
Manuel Parra Celaya. Según la prensa, el Instituto Cervantes, en los ratos libres que le deja la tarea encomendada de colonizar la Real Academia Española, invita a reescribir el Quijote “desde perspectivas ecológicas, de género y con filosofía distópica”. La noticia me ha hecho recordar a un personaje, para mí mucho más ilustre que don Luis García Montero, a la sazón director del mencionado Instituto, llamado Ignacio Calvo y Sánchez (1864-1930), que tuvo la simpática osadía de escribir una “Historia Domini Qujoti Manchegui”, es decir, “un Quijote como el de los señores con barba en latín macarrónico”.