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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

una buena escritora, todo hay que decirlo

El descubrimiento de Rosa Regás

 José Mª García de Tuñón Aza. Posiblemente algunos lectores se estarán preguntando quién es esta Rosa que hoy traigo a este medio digital. Pues una escritora, una buena escritora, todo hay que decirlo, que ha ganado los premios Nadal, en 1994, y Planeta en el año 2001. En la época del peor presidente de Gobierno que tuvo España en toda su historia, o sea, Rodríguez Zapatero, fue nombrada directora de la Biblioteca Nacional donde comenzó por pretender retirar la estatua de Marcelino Menéndez Pelayo, que es bastante anterior al franquismo, por lo que no pudo ser ésa la causa ya que esta mujer llegó a declarar que la mayor alegría de su vida fue, y sigue siendo, la muerte de Franco y para ella no hay nada que pueda superar ese momento. Así, pues, sólo creemos que una mente enferma y respirar odio a raudales puede emitir semejantes palabras que ni tan siquiera pronunció «Pasionaria» quien se negó a brindar por su desaparición. «¡Que la tierra le sea leve!», fue lo que dijo. Cualquiera puede leer esta expresión en sus «Memorias».

En el tiempo que fue directora de la Biblioteca Nacional, la casi totalidad de los sindicatos se unieron en su contra para denunciar su política, que ya había motivado la dimisión de tres de sus gerentes, que dio origen a la pérdida de confianza del nuevo ministro de Cultura que la acusó de no haber hecho nada por mejorar la gestión de la institución lo que determinó su cese. Ahora la Asociación Española de Abogados Cristianos ha interpuesto una denuncia contra ella, y otros, porque con la determinación de la nueva ley del aborto, en sus críticas, utilizaron, como armas a los discapacitados, palabras como «monstruos», «hijos deforme» o «niños tontos».

Ahora, en otro orden de cosas, esta pérfida mujer, Rosa Regás acaba de publicar un artículo donde nos deja ver y reconoce, después de muchos años, lo que hizo, por la mujer, la abogada falangista  Mercedes Fórmica que ya en el año 1997 en una entrevista que le hizo Natalia Figueroa se lamentaba de que las feministas jamás se referían a ella cuando había sido una reformista del Código Civil y una buena escritora. Por eso solía decir: «Me silenciaron. ¿De buena o de mala fe? No lo sé. Lo cierto es que desde que murió Franco hasta hoy, las personas que han tratado el Derecho Privado no han nombrado aquella reforma. Como si no hubiese existido». Cinco años más tarde, con motivo de su fallecimiento, Natalia Figueroa, que nunca se refiere al pasado falangista de Mercedes Fórmica, volvió a escribir: «Olvidada incomprensiblemente por el movimiento feminista, las mujeres españolas le deben muchos de sus derechos». Efectivamente, en aquellos días casi ningún periódico recordó la reforma que logró de muchos artículos del Código Civil, Código Penal, Código de Comercio y de la Ley de Enjuiciamiento; incluso la mayoría llegaron a silenciar su muerte. El motivo principal era que Mercedes Fórmica fue falangista, desde el mitin fundacional (29 de octubre de 1933) que oyó por radio. Estuvo en la primera afiliación del SEU,  participando en el Primer Consejo Nacional y, luego, designada por José Antonio delegada nacional del SEU femenino y, como tal, miembro de la Junta Política de la Falange.

.Pero para Rosa Regás no todo fueron flores en el artículo que dedico a la falangista porque quiso aprovechar la ocasión para llevar el agua a su molino terminando con estas palabras: «Mercedes Fórmica, una mujer que no tuvo más visión que la de la injusticia a la que estaba sometida la condición femenina, cuya lucha para intentar recomponerla  vivió con tal intensidad que, quiero creer, le impidió darse cuenta del infierno ideológico en el que había elegido vivir». ¿Infierno ideológico? Infierno en el que ella vive, llena de odio como hemos visto. Yo  recomendaría, a esta Rosa mustia, que leyera a otra Rosa, Rosa Chacel, exiliada, Premio Nacional de las Letras , exponente del españolismo republicano, y verá que en el falangismo no había ningún infierno ideológico, más bien todo lo contrario.   .