No hizo falta una caída aparatosa, ni un golpe brutal, ni una imagen escalofriante para encender todas las alarmas en San Francisco. Bastó con ese gesto leve, casi imperceptible, de dolor en el rostro de Stephen Curry para que todo el mundo entendiera que algo no estaba bien. Y no lo estaba. La resonancia confirmó lo que se temía: distensión en el isquiotibial izquierdo. Grado 1. Palabras que suenan inofensivas, pero que en playoffs pueden cambiarlo todo.
El momento exacto en que se rompió el guión
Todo sucedió en el segundo cuarto del partido contra los Timberwolves, justo cuando Golden State empezaba a dominar con autoridad. Curry, como tantas otras veces, encestó un tiro de media distancia, giró para volver a defender… y ahí se detuvo. Miró al banco, pidió el cambio y se fue directamente al vestuario. Desde ese momento, el ambiente cambió en la pista… y también en las cuotas NBA de Betfair, que reaccionaron al valor estratégico que tiene su presencia en cada jugada.
El diagnóstico llegó al día siguiente, pero el impacto fue inmediato: fuera del resto del partido. Y ahora, también, fuera del segundo, y probablemente del tercero. Incluso se habla de una posible baja para el cuarto. Porque aunque no es una lesión de gravedad quirúrgica, el isquiotibial es traicionero, y más aún cuando hablamos de un jugador que basa tanto su juego en cambios de ritmo, cortes explosivos y movimiento constante sin balón.
¿Qué significa “distensión de grado 1” y por qué preocupa tanto?
En términos médicos, una distensión de primer grado implica un pequeño desgarro o estiramiento excesivo del músculo. En teoría, una semana de reposo podría bastar. Pero la realidad del calendario de la NBA no entiende de tiempos médicos ideales. En apenas unos días se juegan hasta tres partidos más. Y si Curry no puede regresar pronto, los Warriors tendrán que sobrevivir sin su faro ofensivo.
Más allá del dolor físico, la gran preocupación gira en torno al rendimiento si decide forzar el regreso. Porque incluso si se arriesga a jugar antes de estar completamente recuperado, es muy probable que no sea el mismo. Y eso, en una serie tan cerrada, puede marcar la diferencia entre avanzar o quedarse en el camino.
¿Qué dicen los Warriors y qué podemos esperar?
Steve Kerr fue claro pero prudente. Habló de “día a día”, de seguimiento, de confianza en el grupo. Pero se le notaba la preocupación, el cuidado en las palabras, el tono serio. Lo mismo en Draymond Green, que reconoció que el equipo sintió el golpe anímico pero que intentaron convertirlo en energía positiva. Aun así, todos coinciden en lo mismo: sin Steph, esto no es lo mismo. Ni cerca.
En el entorno del equipo se comenta que la prioridad es no arriesgar una recaída, pero también se sabe que Curry querrá volver lo antes posible. No es un secreto que en playoffs los tiempos se estiran, los dolores se minimizan y se juega al límite.
Una serie que ahora se juega también fuera de la cancha
Mientras la atención pública se mantiene en los triples, en los marcadores y en las bet deportivas, los Warriors están pendientes de una sola cosa: cómo evoluciona el músculo más observado de la NBA en estos días. Porque más allá del talento colectivo y del compromiso de todos, es imposible ignorar lo obvio: sin Curry en modo MVP, las posibilidades de Golden State se reducen… mucho.
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