Cavendish estuvo más listo que Freire
El joven sprinter británico Mark Cavendish (Team Columbia) le robó en la llegada a Óscar Freire (Rabobank) el triunfo en la quinta etapa del Tour, la más larga de esta edición con 232 kilómetros entre Cholet y Chateauroux, en los que no hubo cambios en la clasificación general y en la que Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne) sufrió una caída sin consecuencias.
Tras su irregular contrarreloj de ayer, el español vivió hoy otra mala jornada, marcada esta vez por el infortunio de una caída colectiva en la que se vio envuelto a mitad de etapa. Valverde sufrió un fuerte golpe en la clavícula y la rodilla derecha, que aparentemente no deberían ir más allá de un susto, ya que completó el resto de la etapa sin problemas tras ser examinado por el médico de la carrera.
Al margen del infortunio del murciano, la quinta etapa del Tour estuvo marcada por la larguísima fuga de color francés emprendida por Lilian Jegou (Française des Jeux), Florent Brard (Cofidis) y Nicolas Vogondy (Agritubel). Precisamente este último, actual campeón de Francia, tiró de orgullo para mantener intactas hasta los últimos metros las esperanzas de victoria de sus compatriotas.
Tras 211 kilómetros escapados, Jegou y Brard fueron absorbidos por el pelotón ya en las calles de Chateauroux, pero Vogondy se revolvió y mantuvo la fe hasta que fue engullido por la vorágine de los sprinters a apenas 50 metros de meta. Su aventura, cortada cuando ya tocaba la victoria con la punta de de los dedos, trajo el premio del maillot de la combatividad.
Su verdugo fue Cavendish, de apenas 22 años, que refrendó con la primera victoria en el Tour su candidatura a convertirse en el sprinter dominador los próximos años, siempre que trate con prudencia a especialistas que hoy nada pudieron hacer, caso de Freire, el alemán Erik Zabel (Team Milram), tercero, o el noruego Thor Hushovd (Credit Agricole), cuarto. "Soy muy joven, pero el año pasado ya me fui disgustado por no haber conseguido una victoria aquí", señaló el ambicioso británico en meta.
PRIMER FINAL EN ALTO
Los favoritos disfrutaron hoy un día sin sobresaltos antes de la etapa de montaña de mañana, en pleno Macizo Central, con la que la organización del Tour ha pretendido romper la monótona dinámica de otros años en esta primera semana de carrera. Así, la sexta etapa plantea un auténtico rompepiernas de 195,5 kilómetros con final en alto en el que los elegidos tendrán que mostrar sus cartas.
Tras superar dos puertos de cuarta categoría y otro de segunda, el pelotón enfilará la subida de once kilómetros en el alto de Super-Besse, también de segunda categoría. Este puerto final presenta un desarrollo suave durante los compases iniciales con porcentajes inferiores al 6%, pero un durísimo kilómetro y medio final al 10%, el caramelo idóneo para ciclistas explosivos como el italiano Ricardo Riccó (Saunier Duval-Scott), que tiene la etapa marcada en su calendario particular.
El perfil de la jornada también parece adecuado para Valverde, con ganas de reivindicarse tras las dudas que despertó ayer. Otros favoritos como Denis Menchov (Rabobank) o Cadel Evans (Silence-Lotto) pueden jugar a la defensiva, pero deberán estar siempre atentos a cualquier movimiento del murciano, que empezó el Tour en un estado de forma envidiable.