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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

El Caballo Dorado, primer Casino para chinos de Madrid

Hace tan sólo unos días ha sido inaugurado en el barrio madrileño de Usera el primer casino de la provincia orientado al público chino. Este proyecto, pensado y puesto en marcha por el empresario Jaime Martín-Laborda, es una opción diferente dentro del mundo de las salas de juego ofreciendo un ambiente cómodo para la población oriental, que representa el veintidós por ciento de los habitantes residentes en este distrito. No se ha querido olvidar ni excluir en este proyecto a la población occidental, incluyendo juegos de gran aceptación en España como el bingo, que ocupa un gran salón en la planta baja del edificio.

Martín- Laborda, que procede de una familia con gran experiencia en los negocios relacionados con los juegos de azar y las salas de juego, apostó por abrir un nuevo mercado al ser consciente de las posibilidades que ofrecía centrarse en el público chino, ya que, a pesar de ser ilegal en su país de origen, los chinos son muy aficionados al juego y las apuestas como forma de ocio y relajación tras sus largas jornadas de trabajo. En cuanto a los juegos que se pueden disfrutar en esta sala, además del bingo, la empresa ha apostado por un mix de juegos para ofrecer la gama más completa e ir sondeando los gustos del público. Tienen instalados terminales de Sportium y bingo electrónico de Unidesa, para aquellos que prefieren las apuestas o los tragamonedas online en slot.

Al tratarse de una cultura completamente distinta de la nuestra y no existir ningún negocio similar en la capital que pudiera servir de modelo, la puesta en marcha de esta sala supuso un gran reto para este joven empresario. En este edificio de cuatro plantas, habilitado en tiempo récord por la constructora Casdisa, se ha tenido en cuenta hasta el mínimo detalle para respetar las tradiciones y supersticiones chinas, evitando cuidadosamente el número cuatro, considerado en China el número de la muerte, tanto en la decoración del local como en los embellecimientos exteriores de las máquinas. El Caballo Dorado, que en un principio iba a llamarse La Puerta Dorada, cambió de nombre porque la suma de sus sílabas tampoco se consideraba un número de buena suerte en la tradición china.

La respuesta del público no se ha hecho esperar, el mismo día de la inauguración, medio centenar de personas hacían cola para entrar en el local, que además ha dado a trabajo a numerosos vecinos del barrio.

Autora: Clara Monteolivo.