Muchas y muy distintas cosas se han dicho en todas las épocas y lenguas del teatro y su mundo, tanto en verso “La comedia, rica rosa, / gracioso entretenimiento / para ocupar gente ociosa / que divierte el pensamiento / de la tristeza enojosa” (Lope de Vega, La Maya) como en prosa “El teatro es, de ordinario, la literatura de las personas mundanas que no tienen tiempo para la lectura (Charles Sainte-Beuve) y hoy es momento de dirigir una mirada a este mundillo tan particular para rendir un homenaje a María Jesús Valdés, fallecida este sábado 12 de noviembre a los 84 años.
María Valdés ha sido una gran actriz, directora y empresaria de las tablas españolas cuya trayectoria profesional se divide en dos etapas. La primera, desde su temprano debut en el Teatro Español Universitario a los 17 años, con El retablo de las Maravillas de Miguel de Cervantes, y luego como primera actriz en el Teatro Español, que en 1949 dirigía Cayetano Luca de Tena, quien le brindó protagonizar la Historia de una escalera, de Buero Vallejo, hasta su matrimonio en 1957 con el médico Vicente Gil. Y la segunda, años después del fallecimiento de éste hasta muy recientemente.
Su repertorio de obras y autores sería interminable. De la primera época, destacan, además de las ya citadas, 'La prudencia en la mujer' (Tirso de Molina) y 'En Flandes se ha puesto el sol' (Eduardo Marquina), 'Dios con nosotros' (Vicente Escrivá), Don Juan Tenorio (Zorrilla), El gran minué (Víctor Ruiz Iriarte) y otras extranjeras como La fierecilla domada, Medida por medida o Macbeth (Shakespeare), Electra (Sófocles), El fin del paraíso (Priestley), El amor de los cuatro coroneles (Peter Ustinov)... En la segunda época, tras su regreso a los escenarios en 1987, triunfó con 'Bernarda Alba' (García Lorca) o Carta de amor (Fernando Arrabal).
También interpretó papeles en el cine, como 'Consultaré a Mr. Brown' (1946) o "El verdugo" (1947) y en series televisivas como Periodistas. Pero siempre dijo que las cámaras y el celuloide no eran lo suyo porque, como reconoció, muy femeninamente, "Quería salir lo más guapa posible, pero la cámara no se enamoró de mí”.
Distinciones como el Premio Nacional de Teatro, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Nacional del Círculo de Escritores, el Premio Nacional de la Crítica, el Premio a la Mejor Compañía, el Premio de la Unión de Actores, el Premio Nacional de Teatro, el Premio Max de teatro a la mejor actriz, el Premio Mayte de Teatro o el Premio Memorial Luis Parreño a la calidad en el teatro en 2006, avalan el reconocimiento general y la calidad de toda su larga trayectoria profesional.
Como ella decía, "Los aplausos se van, quedan las personas, y si no quieres llevarte disgustos serios lo mejor es no creerte nada de lo que dicen, ni lo bueno ni lo malo". Lo que nunca dijo y no dejan de hacerle justicia son las palabras de Laurent Angliviel de La Beaumelle: “Solamente prosperan las Bellas Artes en aquéllos países en que las mujeres son hermosas y graciosas”. Descanse en paz María Jesús Valdés.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO