Home

Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

EL SIGLO DE LOS POLÍTICOS

Todos los políticos suspenden y España se radicaliza

Pedro Sáez Martínez de Ubago. Se han conocido las últimas encuestas del CIS y dos cosas hay que destacar del resultado: aunque crece el interés por la política entre los españoles, todos los políticos suspenden y España se radicaliza. Así se desprende de un resultado según el cual los tres principales problemas de los españoles son el paro, la economía y los partidos políticos, todos cuyos principales representantes, así como el gobierno recién nombrado suspenden y bajan nota, particularmente el presidente Mariano Rajoy quien baja del segundo puesto y un 4,55 al sexto puesto con un 3,84.
Por otro lado, siempre dentro del suspenso, Rosa Díez es la mejor calificada, con un 4,47 (menos que el 4,75 de enero), aunque baja nota del 4,25 al 4,11, mejora de posición Uxúe Barkos (Geroa Bai) y pasa a la segunda.
A su vez, de las formaciones minoritarias y de corte nacionalista o separatista, suben Izquierda Unida, Amaiur, ERC y CIU, se mantiene Geroa Bai, mientras PNV, BNG y Coalición Canaria pierden estimación de voto respecto al mes de enero.
La conclusión es obvia: TODOS LOS POLÍTICOS SUSPENDEN a los ojos de los votantes y, ante el fracaso del PSOE y los continuos embustes de un PP cuyo presidente ha ratificado su disposición a seguir haciendo lo contrario a lo que prometió en la campaña electoral y en el debate de investidura, los favorecidos son los extremos más radicales y antiespañoles. Como dice el evangelio de San Mateo (13–9) “El que tiene oídos, que oiga”…
¿Pero qué cabe esperar en una nación como España que se ha convertido en el tonto del mundo? Los gobiernos bananeros de Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales nos roban las empresas en Argentina y Bolivia; nuestros socios europeos envían al príncipe Eduardo de Inglaterra a celebrar en Gibraltar los actos de conmemoración del 60 aniversario de la llegada al trono de la reina Isabel II; y en unas recientes encuestas sobre la cultura científica de los españoles realizada entre once países a los españoles nos ha quedado el dudoso honor de destacar en la undécima plaza.
Y en España, la cosa está tan mal que consejeros de sanidad tienen que sobrevivir ejerciendo la medicina en el extranjero; quienes deberían ser intachables, como el Presidente Tribunal Supremo, se corre por los mentideros que presuntamente pagarían esparcimientos de fin de semana con dinero público; o además de los políticos en las campañas, sólo se atreven a prometer empleo seguro las academias de prostitución -lo que implica que, mientras casi seis millones de españoles y millón y medio de familias no tienen que llevarse a la boca, a otros les debe sobrar mucho para gastarlo tan alegremente- algo debería traernos ecos de la acusación que Juan Pablo II formula en “Sollicitudo rei socialis” contra las sociedades que crean estructuras de pecado.
Pero entre los partidos y sus dirigentes, lo que se ha denominado “la clase política”, que sigue haciendo su vida y gozando de prebendas que no se corresponden con el balance de una gestión que en cualquier empresa privada les llevaría a perder el puesto, sin parecer percatarse de la realidad, como si vivieran en el engaño de un Hitler que, en sus últimos días de vida, seguía ordenando desde su bunker de Berlín  acciones a unidades inexistentes de un ejército aniquilado.
Para no tomarlo tan a la tremenda, por aquello de reír para no llorar, esta actitud de los políticos que dicen gobernarnos y, sin embargo, constituyen nuestro tercer problema, evoca la escena de la película Don Erre que erre, de Paco Martínez Soria, donde ante su reticencia a cambiar la más que centenaria cerámica de un horno de su taller, el técnico de mantenimiento pregunta al encargado “¿En qué siglo vive este señor?” a lo que el encargado responde “Tiene uno para él solo”.