
Miguel Massanet Bosch. Si uno no conociera a este atrabiliario personaje que ocupa la presidencia del gobierno español, no del soviético o el de Corea del Norte ni tan siquiera la de la Bolivia de Hugo Sánchez o la Venezuela del sátrapa Nicolás Maduro, seguramente consideraría que es imposible que una democracia que supo afrontar, con tanta entereza y sentido común, la transición desde el régimen militar del general Franco hacia lo que, en la Constitución de 1978, quedó reconocido como un régimen monárquico parlamentario, dirigido por la figura del rey Felipe VI en sustitución de su padre, don Juan Carlos I.
Hoy, en 2021, parece que la realidad iguala o está a punto de superar a la ficción. Pero, en efecto, como en 1984, empieza a haber un gobierno mundial (hoy se prefieren eufemismos como “nuevo orden” o “globalización”) en que una “nomenclatura” (por usar el término del antiguo PCUS) de escasos elegidos detentan, gracias al sometimiento y la ignorancia de la mayoría o bien a su sometimiento por ignorancia, el poder y la riqueza, mientras los demás habitantes del mundo son relegados a la penuria, el servilismo y la prisión.
José Luis Orella. La oleada masiva de emigrantes ilegales a Ceuta y Melilla, la compra masiva de nuevo armamento y la ampliación del control de las aguas territoriales a las propias del archipiélago canario evidencia un aumento de la tensión. Marruecos es un país, con el que a lo largo de la historia hemos tenido todo tipo de relaciones. Los reinos anteriores al reino alauita de 1666, colaboraron con una España católica que las defendía del Imperio Turco. Sin embargo, en nuestro decadente siglo XIX, intentamos mantener nuestra identidad, convirtiéndonos en potencia colonizadora junto a Francia, ocupando las partes que los galos despreciaron como fue el norte rifeño, poblado por una población de espíritu rebelde. Cuando Marruecos se independizó en 1956, supo sacar fruto de su Tratado de Amistad con EEUU, firmado en 1777, que le convierte en uno de sus amigos más antiguos.
Manuel Parra Celaya. Nos suele ocurrir a los que peinamos canas que el tiempo nos pasa muy deprisa y lo que tenemos en la memoria como algo inmediato en el ayer es ya lejano y remoto. Así me ha ocurrido cuando he leído en los medios que han transcurrido diez años de las jornadas del 15M. Aquellas acampadas urbanitas fueron algo más que una simple anécdota, más que una consabida manifestación poblada mayoritariamente de jóvenes inconformistas que coreaban los eslóganes de siempre. Significaron una escenificación de un malestar larvado, al que no atinaban a dar cauce ni el gobierno -de izquierdas precisamente entonces- ni la oposición de la derecha, ningún partido o sindicato del Sistema.

Luis Losada Pescador. El autor del desastre socialista de Murcia y Madrid, Iván Redondo, decidió tapar sus vergüenzas haciéndose un John Lenon. Si no puedes ‘verder’ gestión presente, ‘vende’ esperanza futura. Voilá España 2050. Buenismo a la enésima potencia. El presidente Pedro Sánchez trata de rodearse de toda la ‘biutiful’ que puede para empacar su sueño: una España con más productividad porque aspira a recortar la jornada laboral a 35 horas. Y más ecologista tras prohibir los vuelos cortos. Se le olvidó lo de feminista. Y para los jóvenes, “herencia universal”, que significa que entre todos pagaríamos las irresponsabilidades de nuestros ‘Peter Pan’.
Miguel Massanet Bosch. Cuando se firman acuerdos de cogobierno y se dejan para concretar los “flecos” para lo que se denomina como “varios grupos de coordinación”, suele ocurrir como cuando, en las Cortes de la nación, se decide delegar en ”comisiones ad hoc” la solución de problemas lo suficientemente complicados, impopulares, molestos o en los que no se quiere entrar directamente, para que sea el tiempo quien se encargue de que pasen al olvido, confiando que la flaca memoria de los ciudadanos permita que se conviertan en causas “enmudecidas”.
De acuerdo con la Real Academia Española, “adaptación” es la acción y el efecto de adaptar o adaptarse, significando adaptar hacer que un objeto o mecanismo desempeñe funciones distintas de aquellas para las que fue construido; acomodarse, avenirse a diversas circunstancias, y acomodarse a las condiciones del entorno. Buen sinónimo de adaptación es mimetización, o acción por la que se imita a algo o a alguien, adoptando la apariencia de los seres de su entorno.
El médico venezolano José Gregorio Hernandez es ya beato. En medio de la pandemia, sin vacunas y con una situación social alarmante, la beatificación del "médico de los pobres" es un aliciente, un respiro y un motivo de esperanza. Por primera vez en mucho tiempo, católicos, chavistas y oposición han tenido un motivo común para celebrar juntos y sin discusiones.

En Europa las izquierdas, grandes detractoras de la democracia americana, desde la inesperada victoria, en las anteriores elecciones, del señor Trump, se han caracterizado por sobredimensionar los errores políticos, las formas, las preferencias o la vuelta de los americanos a las viejas doctrinas de Monroe, algo que, evidentemente fue un rudo golpe para las empresas del viejo continente. Pero lo que está sucediendo con la nueva presidencia del señor Biden, es que se está beneficiando, en parte, por la inercia de la política económica norteamericana, puesta en marcha por el señor Trump, lo que tampoco garantiza que las medidas que se tomen por los huevos huéspedes de la Casa Blanca sean tan pro europeas como se imaginaron aquellos gobiernos
Luis Losada Pescador. El gobierno puede legislar por decreto en caso de extraordinaria y urgente necesidad. La pandemia es un ejemplo. El nombramiento de Pablo Iglesias en la comisión de secretos oficiales no lo es. Es lo que ha resuelto el Tribunal Constitucional al recurso presentado por Vox. El Constitucional afea la afición de Sánchez por el decreto sin que exista la “extraordinaria y urgente necesidad”. En 18 meses lleva 89 decretazos. De esta manera burla al Parlamento la capacidad legislativa y se evita el ‘engorro’ del debate, la negociación y el consenso. En definitiva convierte ‘de facto’ nuestro régimen de democracia parlamentaria en un régimen presidencialista. ‘Porque yo lo valgo’....
