
Javier Paredes. Hoy el protagonista es Orson Welles, porque el 30 de octubre de 1838, retransmitió por radio el guión adaptado de La guerra de los mundos, novela que había sido escrita por H. G. Wells en 1898, en la que se describe por primera vez una invasión alienígena de la Tierra.
Javier Paredes. El protagonista de hoy no es una persona, sino una ciudad: Pamplona, la capital Navarra de la que tantos estaban pendientes el 31 de octubre de 1813, por la capitulación del general francés Cassan, ya que eso significaba el principio del fin de la Guerra de la Independencia y el triunfo de los españoles sobre las tropas napoleónicas.
Ignacio Torres-Brizuela. Llega Halloween. Tengo el disfraz a punto, la casa donde hemos quedado localizada, y si cualquier cosa, tengo un plan B. A veces compensa ser sociable, cosa de la que te das cuenta cuando ves que más de un grupo requiere tu presencia habitualmente. Tarareando una canción que no tengo ni idea de donde ha salido, decidí consultar las noticias del día. He de admitir, aunque me duela, que no tengo una gran memoria (no para todo, por lo menos). Y he de admitir que hasta que no leí esa noticia no me acordé.
Francisco Torres. En realidad a la izquierda en general y al socialismo en particular los huesos de don Francisco Franco, Caudillo de España, Generalísimo de los Ejércitos -cargo militar y no muestra de peloteo rampante- y Jefe del Estado Español (por cierto España fue Estado en su concepción contemporánea gracias a don Francisco Franco), le importan un pimiento.
Javier Paredes. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá. Tiene razón Furet, porque es posible la existencia de una sociedad católica. Es más, lo lógico es que los católicos aspiremos a construir una sociedad católica. Lo que es imposible de todo punto es construir “la” sociedad católica que exija un único y determinado modelo político y cultural. Por eso ha existido una sociedad católica en la Francia de la Monarquía absoluta del siglo XVIII, en la Polonia comunista del siglo XX o, porqué no decirlo si es verdad y de justicia reconocerlo, durante el régimen de Franco.
Pedro Sáez Martínez de Ubago. Según el DRAE, “salir uno calabazas” es una expresión aplicada a quien no se corresponde con el buen concepto formado de él. Traigo esto a colación porque, en estas fechas, resulta exasperante el recorrer las calles rodeados de esperpénticos monigotes con forma de calabaza o de calabazas reales vaciadas y desperdiciadas como alimento –algo de la mayor inmoralidad en estos tiempos en que en la sociedad se prodigan los famélicos y las instituciones de caridad no dan avasto a deshacer el entuerto a que nos ha conducido una sociedad generadora de estructuras de pecado- para tallarlas como monigotes pretendidamente terroríficos.
Redacción. Forma parte de lo “políticamente correcto” que el ejercicio de la razón es “progresista”; ya se mire desde una perspectiva marxista, post-marxista, radical-progresista, hembrista, etc. De este modo, dentro de la batería de tópicos –tanto a nivel académico, como de vulgata mediática y de entorno social mayoritario- destaca el que afirma que es imposible un “pensamiento de derechas”.
Javier Paredes. El Puente Milvio se encuentra al norte de Roma y es uno de los más importantes del Tíber. Pero el Puente Milvio hoy es protagonista, porque en él se libró una de las batallas más importantes de de la Historia el 28 de octubre del año 312.
Manuel Parra Celaya. Deliberadamente, tomo prestado el título del añejo libro de David Jato Miranda para apresurarme a continuación a afirmar que no existe apenas coincidencia entre el contenido de aquella obra y la actual ocupación de las calles por el tropel de alumnos de Secundaria, en su mayoría, y algunos universitarios. Puestos a establecer paralelismos, prefiero referirme a la conocida anécdota de la conversación telefónica, en los años 40, entre el embajador inglés, Samuel Hoare y el ministro Ramón Serrano Súñer, :
Francisco Torres. Si lamentable fue la salida de tono del Presidente del Gobierno cuando le preguntaron por su opinión ante la sentencia y la liberación de etarras, evitando conscientemente pronunciarse, más falaz ha sido la maniobra, fruto sin duda de los fontaneros de la Moncloa, para intentar zafarse de la polémica y el daño político, de trasladar la responsabilidad de la liberación inmediata de la asesina múltiple Inés del Río a la Audiencia Nacional.