Emigrar a Reino Unido no es lo que era
David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del centro de Reino Unido. Reino Unido ya no es un país para emigrar y mucha gente no lo entiende 17 meses tras su salida formal de la Unión Europea.
En enero de 2021 ya habíamos establecido que las maneras en las que se podía entrar en Reino Unido habían sido restringidas y la libre movilidad de personas no existe con este país.
En este tiempo hemos leído noticias de emigrantes españoles que en el control de pasaportes y por falta de información comunicaban a los agentes fronterizos en aeropuertos británicos de su intención de buscar trabajo, y eran retenidos en un centro de internamiento de inmigrantes para ser deportados poco después… esos centros de los que también España dispone, y cuya falta de legitimidad y ética los ha hecho famosos: los CIES.
Continuamente en las redes sociales seguimos viendo los mismos mensajes de ciudadanos que quieren emigrar al país y preguntan “cómo es de fácil trabajar”, o simplemente informan que llegarán a Reino Unido en unas semanas a buscar trabajo “de lo suyo”.
Cualquier ciudadano español puede entrar en territorio británico como turista y estar en el país durante 6 meses, pero su estatus de turista no le permite aceptar ningún trabajo.
Si le fuera ofrecido un trabajo debería salir del país, para entrar una vez que su visado a través de la empresa que lo esponsorice este solucionado…y no, no se puede lograr este visado desde dentro del país o pagarlo uno de su bolsillo.
La falta de papeles para trabajar significará que trabajas de manera irregular y conllevará sanciones para empleador y expulsión del país del trabajador.
La información confusa o la falta de investigación de los futuros emigrantes puede ser la causa que provoca que muchos ciudadanos sigan mostrando su interés por emigrar a este país, pero desde el Brexit todo es mucho más complicado.
La situación del país por otro lado no invita al optimismo que muchos teníamos cuando llegamos y aunque el mercado laboral sigue ofreciendo muchos puestos de trabajo debido a la falta de una mano de obra inmigrante cualificada hay muchos otros aspectos que hay que tener en cuenta.
El coste de la vida tras el COVID, la guerra de Ucrania y sobre todo el Brexit, está subiendo y según la Oficina Nacional de Estadística britanica, esta subida no se ve compensada con unos salarios que han caído un 1% en términos reales, siendo esta la cifra más grande de bajada de salarios desde 2014.
Las subidas salariales del 3.8% en Reino Unido no compensan la subida de precios.
Estas subidas en las nóminas de los trabajadores se están dando provocadas por un número de parados inferior al de la época pre-pandemia (un 3.8% de desempleados) y por la cantidad de trabajos disponibles, que ha llegado a una cifra récord.
Hay 1,3 millones de puestos por cubrir en sectores como la sanidad, construcción, hostelería, o finanzas…pero esto no vale para nada si hay falta de mano de obra y la economía se ve cercenada por las ideas de sus élites ultraliberales a las que les sobraban inmigrantes por todos los lados.
La cifra de parados podría no reflejar la realidad según Darren Morgan, director económico de la Oficina Nacional de Estadística, debido a que los trabajadores que dejan sus puestos, no necesariamente se registran como parados en “busca de empleo” y no se les incluye en los cálculos. Esto se debe a la diferencia existente entre el sistema español y británico, y la diferencia en compensación económica para los desempleados, siendo mucho menor la que se cobra en Reino Unido y normalmente durante un período de solo 6 meses.
El impacto más grande de esta tormenta perfecta recae, como siempre, en las clases trabajadoras que no disponen de ahorros, inversiones en Panamá, o segunda casa en Brighton.
La semana pasada el secretario de Medio Ambiente británico, George Eustice, nos regaló unas de esas declaraciones surrealistas a las que nos tiene tan acostumbrado el gobierno conservador en los últimos meses.
Eustice decía que los consumidores deberían elegir las marcas blancas de los supermercados para contener y manejar sus presupuestos domésticos.
Así son los liberales.
“Ustedes compren barato, producto sin valor nutritivo ni calórico y dejen los productos con cierta calidad para quien lo pueda pagar” parece que le faltaba por decir a este miembro de las altas elites económicas que dirigen Reino Unido y tan alejado de la realidad de una mayoría de familias en su país.
Con una inflación que podría llegar al 8% este 2022, solo una subida salarial del 6.6% nos permitiría seguir con el mismo standard de vida, según la Resolution Foundation.
El momento económico es parecido en todo el mundo, pero los datos económicos en Reino Unido siempre van un poco mas allá, y en marzo se mostró una caída en el producto interior bruto del 0.1% y esto es solo el comienzo.
La emigración a Reino Unido no es lo que era.
Solo con un visado previo es posible entrar a trabajar en el país y a las dificultades burocráticas ahora se ha de añadir la situación económica del país.
El futuro inmediato tras una salida de la UE que esta afectando a multitud de industrias, podría llevar a Reino unido a volver a ser, como se decía en los ’60 y ’70, el “sick man of Europe” (hombre enfermo de Europa).
Esta noción de país en problemas, con baja productividad, con pocos recursos para seguir creciendo fuera del bloque comercial más grande del mundo, y aislándose cada vez más no hacen de este país un destino tan apetecible como lo era hace poco tiempo.
¿Podría ser este el momento en el que en la actual tesitura las ventajas de emigrar a Reino Unido sean muchos menos que las desventajas?
Los que estamos en Reino Unido con décadas o lustros de experiencia a las espaldas, hogar montado, y trabajo asegurado nos toca sufrir lo que venga…España parece muy contenta de tenernos fuera y no hará mucho por atraernos de vuelta.