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Diario YA


 

significa lo objetivo, lo concreto

Esperanza Aguirre

Juan Manuel Alesson. Hay frases, sentencias, principios, imágenes, que te acompañan allá donde vayas. Una de esas sentencias define, como pocas, el sentimiento aristocrático de la vida. ‘El verdadero aristócrata, viene a decir, es aquella persona que empieza cuando las demás acaban’. Después de pensarlo, resulta inamovible. El recorrido es todo lo largo que se quiera.
Otro principio sostiene que la mayor prueba de vulgaridad que puede dar un individuo es encontrarse delante de alguien o algo valioso, y no darse cuenta. También se dice que la única verdad absoluta que existe es la de que todo cambia, incluyendo y entendiendo por cambio la muerte y el nacimiento. Todo lo que se percibe es cambio y, a su vez, todo permanece. Lo que subsiste, como en el verso de Wordsworth, es la Belleza.
 Hay seres que tienen la capacidad de inspirar a otros. De ser un ejemplo diario, de iluminar las dudas que implica el severo ejercicio de la vida. Una de esas personas es Esperanza Aguirre. Esperanza no parece de este tiempo. Tiene la grandeza de los héroes clásicos, cuyo espíritu, valentía y coraje no conocía el desaliento. Por eso siguen ellos ahí. Como una columna desafiando el tiempo.
 En la época de lo subjetivo, lo relativo, lo posible, Esperanza Aguirre significa lo objetivo, lo concreto, lo real. Lo ha demostrado cuando debía hacerlo y lo ha vuelto a demostrar ahora. Viene del pasado y permanecerá en el futuro. En la España de hoy, el destino la ha elegido para convertirla en ejemplo, ante el telón de fondo de la maltratada historia nacional. Ha entrado en la vida del pueblo llano porque éste, sabia, soberana y sencillamente, la ha comprendido y aceptado como a uno de los suyos. Le gusta, la admira y la quiere. Y no es fácil que esto suceda en una época de crispación como la que sufre España.
 Esperanza Aguirre pertenece también a otra minoría. En Inglaterra y Alemania, las mujeres como ella se llaman Margaret Thatcher y Angela Merkel. Para algunos, es un honor compartir la historia de una vieja nación con ella.
No lo duden. De ésta saldrá como de todas las demás, sin ni siquiera arreglarse un poco el peinado.