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Diario YA


 

tribuna abierta

¡Manos arriba! Esto es un atraco

Francisco Torres García. Tengo ante mí dos noticias contrapuestas: por un lado, los datos de lo que la subida del IVA va a suponer en términos reales para los esquilmados bolsillos de los españoles; por otro, la afirmación de que el gobierno ya ha consumido gran parte de los ingresos que espera obtener por la subida del IVA. Ambas noticias son preocupantes, porque por un lado nos empobrecemos limitándose nuestra capacidad de consumo, consumo que es vital para la recuperación económica; por otro, no parece que la subida sea suficiente para controlar el déficit y cumplir con los objetivos que nos han marcado, que son vitales para estabilizar la prima de riesgo y reducir los insostenibles intereses que estamos aceptando para financiarnos.
La subida del IVA fue presentada como el enésimo sacrificio que los españoles teníamos que hacer para hacer frente a la crisis, el sacrificio final. No parece que vaya a ser así si los datos macroeconómicos no varían. Pero tampoco sorprendería a nadie que este gobierno, cuya gran promesa electoral fue que bajaría los impuestos y no subiría el IVA, como hizo el gobierno socialista, incumpliera una vez más su palabra y se produjeran nuevas subidas o se recortaran, como la sombra de ese “de momento” de Mariano Rajoy parece indicar, las pensiones; o quizás se siga el modelo portugués y dentro de unas semanas nos encontremos con el hecho de que para bajar los salarios -la célebre contención salarial- se suban a todos las retenciones destinadas a cubrir la Seguridad Social.
Como en otros ámbitos, frente a la crisis, el gobierno optó por lo fácil sin reparar en las consecuencias: subir la recaudación aumentando la presión fiscal sobre los ciudadanos. La subida del IVA, por más que se empeñe el gobierno y sus voceros mediáticos, no es producto de ese lastimero “no teníamos más remedio” con el que el presidente del gobierno busca justificarse y paliar el descontento; entre otras razones, porque en su mano estaba limitar los daños colaterales manteniendo un IVA reducido en sectores estratégicos. La subida del IVA es algo que la UE lleva reclamando a España desde hace mucho tiempo, mucho antes de la crisis. Ésta ha obligado, por falta de otras alternativas, por incapacidad de gestión, al gobierno de Zapatero primero y al gobierno de Rajoy después a incrementar la recaudación vía impuestos ante la caída de los ingresos en otras partidas. Ahora bien, quienes presionaban para que se subiera el IVA, al mismo tiempo, recomendaban que no se subiera o incluso se bajara el IRPF para evitar una nueva estrangulación del consumo y mantener la demanda interior, algo básico si se quiere generar empleo. El gobierno de Mariano Rajoy, obligado a mantener su promesa de no subir el IVA, recordemos que incluso durante la última campaña europea prometieron bajarlo aun cuando la promesa se deshiciera en la primera reunión en Estrasburgo, elevó el IRPF. Como la política económica del gobierno no ha dado resultados positivos, el déficit sigue descontrolado y el gobierno es incapaz de poner fin al despilfarro autonómico, tras reducir su masa salarial, al viento del verano Mariano Rajoy optó por una subida aplazada del IVA.
Desde hace unos días todo empieza a ser más caro en España en una escalada progresiva que se irá notando en los próximos meses y que, al retraer el consumo e incrementar la defraudación, no sólo no equilibrará las cuentas públicas sino que además traerá una mayor destrucción de empresas y un crecimiento de las tasas de paro.  La realidad es que los precios han iniciado una escalada que ya se pudo observar en las últimas semanas de agosto para así poder difundir la apuesta publicitaria de que las empresas asumían la subida del IVA. Otras han optado por una subida muy pausada, porque es imposible sostener en el tiempo los costes que asumir el IVA de forma permanente supondría. Y lo más curioso es que el gobierno ha optado, en su afán recaudatorio, por una política fiscal que conduce a la elevación de los precios cuando lo que todos los expertos señalan es la necesidad de que para ser competitivos nuestros precios permanezcan bajos.
Lo que muchos españoles se preguntan es ¿qué va a suponer realmente la subida del IVA para sus bolsillos? Los cálculos están ahí. Se estima que cada español dispondrá de 470 Euros menos para gastar. Lo curioso es que es precisamente en aquello que es obligatorio consumir donde la subida será más apreciable: la subida  en el IVA de los transportes supondrá unos 90 Euros más, a lo que habría que añadir la continua elevación de los precios de los carburantes; la subida en la factura de la luz y del agua por efecto del IVA unos cuarenta Euros más. La falta de sensibilidad del gobierno se ha hecho patente, y de ahí la demagogia socialista, al no excluir de la subida, por ejemplo, el material escolar que ahora es un 17% más caro justo cuando se inicia la “vuelta al cole”.
Capítulo aparte es la subida, en torno a los 60 euros de gasto por persona, en materia de espectáculos. Craso error. La industria del ocio y el espectáculo es uno de los sectores que pueden ser motor en economías desindustrializadas y de servicios. El gobierno ha puesto en peligro decenas de miles de puestos de trabajo en un sector que ya se encontraba ampliamente tocado por la crisis y que es en el que los ciudadanos primero recortan cuando su salario se reduce. En este terreno hemos visto como el gobierno ha tenido la ocurrencia, apoyada por toda su caverna mediática, de escudarse en el odio al “clan de la ceja” y en la repulsa generalizada a las subvenciones a un cine que a pocos interesa. Pero la suida del IVA poco o nada tiene que ver con el “clan de la ceja” y el “sindicato maloso de actores colorados” que tenemos. Ningún país de nuestro entorno tiene un IVA tan alto en materia cultural. Todos los países saben que es vital, por lo que representa, tanto interior como exteriormente, como marca, mantener un IVA reducido para sostenerlo. Todos los gobiernos, menos el nuestro, han sido conscientes de esta realidad. Y así podríamos seguir, porque aunque no se suba el IVA en artículos de primera necesidad y permanezca en el 4% la subida generalizada también (transporte, carburantes, electricidad, publicidad…) impulsará una elevación de los precios en los próximos meses.
Ante todo esto se oye, como un zumbido que cada vez será más alto, de forma reiterada en la calle la frase de “¡Manos arriba, esto es un atraco!” que, sin duda, formará parte de la banda sonora de un otoño que se anuncia como caliente. El gobierno con la subida indiscriminada de impuestos y las reducciones salariales, más las que pueda hacer de aquí a unos meses, con rescate o sin él, está incrementando exponencialmente las razones del descontento porque el ciudadano no ve que su sacrificio vaya acompañado del sacrificio de la casta ni que se obtengan los resultados prometidos más allá de hacer realidad lo de “sangre y lágrimas” o como diría un castizo “ajo y agua”. Pero, ¿es realmente un atraco?
Alguien debería recordar que este “atraco perfecto” es una segunda vuelta. Los españoles son casi como aquel banco del Oeste que los ladrones asaltan una y otra vez porque no encuentran otro en varias millas. Recordemos que hace dos años el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, apoyándose también en que Europa le obligaba, subió el IVA la mitad de lo que ahora lo ha hecho Mariano Rajoy. Aunque entonces don Mariano y el PP se lanzaran a la oposición de calle cobijándose tras la misma pancarta que hoy denuestan. Aquella subida supuso que la cartera de cada españolito dejaba de tener 288 euros. Lo que significa que a fecha de hoy, en dos años, los españoles hemos dejado de tener en nuestro bolsillo 758 euros o lo que es lo mismo que ahora trabajamos unos nueve días más para el Estado o, como muchos lo ven, simplemente para pagar los gastos y la ineptitud política de la casta. Y, ante ello, ¿alguien se puede extrañar de que los españoles estén cabreados y se sientan atracados?