
Tomás Salinas García. El mismo que decía “¿qué crisis? No hay crisis”, es el mismo que dice ahora que se empezará a crear empleo en la segunda mitad del año, casualmente justo después de las elecciones.
P. Manuel Bru. Esta es la pregunta que el arzobispo de Túnez, monseñor Maroun Lahham, le hace al asesino del joven salesiano polaco Marek Rybinski, degollado el pasado 18 de febrero. Según el Ministerio de Interior de aquel país, el motivo fue que el carpintero de la escuela de los salesianos de Manouba no había dado cuentas del adelanto económico recibido para la compra de materiales, y presa del pánico, “sorprendió al sacerdote con sucesivos golpes muy fuertes con un objeto contundente en la nuca y el cuello provocándole la muerte “. Pero el arzobispo, lógicamente, no puede creerse que el Padre Marek haya muerto por dos mil dinares.
Max Silva Abbott. Ante los actuales debates éticos de nuestra sociedad, está siendo cada vez más común escuchar que una cosa son los valores que cada uno puede profesar, y otra muy distinta la función que debe desempeñar el derecho, no siéndole lícito a este último entrometerse en materias éticas.
Miguel Massanet Bosch. Asistimos a una de estas situaciones en las que las naciones prescinden de la legalidad, de la honorabilidad, de la justicia y la vergüenza, para aplicar, sin el más mínimo rubor, el aforismo de que “el fin justifica los medios.
Max Silva Abbott. Cualquiera que se adentre en la filosofía de los dos últimos siglos, no puede dejar de percibir que ha predominado en muchos sectores una verdadera animadversión hacia el razonamiento moral, esto es, la posibilidad de encontrar un estatuto racional para la ética.
Juan Manuel Alesson. Hay frases, sentencias, principios, imágenes, que te acompañan allá donde vayas. Una de esas sentencias define, como pocas, el sentimiento aristocrático de la vida. ‘El verdadero aristócrata, viene a decir, es aquella persona que empieza cuando las demás acaban’. Después de pensarlo, resulta inamovible. El recorrido es todo lo largo que se quiera.
José Luis Orella. La consecuencia del frustrado intento de golpe de estado fue la consolidación del sistema democrático en torno a la figura del jefe de Estado. Juan Carlos I se legitimó ante el extranjero como un monarca democrático. Los responsables del golpe fueron condenados a duras penas de prisión y pérdida de su carrera militar, y 20 meses después los socialistas de Felipe González ganaban las elecciones generales en representación del cambio, y con las bendiciones de Willy Brandt, presidente de la Internacional Socialista, y padrino del socialismo español. El alemán había guiado hacía el camino a la socialdemocracia a un socialismo que se despegaba de un exilio aparcado en los mandiles y las pistolas.
Miguel Massanet Bosch. Es un camino hacia la democracia, lo cual, al menos aparentemente, se puede aplaudir; no obstante, no queda claro cuáles de los posibles gobernantes tienen capacidad para poner orden.
Tomás Salinas García. Toda una defensa del Gran Jefe que el mismo Bono resume al afirmar que "tenemos un gran presidente del Gobierno" y "detrás del presidente hay un hombre digno de ser valorado". José Luis Rodríguez Zapatero anda fastidiado, pues a buen seguro considera en su delirio que lo está haciendo de lujo.
Tomás Salinas García. Los parlamentarios del PSOE tienen miedo a perder sus beneficios y que tengan que ganarse la vida trabajando 8 horas diarias durante 5 días a la semana, como el resto de los españoles. No, las crisis y las obligaciones no quiere que les afecte.