
Novopress. El Gobierno pretende establecer el marco para el cambio de modelo productivo de la economía, que se plantea que salga adelante a mediados de 2010. Los principales aspectos del anteproyecto de ley de Zapatero se pueden clasificar conforme a tres líneas definitorias:
• Entorno económico y competitividad: Se reducen los Consejos en los organismos reguladores; se obliga a las sociedades cotizadas a hacer públicos los sueldos de los consejeros y altos directivos (sin mayor impacto sobre éstas); se reducen los plazos para la creación de empresas; se obliga a las Administraciones a reducir el periodo para pagar; los contratos del sector público sólo podrán modificarse bajo determinadas circunstancias y no podrán superar el 20% del coste inicial.
• Medio ambiente: el objetivo es reducir el 20% las emisiones de gases de efecto invernadero y que la generación procedente de energías renovables sea del 20% en un plazo de 10 años.
• Fiscalidad: se amplía del 8% al 12% la deducción en el impuesto de sociedades para inversiones en I+D+i; se limita la deducción por inversión en vivienda habitual según la renta y se equipara el régimen fiscal de compra al de alquiler de vivienda.
Pero con todo ello el impacto a corto plazo de estas medidas será bastante escaso ya que el Gobierno, en lo que supone más bien un anuncio vacío de contenido, no incluye las reformas más necesarias de manera inmediata, especialmente las relativas al mercado laboral y a la Seguridad Social. Además, muchas de estas medidas ya fueron anunciadas anteriormente por el Gobierno de Zapatero y muchas sólo suponen una pincelada inicial, un marco de partida que requerirán de una regulación específica ulterior (que probablemente no se llevará a cabo, pues el gobierno sabe bien del efecto placebo de un mero anuncio), por lo que ahora son tan sólo buenas intenciones sin contenido alguno que además no abordan los problemas desde un planteamiento radical del sistema económico imperante, que nos llevará de crisis en crisis, pues la propia naturaleza del mismo es insostenible, al estar basado en el crecimiento por el crecimiento.
Unas medidas que no suponen, como pretenden, un cambio de modelo productivo, pues son irrisorias para tan arduo fin. Se trata de un conjunto inconexo de medidas que no han contado con el beneplácito de partidos políticos de toda ralea (desde PP a ERC han criticado el anteproyecto de ley), ni con los diferentes actores sociales implicados además de que vienen acompañadas por una marea de optimismo del gobierno que no se corresponde con la desastrosa gestión económica de su gabinete. En resumen la Ley de Economía Sostenible es sólo humo.