Principal

Diario YA


 

historiadores de prestigio como Salas Larrazabal lo han reducido a 120 muertos

El bombardeo de Guernica

José María García de Tuñón Aza. Se acaba de cumplir el 75 aniversario del bombardeo sobre aquella localidad vizcaína y toda la prensa progre como verdaderas fieras se ha echado encima de la información y cada medio de esa calaña nos ha contado el episodio a su manera. A estas alturas ya nadie habla del número de muertos y de los miles de habitantes fallecidos aquel día a causa de las bombas, que no ha dejado de repetir la propaganda marxista y nacionalista, porque historiadores de prestigio como Salas Larrazabal lo han reducido a 120, y según el estudio  realizado por los historiadores de la asociación Gernikazarra, Vicente del Palacio y José Ángel Etxaniz, éstos dan la cifra exacta de 126 fallecidos. Incluso Etxaniz escribió que pusieron unos bidones de gasolina junto a la iglesia e hicieron una foto que llegó a publicarse. 

Nota del DiarioYA: Como ejemplo de manipulación, nótese cómo en el telegrama dónde se comunnica al gobierno el bombardeo se da la cifra de huida de 10.000 niños y mujeres, cuando en todo el pueblo no había ese número de habitantes, hombres incluídos.

Uno de los artículos que leí  sobre el tema, me ha hecho sonreír el que publica el diario El País, ocupa más de una página,  que entre muchas cosas recoge estas palabras: «Los supervivientes aún recuerdan que sobre el humo negro de las llamas destacaba un polvillo blanco que convirtió todo el pueblo en una bola de fuego. Era el fósforo con el que rellenaron las bombas. Se quemaron las fotografías de la mayoría de los vecinos y todos los documentos que se guardaban en el archivo notarial, en el registro civil y en el de la propiedad». Y decía que me había sonreído porque invito al que quiera que vaya a muchas ciudades y pueblos de España, y verá cómo la rojería quemó miles de archivos. Yo que escribo desde Asturias,  en la localidad, por ejemplo, de Pola de Lena, donde nació Vital Aza, pido a quien quiera que intente encontrar algo en los archivos del registro civil, parroquia, ayuntamiento, y no encontrará nada de nada porque todo fue pasto de las llamas de los incendiarios rojos. Pido también, que otros intenten encontrar un libro de la antigua biblioteca de la universidad de Oviedo, y no encontraran ninguno porque todos los quemaron, los que ellos mismos se llaman amantes de la cultura, durante la llamada Revolución de Asturias.

Hubo, pues, más bombardeos. Para  la prensa progre sólo se ha bombardeado Guernica y sólo se ha fusilado a García Lorca. Fueron, por desgracia, muchas más poblaciones sometidas a la acción de las bombas y muchos también los que murieron víctimas de la situación. De una parte y de la otra. Sucesos para silenciarlos, pero que, constantemente están sacando, al recuerdo los que aún mantienen en sus mentes el odio y el espíritu de revancha. Será bueno que digamos, por ejemplo, que en Oviedo, durante un año de asedio y sitio,, la aviación roja no se cansó de bombardear a la población civil. El periódico ovetense La Nueva España publicó una entrevista con uno de los supervivientes, José Manuel García Peruyena, de aquellos bombardeos sobre Oviedo, y manifestó que el 10 de septiembre de 1936, tenía ocho años, una bomba cayó sobre un edificio de la calle Caveda, donde en los sótanos se encontraban varios refugiados, y mató a 120, el mismo número que murió en Guernica según Salas Larrazabal. La madre y hermanos de García Peruyena no sobrevivieron. Años después, entregó una carta a Zapatero porque nunca supo dónde fueron enterrados y pedía ayuda para encontrar los restos, pero jamás tuvo respuesta.

Como símbolo de Guernica quedó el cuadro de Picasso en el que no hay ninguna referencia concreta al bombardeo ni a la guerra civil. A pesar de ello, recientemente en nuestra Cámara el  diputado del Grupo Parlamentario Vasco Aitor Esteban preguntaba  sobre la voluntad del gobierno de trasladar el cuadro de Picasso, definitivo o temporalmente, para una exposición en el País Vasco. El ministro José Ignacio Wert, respondió, más o menos, lo mismo que había respondido en el Senado a Iñaki Anasagasti:  «La pintura de Picasso es una obra profundamente representativa. Lo es por supuesto para el País Vasco; lo es para toda España y lo es para toda la humanidad porque nos dice algo muy lamentable de nuestra historia. El Guernica nos recuerda a todos el horror de la guerra y nos hace reflexionar sobre qué sucede cuando se rompen los valores de la convivencia porque nos pone en valor la democracia y la paz».

Bien, si el ministro viendo el cuadro recuerda todo lo que recuerda, en mi ánimo no está el corregirle, pero no se ven bombas, ni aviones, ni nada por el estilo. Sólo un toro, un caballo, una mujer y poco más. ¿Qué tiene que ver eso con Guernica? Todo lo demás son interpretaciones, entre ellas la del ministro.