prevé reducir el gasto en 5.000 millones adicionales en 2010, lo que situaría el déficit público en el 9,3% del PIB, y en 10.000 millones más en 2011 (el déficit cerraría en el 6,5% del PIB.
 
Aunque todavía queda por constatar el sostenimiento de la recuperación de los mercados financieros, el principal foco de riesgo que se presenta en el medio plazo es el impacto que los planes de ajuste fiscal puedan tener sobre la recuperación económica. Conocer su materialización por partidas de gasto va a ser crucial, en particular en España. Ajustes demasiado agresivos por la vía de la inversión pública pueden lastrar la salida de la crisis, limitando el incremento de la base de ingresos, y por ende, la reducción de los niveles de déficit público.
 
El camino va a ser largo y difícil y exigirá de esfuerzos por parte de todos, pero que nadie tenga duda que saldremos de esta, el modo y la rapidez de cómo salgamos dependerá en buena medida y por desgracia, de la altura de miras de nuestra clase política.
 
Miguel Angel García Brito
icapital