
Jesús Martínez Madrid. Durante toda la crisis pero especialmente en las últimas semanas el Gobierno del Estado español está mostrando un comportamiento contradictorio, se anuncian y desmienten temas de gravedad con tanta facilidad que dan muestras de carecer de un plan de acción. A los desmentidos al secretario de Estado de Hacienda, los ciudadanos nos hemos enterado por la opinión pública de que la vicepresidenta Económica, Elena Salgado, admite ahora que la subida del IVA, a partir de julio, probablemente reducirá el consumo.
Por tanto, no aumentará la recaudación ni reducirá el déficit público y sí contraerá la actividad económica. Éste es el mismo análisis que el Gobierno despreció cuando aprobó la subida de impuestos como un esfuerzo de solidaridad. Las palabras de Salgado no son una rectificación, sino una confesión de la falta de planificación política de la salida de la crisis. En este marasmo de descoordinación, la imagen exterior de España cotiza a la baja, como ha vuelto a demostrar Standard & Poor´s, al mostrar su desconfianza de que el Gobierno español pueda rebajar el déficit al 3 por ciento en 2013.