
El pasado 8 de septiembre de 2025, el Presidente la República de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, pronunció su discurso anual sobre el estado de la nación, titulado "Kazajistán en la Era de la Inteligencia Artificial: tareas clave y sus soluciones a través de la transformación digital” que ha tenido una gran repercusión tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Por Clark Callander, periodista experto en relaciones internacionales
El discurso ha sido calificado de valiente por afrontar con honestidad un reto que podría terminar convirtiéndose en un problema para todos los pueblos del planeta: aceptar que la Inteligencia Artificial termine por gobernar nuestras vidas y la vida de los Estados.
El mensaje no ha sido una simple declaración rutinaria, sino un toque de atención audaz a la acción para posicionar a Kazajistán como un líder honesto en la revolución digital.
Como nación independiente desde 1991, Kazajistán es un país joven, forjado en la transición post-soviética, con una economía tradicionalmente anclada en recursos naturales como el petróleo y los minerales y también con una población joven y dinámica que busca con optimismo un nuevo horizonte para su futuro como Nación. Kazajistán obtuvo su independencia soberana hace relativamente poco tiempo, en diciembre de 1991, tras la disolución de la Unión Soviética. Antes de eso, formaba parte del vasto imperio soviético desde 1936, como una república socialista soviética, y previamente había sido influenciada por el Imperio Ruso desde el siglo XIX.
Esta historia reciente de autonomía lo distingue de naciones con siglos de independencia continua, como Francia o España, que datan de la Edad Media. En términos cronológicos, con solo 34 años como estado independiente, Kazajistán aún está en proceso de consolidar su identidad nacional, instituciones democráticas y economía diversificada. Pero los diversos gobiernos desde la obtención de su independencia han ido conduciendo al país en una misma dirección implantando una economía de mercado que progresivamente ha ido logrando importantes objetivos logrando saltar en solo un año, de ocupar el puesto 72 de todo el mundo en competitividad económica, al puesto 50, según el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de 2011. La economía de Kazajstan es próspera y ha venido creciendo en los dos últimos lustros a un promedio del 8 % anual especialmente gracias a las exportaciones de hidrocarburos. A pesar de la persistente incertidumbre de la economía mundial, la economía de este país se ha mantenido estable y ha permitido que la sociedad kazaja contemple el horizonte de su futuro con una optimista perspectiva.
Su población, con una edad media de alrededor de 30 años, refleja una de las demografía más jóvenes del planeta, impulsada por un alto índice de natalidad. Sin embargo, esta "juventud" implica desafíos: transitar de una economía centralizada a una de mercado, lidiar con legados étnicos multiculturales (kazajos, rusos, uzbekos) y afirmar su posición geopolítica entre Rusia, China y Occidente, algo nada sencillo pues es un Estado que vive con el sentimiento anclado entre dos continentes. Su Kazajistán es realmente un país de enormes extensiones, hay que considerar la dificultad de su posición, justamente ubicada entre 2 de las mayores potencias globales con las que mantiene fronteras: Rusia y China.
Pero Kazajistán ofrece también oportunidades: un vasto territorio rico en recursos naturales, donde destacan el petróleo, el uranio y las tierras raras, y un enfoque en innovación, como la adopción de la IA promovida por el presidente Tokayev. Esta etapa formativa lo posiciona como una nación emergente en Asia Central, con potencial para un rápido desarrollo, pero vulnerable a inestabilidades internas y externas.
El discurso de Tokayev representa un pivote estratégico hacia la innovación tecnológica, reconociendo que la inteligencia artificial (IA) no es solo una herramienta, sino un imperativo para la supervivencia y el progreso en un mundo cada vez más digitalizado. Las repercusiones de este discurso han sido profundas, tanto a nivel nacional como internacional, al aceptar el reto de la IA como un pilar para el desarrollo sostenible de un estado emergente. El programa de políticas públicas del Gobierno de Kazajistán busca proyectar el país hacia las tecnologías de vanguardia y situarlo poco a poco entre los países que mejor apuestan por la modernidad y la adaptación a los cambios que proceden de la investigación científica.
En el ámbito doméstico, el discurso ha generado un impacto inmediato en la agenda política y económica de Kazajistán. Tokayev enfatizó la necesidad de una transformación digital integral, proponiendo la creación de un Ministerio de IA y Desarrollo Digital, una medida que subraya el compromiso gubernamental con la innovación pero también la de establecer marcos de regulación adecuados que nos permitan una convivencia tranquila con estos nuevos escenarios. El nuevo organismo encabezará la transición de Kazajstán a lo que describió como una "nación completamente digital dentro de tres años” fomentando un ecosistema de IA que atraiga inversiones. El Presidente pidió la rápida adopción de un Código Digital integral que cubra la inteligencia artificial, los macrodatos y la economía de plataformas, y ordenó al Gobierno que garantice la integración total de la IA en todos los sectores de la economía.
Esta iniciativa ha sido bien recibida por expertos y funcionarios, quienes ven en ella una oportunidad para modernizar la burocracia y mejorar la eficiencia administrativa. Por ejemplo, el Presidente destacó cómo la IA puede procesar grandes volúmenes de datos para optimizar la planificación estratégica, lo que podría elevar el bienestar ciudadano y fomentar el crecimiento económico.
"La inteligencia artificial ya no es un concepto abstracto", dijo Tokayev. "Ya está influyendo en la cosmovisión y el comportamiento de las personas, especialmente de los jóvenes. Debemos estar preparados para esta realidad. Kazajstán no tiene otra alternativa que abrazar esta transformación.” También destacó las innovaciones financieras, anunciando el establecimiento de un Fondo Estatal de Activos Digitales para construir una cripto reserva estratégica e instando a la adopción de una nueva Ley Bancaria para fin de año para estimular la tecnología financiera y atraer nuevos participantes al mercado. De hecho, Kazajistán se ha convertido en un país moderno y atractivo para las compañías internacionales que buscan implantarse en este país por sus favorables condiciones fiscales y sus facilidades para localizarse en las dinámicas capitales Almaty y Astaná, que cuentan hoy con importantes polígonos empresariales y tecnológicos.
En un país donde la juventud representa una porción significativa de la población, este enfoque resuena particularmente. Kazajistán, como nación joven, enfrenta desafíos como la diversificación económica más allá de los hidrocarburos, y la IA se presenta como un catalizador para crear empleos de alta tecnología y reducir la dependencia de exportaciones volátiles.
Una de las repercusiones más notables ha sido en el sector educativo. Tokayev abogó por un aprendizaje personalizado impulsado por IA, abandonando el modelo obsoleto de "talla única para todos".
Esto ha impulsado también discusiones sobre la reforma educativa, con el establecimiento de la primera universidad de IA en el país, el Centro Internacional Alem AI, que comenzó operaciones recientemente.
Para un país joven como Kazajistán, que aún construye su identidad nacional post-independencia, invertir en educación digital significa empoderar a las generaciones futuras: es una apuesta valiente y a largo plazo, aunque no todo es optimismo: analistas críticos han señalado posibles riesgos, como la brecha digital en regiones rurales, donde el acceso a internet continúa siendo limitado. A pesar de ello, el discurso ha motivado al gobierno a priorizar la ética en la IA, insistiendo en su uso exclusivo para fines pacíficos, como se reiteró en el Foro Digital Bridge 2025.
Como país joven, Kazajistán aprovechará su posición geográfica en Eurasia, conectando Europa y Asia, para posicionarse como un hub tecnológico en Asia Central. El discurso ha estimulado reformas ambiciosas, incluyendo el desarrollo de innovación tecnológica para adaptarse a la globalización digital. Los expertos han aplaudido en general estos objetivos, destacando que medidas como la creación de un Consejo Nacional de IA –cuya primera reunión presidió Tokayev– promueven la innovación ética y el liderazgo global.
En términos de repercusiones sociales, el mensaje ha generado un debate sobre la soberanía digital: el presidente Tokayev enfatizó que una política exterior equilibrada impulsará el crecimiento en la era de la IA, integrando la tecnología en la diplomacia.
Para una nación joven, esto implica navegar tensiones geopolíticas, como las influencias de Rusia y China, mientras se afirma como actor independiente. A nivel internacional, el discurso ha elevado el perfil de Kazajistán en la arena global. La participación en eventos como el Digital Bridge 2025, donde Tokayev compartió escenario con líderes como Pavel Durov de Telegram y Kai-Fu Lee de Sinovation Ventures, demuestra un compromiso con la colaboración mundial.
Esto ha atraído atención de inversores y expertos, posicionando a Kazajistán como un “player” emergente en la IA. Publicaciones como The Diplomat han analizado cómo el discurso propone reformas amplias, desde la IA hasta la infraestructura, para un parlamento unicameral, reflejando una visión holística.
Los desafíos inherentes a un país joven como Kazajistán son evidentes. Con solo 34 años de independencia, la nación kazaja debe lidiar con los legados del pasado, como una economía centralizada que está ahora impulsando políticas exitosas de progreso hacia una economía de mercado, mientras adopta tecnologías disruptivas. El discurso del presidente reconoce honestamente todos estos obstáculos, proponiendo soluciones a través de la digitalización para combatir la inflación, mejorar la logística y fomentar la innovación.
No debemos olvidar que Kazajstan tiene además en marcha muchos otros grandes proyectos de modernización, todos exigentes de recursos e inversión. Efectivamente, Kazajistán tiene en marcha la creación de varios corredores de transporte y tránsito para un tránsito de mercancías que no se detiene: el año pasado más de mil millones de toneladas de carga cruzaron el país. El gobierno quiere ahora integrar las rutas Norte-Sur, Este-Oeste, BRI y Transcaspio en un solo sistema para aumentar los ingresos y los empleos y completar la doble vía Dostyk–Moyinty (836 km) este año, dando continuidad a Bakhty-Ayagoz y Kyzylzhar-Moyinty. El proyecto exige la popularización del transporte público, eficiente y asequible, creando una política tarifaria común, competitiva, unificada y flexible en todos los modos para fin de año y para este mes de octubre se está lanzando una plataforma logística y aduanera digital de Carga Inteligente con IA; digitalizar los servicios fronterizos y garantizar un Internet confiable. Otros retos tienen en marcha mejorar 8 puestos de control fronterizos este año, 34 más en tres años, creando un corredor verde para el transporte de mercancías y en el sector de la aeronáutica ampliar la capacidad de carga aérea, crear un transportista de carga nacional y posicionar a Kazajstán como el principal centro de aviación euroasiático.
De cara al futuro, el presidente subrayó en su discurso la necesidad de reformar las Naciones Unidas, en particular su Consejo de Seguridad. "La ONU todavía no tiene alternativa", dijo, " pero la reforma está atrasada, sobre todo de su órgano clave, el Consejo de Seguridad. Agregó que presentaría los puntos de vista de Kazajistán sobre la reforma global durante la próxima sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
El Presidente también describió prioridades nacionales más amplias. Estos incluyeron otorgar un estatus especial a la ciudad de Alatau como un nuevo centro de innovación, adoptar un nuevo Código de Construcción para fin de año, crear un mapa unificado de recursos terrestres digitales y buscar estrategias a largo plazo para la seguridad alimentaria y la gestión del agua. Pidió la restauración continua del Mar de Aral, los esfuerzos conjuntos para preservar el mar Caspio y el uso acelerado de tecnologías avanzadas de ahorro de agua. En política social, Tokayev instó a reformar el extenso sistema de beneficios de Kazajistán para garantizar la sostenibilidad y la equidad, junto con medidas para fortalecer las pensiones, expandir la atención médica y mejorar la educación financiera. Además, enfatizó el papel de la educación en la preparación de la próxima generación para la era de la IA, destacando los programas para integrar la IA en los planes de estudio escolares y expandir el aprendizaje digital para los estudiantes rurales.
Las repercusiones del discurso de Tokayev incluyen a su vez un impulso a la opinión pública: Tokayev ha criticado a usuarios de redes sociales que cuestionan al gobierno, abogando por expertos en formar opiniones. Esto podría tensionar la democracia emergente, pero también fortalece la cohesión nacional ante retos globales.
En oportunidades, el discurso cataliza un renacimiento. Kazajistán, con vastos recursos y una población altamente cualificada, puede liderar en IA aplicada a sectores como la energía y la agricultura. La visión de Tokayev para un futuro digital ha inspirado optimismo, con expertos destacando su enfoque en la soberanía tecnológica en la que la población del país altamente formada y tecnificada suponga uno de sus principales recursos.
El discurso de Tokayev ha tenido repercusiones trascendentales al aceptar diversos retos como el de la IA, posicionando a Kazajistán como un faro de innovación en Asia Central., lo que supone una verdadera adopción tecnológica y una afirmación de identidad en la era digital.
Cerrando su discurso, el Presidente Tokayev enfatizó los principios unificadores de la ley, el orden y el patriotismo a medida que Kazajistán navega por el cambio global. "Si nuestro pueblo está unido y la situación interna es estable, superaremos todas las dificultades y enfrentaremos cualquier prueba", afirmó.
Si el país sigue a Tokayev y las políticas se implementan con equidad y de manera continuada, podríamos encontrarnos en pocos lustros con un Kazajistán proyectado hacia un futuro próspero, equilibrando tradición y modernidad en un entorno global en el que además todos necesitamos de aliados y socios que convergen hacia la tolerancia y el respeto mutuo.