
Fidel García Martínez. Hace años, el padre de la semiología moderna, Umberto Eco, escribió un breve ensayo sobre los apocalípticos e integrados en relación con la importancia de las TIC en la sociedad postmoderna: para unos estas tecnologías suponían el fin de la la libertad y la democracia, para otros, lo integrados, el origen de todos los bienes. Ningún de los dos bandos acertó porque no llegó el fin del mundo un 23 de septiembre como se había pronosticado hace algunos años. Otros lo están viendo con el fin de la democracia liberal con los movimientos populistas y demagógicos del neomarxistmo de la lucha de clases y sexos y el fin de la historia
Manuel Parra celaya. Vacían materialmente los supermercados. Con preferencia, hacen acopio de latas de conserva, alimentos no perecederos y papel higiénico, sobre todo, papel higiénico, al modo de los inicios de la pandemia, como si ahora se avecinase un nuevo virus intestinal con efectos de gastroenteritis. Algunos se proveen, también, de farolillos de camping-gas, de linternas, hornillos y velones. No se trata, en este caso, de precauciones ante una nueva mutación del maldito coronavirus, siempre acechante por otra parte, sino de los anuncios apocalípticos de un apagón general, que puede dejarnos, sin previo aviso, sin gas, iluminación, calefacción, frigoríficos en uso e Internet; creo que esto último es lo que más preocupa, pues provocaría, amén de posibilidades de trabajo a distancia -ahora que se está volviendo a las formas presenciales-, posibilidades de comunicación y de recreo festivo.

Fidel Garcia Martínez. Durante siglos en la cultura Española y en la tradicional noche de ánimas, la que va desde el día de Todos los Santos a la Noche difuntos, se representaba en pueblos y ciudades las aventuras y desventuras de uno de los grandes mitos de la literatura tal como dramatizó José Zorrilla Don Juan Tenorio, hermano menor del de Tirso de Molina El burlador de Sevilla. El público salía de las representaciones del Tenorio emocionado y repitiendo versos del drama.

Pablo Alejandre Calviño. Pensando sobre el actual episodio en la frontera polaco-bielorrusa, donde Lukashenko ha lanzado, estilo marroquí, una oleada de inmigrantes para que entren ilegalmente en la UE por Polonia, me pregunto si esto debilita o refuerza al Gobierno polaco: en el pulso que éste sostiene contra las autoritarias imposiciones ideológicas europeas, le resulta vital consolidar la precaria mayoría electoral que ahora tiene en su país; y como pocas cosas unen más a una nación que una "agresión" externa, es predecible que el pueblo polaco cierre filas a favor de su Primer Ministro.

Jorge Llopis Planas. Perito Judicial de Arte. Una vez más los portugueses nos enseñan como se deben hacer las cosas. Seguimos mirando a nuestro vecino más querido como si fuera el hermano pequeño, el pobrecito, pero desde hace años el gobierno luso nos está dando lecciones de una gestión envidiable: Beneficios fiscales para empresarios que emigran, gestión del Covid de acuerdo con la Ley, buena relación con sus excolonias de donde no le llegan pateras y una relación envidiable con los ingleses con Brexit o sin él y continúan con un café delicioso.
Miguel Massanet Bosch. Sus intentos de camuflar la realidad del país, fracasan ante la dura realidad de una España en crisis de valores y en las manos del progresismo bolchevique. En realidad existe una evidente diferencia entre la visión idílica de quienes nos gobiernan a golpe de decretos y prescindiendo de cualquier relación con la oposición, y lo que está sucediendo a nivel de los ciudadanos, que se ven ante una situación en la que se nos pinta un porvenir, en manos de las izquierdas que ocupan el poder, que difiere en mucho de lo que los economistas, el Banco de España, el Fondo Monetario, el Banco Central Europeo y aquellos encargados de fiscalizar el cumplimiento de nuestros compromisos con la CE desde Bruselas, están diciendo, informando, recomendando o advirtiendo, en cuanto a determinadas cuestiones de alto interés para la recuperación de la nación española y la mejora del estatus de sus habitantes.
David Casarejos. Presidente del Consejo de Residentes del centro de Reino Unido. Consejero por Reino Unido en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior. Banter es la palabra milagrosa que se usa en Reino Unido cada vez que se pasan de la raya y entran en el terreno farragoso del insulto y la ofensa, y esta semana ha estado en el centro de la atención mediática en el país. El ex jugador del equipo de Yorkshire de cricket Azeem Rafiq en 2020 alzó la voz para quejarse del uso frecuente del término “paki” cuando se referían a él, y no solo se consintió, sino que además se hizo caso omiso de este episodio racista con un jugador profesional.
Luis Losada Pescador. La verdadera batalla no es la de Yolanda Díaz contra Nadia Calviño. Ni siquiera la de Ayuso contra Casado. La verdadera batalla es la de Yolanda contra Díaz y la de Pedro contra Sánchez. Ese sí que es un cara a cara a portagayola. Veamos. Sánchez pactó con Iglesias derogar la reforma laboral. Pero Iglesias se fue y Bruselas aprieta, así que ‘su sanchidad’ flaquea. Es entonces cuando Yolanda, eternamente Yolanda, decide abanderarse en la reforma laboral. Derogación sí o sí. Busca de esta manera fraguar afectos de cara a ‘La Otra izquierda’, la nueva Podemos reunificada con las ‘mujercitas’ Mónica Oltra, Mónica García, Ada Colau y lo que queda de los morados.

Sólo hay algo más temible que un timador español: Un estafador italiano. Y que quieren que les diga, ya puestos a que te esquilmen, prefiero la finezza y maniera italiana. Mientras el español es cutre y visceral en su vulgar estampita, el Italiano persigue la inmortalidad gracias a la Concettualitá. La trascendencia de la Estafa en lo Universal.
MANUEL PARRA CELAYA. Concedo escasos ratos para ver televisión. Paradójicamente, el tiempo de un jubilado -por lo menos en mi caso- se va llenando a lo largo de los días de ocupaciones, unas ineludibles, otras sugerentes y más agradables, que lo distancian del dolce far niente de los que miran las obras de la calle y de una ociosidad malsana. Las excepciones pueden ser algunos informativos (nunca de noche, con el fin de garantizarme un sueño tranquilo y sin pesadillas) y el buen cine, con preferencia de los clásicos y con excepción de películas donde los trucos tecnológicos, las explosiones, tiroteos desproporcionados y alocadas carreras de coches vayan en detrimento de lo inteligente e interesante de un argumento y del buen hacer de los actores; también, con excepción de las películas españolas con el manido fondo de la guerra civil o de la posguerra.