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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

la Iglesia instituyó la fiesta de Todos los Santos para dar gracias a Dios

Día de todos los Santos, no Haloween

Pedro J. Piqueras Ibáñez. Le oí decir a un sacerdote: “La Iglesia de Dios tiene detrás muchos años de historia. A través de los siglos, ha habido muchas personas que se han esforzado por vivir los valores del evangelio.”

 Y es que desde el principio, a todos los cristianos se les llamaba santos, pero en las comunidades cristianas pronto se empezó a mirar con admiración y con un respeto especial a las personas que habían vivido con intensidad su vida cristiana. En las comunidades cristianas, esas personas eran ejemplo, los modelos a seguir. Sin duda, ayudaban y ayudan a todos a entrar en la hondura hermosa de la experiencia cristiana. Se les llama Santos porque en sus vidas se veía un cierto reflejo de la bondad y la santidad de Dios. Luego, con el correr de los siglos, ha habido tanta gente buena en la Iglesia de Dios que no era posible incluirlos a todos en una lista, ni siquiera recordar sus nombres. Por eso, la Iglesia instituyó la fiesta de Todos los Santos para dar gracias a Dios. Por tantas personas buenas y para recordarnos a todos nuestra vinculación con ellas. ¿Quitamos esta fiesta?

 El último libro del Nuevo Testamento, APOCALISIS, habla de una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Dice que vienen de la gran tribulación. Es decir: no vienen de una vida cómoda, sin esfuerzos, sin luchas. Son personas que abrazaron en sus vidas el evangelio de Jesús y contribuyeron a cambiar nuestro mundo, cada uno desde su sitio y con los dones que Dios les dio.

 A algunas de esas personas las hemos conocido y hemos llegado a saber sus nombres y algo de su historia. Son los santos, canonizados o reconocidos oficialmente como tales. Pero a otros muchos, la gran mayoría,  no los hemos conocido ni hemos llegado a saber sus nombres. Estos son santos anónimos que pasaron su vida haciendo el bien y que, gracias a ellos, nuestro mundo funciona un poco mejor. A esos es a los que celebramos, no los muertos paganos de Halloween que nos intentan imponer.