
Fidel García. Santiago, hermano de Juan, ambos hijos de Zebedeo, junto a Pedro forma del grupo de los Apóstoles más íntimamente relacionado con su Señor y Maestro Jsucristo. Alrededor de la fiesta de Pascua 43 o 44, Herodes Agripa lo hizo degollar para conseguir la aceptación del terrorífico Calígula, y complacer a los judíos. Desde el siglo IX, el sepulcro de Santiago de Compostela (al igual que el de San Pedro en Roma y el Santo Sepulcro de Jerusalén de Jesucristo) es uno de los centros mundiales de peregrinaciones al que se accede por el Camino de Santiago. Actualmente Asturias se quiere postular como Origen del Camino.
La Intrahistoria de la relación de Santiago con España es larga e intensa, pese a los intentos de los pseudos historiadores para los que no existe la verdad por lo tanto los hechos, sino sus interpretaciones negacionistas.
Es muy importante acudir a testimonios antiguos para comprender esta relación de la Hispania romana con Santiago el Mayor. Así San Jerónimo, la máxima autoridad bíblica de su tiempo, junto con San Agustín, sostiene que después de su muerte los apóstoles descansaron en los lugares que evangelizaron. Así, Santo Tomás es venerado y honrado en la India. Santiago el Mayor, según el Papa Español, Influenciado por San Jerónimo, y su amigo también español Paulo Osorio, conoció muy bien hasta el lugar en las Españas.
Así el intrépido Hijos de Trueno Santiago salió de Jerusalén en cuanto pudo para trasladarse por mar a las Hispanias que entonces eran las tres provincias del Imperio Romano, la Tarraconense, la Bética y la Lusitania, hoy España y Portugal. Una tradición inmemorial y muy hermosa une la presencia de Santiago con la Madre del Jesucristo tal como se celebra y se vive en la gran basílica del PILAR pese a los intentos de destrucción durante la guerra civil, aún se pueden ver los efectos de los satánicos bombardeos. La Basílica que sigue siendo el alma de la Hispanidad de la que su gran poeta y defensor Rubén Dario afirmó: la América que cree en Jesucristo y reza en español
La Obra de la Evangelización, debido a Santiago y sus discípulos, aún pervive en cientos de millones de católicos de diversos continentes de Extremo Occidente y de Extremo Oriente. Gracias precisamente a esta singular fecundidad la herencia apostólica del apóstol Santiago el Mayor y de sus hijos espirituales, su obra abarca veintidós naciones hispánicas y católicas del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo; el número de católicos que hoy existen en ellas supera mitad de los católicos del mundo