
Ana Abril Ámez
El Senado ha aprobado la reforma laboral, con pocas modificaciones sobre el texto enviado desde el Congreso, aunque con algunas especificaciones o puntos significativos: se provee el despido de los empleados que falten al trabajo sin justificación. También se recuperan los procedimientos de mediación conocidos en los convenios colectivos cuando la empresa o compañía tramite un Expediente de Regulación de Empleo. Ambas iniciativas reformatorias tienen origen en el PNV.
Con la aprobación de esta reforma se establece la reducción de 100 a 30 días del periodo de gracia que la ley concede a los parados para rechazar cursos sin ser sancionados.
El texto ha recibido el apoyo de 12 votos (PSOE, Entesa y Grupo Mixto), 12 votos en contra (PP) y 2 abstenciones (CiU y PNV) –como ya ocurrió el pasado 29 de julio en el Congreso-. Este empate ha obligado a recurrir al sistema de voto ponderado –procedimiento que tiene en cuenta el número de senadores con el que cuenta cada grupo en el Hemiciclo-. Esto supuso la victoria al PSOE que sumó 129 puntos a favor, frente a los 123 del Partido Popular.
Uno de los puntos que se han puesto de acuerdo ambos partidos ha sido la iniciativa del Partido Socialista sobre las sanciones a los parados que rechacen los cursos, a cambio de que el artículo 14 de la normativa asegure a los desempleados una formación ajustada a su perfil y currículo profesional.
Esta ratificación del texto promueve el avance y la continuación de la reforma laboral. El último examen está por llegar. Hasta llegar ese momento, el Congreso de Diputados decidirá si admite o no las modificaciones expuestas en el texto.