Alfonso Sonado

El Renault Twizy es un biplaza urbano eléctrico para todos los bolsillos, se trata de un coche urbano con dimensiones de moto, un “cuadriciclo” que tiene una normativa diferente a la del resto de coches tradicionales.

Por coche urbano se entiende un vehículo compacto, con una gran maniobrabilidad, sencillo de aparcar, que no consuma mucho combustible o a poder ser nada, y muy barato de mantener. Es la alternativa al transporte público, al vehículo particular y el camino del fin de los atascos. Todo esto lo representa este pequeño eléctrico que se produce en la factoría de Valladolid para todo el mundo.

Lo mejor que tiene son sus dimensiones de 2,34 metros de largo por 1,24 metros de ancho, que da espacio para dos cómodas plazas en trayectos urbanos, con una especial facilidad para la maniobra y el aparcamiento hasta el punto de no tener que pagar en las zonas de control de estacionamiento verdes y azules. El consumo del motor eléctrico cada 100 kilómetros, en función del rendimiento que se le exija no pasará de los 1,70-1,80 euros, una cifra imposible de igualar por ningún otro vehículo de combustión y menos aún con la escalada de precios de los carburantes que estamos sufriendo actualmente. Entre sus mejoras está la suspensión, que actualmente es bastante dura, y una solución efectiva para las ventanillas.

Bajo precio gracias a las baterías de alquiler
A pesar de que juega en contra de la cultura de la posesión, muy arraigada en España, la única alternativa que ha encontrado Renault para poder ofrecer los asequibles precios (por debajo de los 5.000€) es un sistema “obligatorio” de alquiler baterías. Las baterías sufren un desgaste continuo y el concepto de alquiler permite la posibilidad de sustitución de la batería, sin cargo añadido, aunque según Renault deberían mantener la mayor parte de su capacidad en toda la vida útil estimada del vehículo.