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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

FIF Opina

Fin del 2010: IBEX35… 9859,100

Joaquín Almasqué

Comenzamos el año con esperanza. Así como en matemáticas existe la fórmula de resolver problemas “por reducción al absurdo”, la situación actual tiene una evidencia que nos podría acercar al mismo concepto matemático: ya no existe nadie que no sepa de la existencia de la crisis económica y de sus peligros. En sentido cultural e informativo, y en el de su experiencia propia en alguna de sus múltiples formas de afección al bienestar personal, la economía familiar, la profesión o en la toma de conciencia de la disminución real del patrimonio ahorrado o invertido en inmuebles e inversiones financieras.
Esta situación suele tener unos efectos psicológicos colectivos realmente peligrosos. Por un lado el crecimiento del miedo y la desconfianza suelen ser las primeras reacciones, que tienen su punto dramático cuando se convierten en un sentimiento de pobreza, de protesta pasiva, de impotencia o de rendición a la capacidad de reacción ante los problemas. Por ello es por lo que creemos que determinadas actitudes negativas y de evidente sesgo egoísta, deben y van a ser radicalmente cambiadas por los distintos protagonistas del escenario público y privado español. Nos explicamos: en lo referido a las empresas, es obvio que la racionabilidad de las decisiones van a ser mucho más vigiladas que en épocas anteriores y muy perseguidas y castigadas aquellas que puedan afectar –en líneas generales- al bien común; y, por parte de los políticos, ya podemos intuir que tienen la certeza de que si la situación prosiguiera por el camino del desánimo, de la “apariencia de estar aplicando medidas”, de que la solución ya vendrá de fuera o la aplicación constante de movimientos en círculo bajo el lema de que “yo puede que sea malo, pero estoy seguro que tú eres mucho peor” (el cansino discurso del TU MÁS), el resultado ya no sería la pérdida de votos o de unas elecciones, sino la de una herencia de una España irreconocible producto ya no de una crisis intensa internacional, sino de una irresponsabilidad supina en la gestión del país.

Es por ello que tenemos esperanza en el 2011. Pero leamos, por favor, de forma correcta el mensaje. Es un optimismo que conlleva dramatismo. Pero, podemos y podremos. “Por reducción al absurdo”.
Recogemos y sintetizamos lo más destacado que se ha escrito, y la realidad de las cifras del 2010:
La bolsa española ha cerrado uno de esos años para olvidar, con una caída del 17,43%% en los 9.859,1 puntos. Lejos quedan los máximos del ejercicio alcanzados en enero, cuando se superaron los 12.200 puntos (12.233,90 el 11 de enero). La crisis de la deuda de los países periféricos de la zona euro, con déficits disparados, y la falta de confianza en la economía española por parte de los inversores, que han huido de todo lo que sonara a España, han provocado que el selectivo español presente el peor balance entre las principales plazas europeas y el cuarto peor de los mercados mundiales, solo por detrás de Venezuela (el Venezuela Stock Market Index cae el 35,46% a media sesión de hoy), Grecia (Athex Corporate Share Pry Chipre ha perdido el 35,16%) y Chipre (el General Market Index CSE acumula un retroceso del 34,35%), según los datos de Bloomberg.

Frente al fuerte retroceso del mercado español, el DAX alemán ha cerrado el año con una revalorización del 16,06%. Mañana abrirán media jornada las bolsas francesas y británicas.

En el selectivo español también ha habido valores que recordarán positivamente 2010. Iberia finaliza el año de su fusión con British Airways con una revalorización del 68,25%. También Inditex presenta un balance muy positivo, con una revalorización en el ejercicio del 29,35%, pese a los fuertes recortes de las dos últimas semanas.

Buena parte del descalabro del Ibex ha sido responsabilidad de los dos grandes bancos. Su exposición a la deuda de países afectados por la crisis y sus necesidades de refinanciación han pesado en su cotización. Los inversores internacionales han dado la espalda al sector financiero español y han provocado caídas superiores al 30% en las dos mayores entidades. BBVA cierra el año con un retroceso del 38,19%, mientras que Santander pierde el 30,48%.

Entre los cinco blue chips españoles, el único que se salva de la quema ha sido Repsol, que ha conseguido salvar el año con una subida del 11,35%, mientras que Telefónica e Iberdrola saldan el año con caídas del 13,09% y del 13,52%, respectivamente.