Luis Losada Pescador. La expulsión del histórico líder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, marca un antes y un después. Le expulsan por “reiterado menosprecio de las siglas”. Todo sin audiencia del interesado, sin las menores garantías, violando el reglamento interno. ¿Quién menosprecia las siglas, quien abandona la tradición socialista y se echa en manos del chantaje secesionista o quien lo crítica? Felipe González ha levantado la voz para reivindicar la libertad de crítica interna: “no hay que tragar con todo”. Porque a Redondo le han expulsado por un artículo crítico con la amnistía. Con el mismo criterio Ferraz podría abrir expediente de expulsión contra Felipe. Llueve sobre mojado porque varios ex diputados socialistas han firmado un manifiesto donde señalan que jamás hablarían con un compatriota con un pinganillo. Tenemos una lengua común llamada español que además compartimos no sólo entre todos los compatriotas sino con 20 naciones hermanas de la América hispana.
Luis Losada Pescador. El presidente en funciones del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, eludió mencionar indirectamente a amnistía en la apertura del año judicial. Sí hizo referencias veladas apelando a la necesidad de defender la independencia del poder judicial y que el poder político tenga un control judicial. También señaló que las instituciones deben de estar por encima de los intereses de los partidos. Ese fue su discurso público. Pero discretamente lanzó el mensaje de que la amnistía vulneraría el principio de igualdad de los españoles y legitimaría el intento de secesión del 1 de octubre. Ahora ya, más abiertamente, advierten que la amnistía “abriría un boquete” en el Estado de Derecho. ¿Por qué callaron esta declaración en la apertura del año judicial?
Luis Losada Pescador. El PNV sabe que tiene la llave de la gobernabilidad. Pero también que su prioridad son las elecciones vascas. Por una parte, pactar con un Feijóo con apoyo de Vox sería interpretado mal. Pero por otra, pactar con el PP le permitiría amarrar la lehendakaritza en casio de que Bildu hiciera un ‘sorpasso’. También sabe que el PP no puede dar la independencia. Así que Urkullu se ha inventado los círculos cuadrados, el ser y no ser al mismo tiempo, la ‘independencia fake’. Pretende la autodeterminación pero sin reformar la Constitución. O sea, un nuevo estirón a los ya eestirados encajes constitucionales. La “indisoluble unidad” de la nación española va quedando casi como una reliquia, una manera de hablar, una reminiscencia del pasado…
Luis Losada Pescador. Primero amnistía y luego referendum. Ese es el orden de los factores de ERC en la negociación con Sanchez. De momento creen que Sánchez aceptará la amnistía -con el eufemismo que se quiera- porque -aseguran- el secretario general del PSOE “ha demostrado tener un estómago de acero”. Jurídicamente no será fácil. Porque ni la Constitución española ni la legislación europea permiten una amnistía. Bastante es aceptar la ley de gracia que ya supone la violación de la independencia judicial. Y por cierto, Bruselas sigue molesta con España por el ‘secuestro’ del CGPJ por parte del gobierno. Una más y ya sería tarjeta roja. En cuanto al referéndum de independencia también es complicado. Porque supondría califocar como discutible la “indisouble unidad de la nación española” consagrada en el art. 2 de nuestra Constitución.
Luis Losada Pescador. Soplar y sorber no puede ser. Lo decían nuestras abuelas en una tradición oral del sentido de sensatez que parece haberse quedado en almoneda. Porque ahora se puede garantizar la gobernabilidad de España para trocearla. Se puede jurar cumplir la Constitución en nombre de la republica catalana o vasca. ¿Círculos cuadrados? Si el asunto llegara al Constitucional apuesto doble contra sencillo a que Pumpido lo ‘bendice’ en pro de la libertad de expresión. Y como la autoridad que no se ejerce se desprestigia, la nación que no se toma en serio se asegura el ninguneo, el troceo y la destrucción. Hacia eso caminamos. Los culpables no son los nacionalistas centrifugadores de la unidad nacional sino la irresposnabilidad de un partido socialista y de su secretario general, Pedro Sánchez, de poner la nación en solfa con tal de permanecer en la Moncloa.
Luis Losada Pescador. La resiliencia de Sánchez se estudiará en los libros de Psicología. No tira la toalla nunca. Agota todas las oportunidades sin perder la esperanza. La última batalla ha sido es llevar a los tribunales el último escaño ganado por el PP, el de García Adanero. Si ganara, ya no necesitaría el sí de Junts y le bastaría con su abstención. Más barato para el prófugo y más fácil para el ‘cambiacolchones’. En paralelo, le ha pedido a la Fiscalía que recurra la decisión de la Sala de Vacaciones del Constitucional de archivar el recurso de Puigdemont. Tras el recurso será el pleno del Constitucional presidido por Pumpido el que resuelva la patata caliente en plena negociación de investidura. ¿De quien depende la Fiscalía? Ambos movimientos no hacen sino revelar el enorme nerviosismo de Sánchez. Aunque proyecta la imagen de esperar veraneando con tranquilidad, no las tiene todas consigo. Y lo sabe.
Luis Losada Pescador. Nada mejor que jugar a ganar-ganar como si uno fuera la banca, que como saben, siempre gana. La jugada de Sánchez consiste en abrir la puerta a la negociación con todos los que odian a la nación española para garantizar la gobernabilidad de la nación española. Así de paradójico… De momento, ya se abre a un nuevo modelo de financiación autonómico. Ahora, justo ahora es cuando el PSOE abre el melón. Traducción: tajada. Nada nuevo bajo el sol. Incluso podría plantearse la condonación de la deuda catalana. ¿Y el resto de comunidades?, ¿cómo solventar ese agravio comparativo?
Pero los secesionistas creen que les ha tocado el Gordo con Sánchez y quieren más. Saben que tienen la llave de la Moncloa y exigen referendum de independencia y amnistía para los golpistas. Y de momento la respuesta no ha sido el ‘no es no’ de Sánchez.
Luis Losada Pescador
El PP podía haber hecho como Ayuso y tratar de convivir con Vox de la mejor manera posible. Pero optó por tratar de combatirlo, demonizarlo, acusarle de populismo peligroso, de inconstitucional, de radical. En definitiva, sumarse al cordón sanitario de las izquierdas, incluído el silencio mediático o en su defecto, la censura. Es lo que hizo Feijóo al afirmar que creía que sería malo para España un gobierno de coalición con Vox, que llamaría al PSOE tras las elecciones para pedirle que facilitaran su investidura sin depender de Vox. Incluso llegó a pedir a los votantes de Podemos que le votaran para evitar que Vox pudiera compartir gobierno.
Luis Losada Pescador. No es a Pedro Sánchez nadie le compraría un coche usado; es que nadie se lo compraría nuevo. El ‘cambiacolchones’ ha hecho de la mentira su principal arma política. No termina de comprender que el abuso de la mentira la convierte en perfectamente inútil. Cuando se devalua la credibilidad, la palabra dada no vale nada. Dijo que no indultaría a los delincuentes del procés y lo hizo con el argumento que lo contrario sería buscar venganza. ¿La Justicia es venganza o restitutiva? Dijo que no podría dormir por las noches con Podemos en el gobierno. Y no sólo han estado en el gobierno sino que han sido intocables; ha ‘matado’ políticamente a sus más fieles como Iván Redondo, pero los ministros de Podemos han resultado absolutamente intocables.
Luis Losada Pescador. El CIS reitera su error y vuelve a situar a Sánchez como vencedor del 23 de julio. Eso sí que es ‘cocina creativa’... Más allá de la presunta malversación de fondos públicos por parte de un ideologiozado y politizado Tezanos, la pregunta es por qué. Por qué ese empeño en nadar contra corriente. Por qué insistir en hacer el ridículo de manera abierta y generosa. Sólo hay una explicación: obedece ordenes. Su ‘lealtad’ mal entendida está por encima de su obligada lealtad a la verdad. ¿Y por qué Sánchez se empeña en que el espejito mágico le diga que es el más guapo? Puede que nos encontremos ante un narcisismo patológico. Pero hay quien especial con algo peor: Tezanos estaría preparado el terreno para un pucherazo. Y esta tesis encajaría con ese discurso del ‘cambiacolchones’ ante los suyos de “me acusarán de pucherazo y me intentarán meter preso”. De ser cierto, caminamos hacia una abierta confrontación de difícil salida.