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entrevista en exclusiva

Ferrer-Dalmau: El pintor de batallas

Juan del Junco. El Diario Ya ha entrevistado a Augusto Ferrer-Dalmau, uno de los pintores realistas más destacados de nuestro país y el principal referente en la pintura de asunto militar, el artista recibe el aplauso del público allí donde sus obras son expuestas y el reconocimiento por parte de todos los aficionados de la historia militar, no ya sólo en España, sino incluso más allá de nuestras fronteras.

P.- Usted decidió dar el salto al vacío y pasar de trabajar en el textil catalán para dedicarse al arte y poco después pintar soldados y batallas, una temática tan minoritaria como arriesgada en España, donde lo militar desde hace muchos años siempre ha estado rodeado de tópicos y falsedades torticeras. ¿Ha merecido la pena el salto?

R.- Ya lo creo que ha valido la pena. Poder dar a conocer nuestra historia militar en el circuito de la galería de arte ha sido un gran reto, pues era inconcebible que la pintura militar se expusiera en este mundo. Siempre estuvo presente como algo propio del mundo militar, o con ilustradores para prensa especializada. Es más, estaba incluso mal visto en algunos círculos. Cuando empecé con ello, me pusieron etiquetas de todo tipo. Pero ha valido la pena, cuando ves a chavales jóvenes que dejan de seguir a los Marines para seguir a los tercios, eso no tiene precio.

Ferrer-Dalmau delante de la GaleríaP.- Pero no sólo “guerrea” ante el caballete, tampoco ha dudado en vestirse el casco y el chaleco antibalas para irse con las tropas españolas  y georgianas al frente, allí en Afganistán. ¿Estar allí fue una necesidad emocional, laboral, una muestra de un compromiso personal y de máximo nivel con los militares?

R.- He estado dos veces en Afganistán, con los españoles en el año 2012 y con los ejércitos georgiano y americano en 2014. Es fundamental estar allí para pintar a los soldados de hoy, porque la pintura tiene alma sea cual sea su estilo. Es necesario verlos en la guerra para trasmitir el sacrificio que están realizando miles de soldados españoles en tierras lejanas, igual que hicimos antaño. Para mi es una obligación moral y de higiene mental.
 

P.- Arturo Perez-Reverte, Alfonso Ussía, Javier Nart, Albert Boadella y otros personajes públicos de reconocido prestigio se encuentran entre sus amigos y admiradores. ¿Qué opinión tiene de ellos y qué le aportan en su trabajo?

R.- Son buenos amigos con los que he pasado gratos ratos. Para mí, todos ellos son una fuente inagotable de conocimientos y sabiduría. A Arturo Pérez-Reverte le pido consejo en las grandes obras. Su imaginación me aporta secuencias geniales, resulta fascinante el  entusiasmo que me contagia cuando describe la escena. Valoramos el sacrificio, las penalidades y el heroísmo del soldado, hablamos el mismo idioma.
 

P.- Arturo Pérez-Reverte, precisamente, se refiere a usted como  “El pintor de batallas” Se puede decir que usted ha sido el pionero en recuperar esto del Arte Militar en España hasta convertirse en la referencia para otros artistas que, han empezado a emularle y seguir sus pasos. ¿Qué opinión le merece?

R.- Cuando yo empecé en el circuito de las galerías de arte con la pintura militar, eran muy pocas las galerías que apostaban por mi iniciativa. Fueron necesarias muchas exposiciones por  España para ir ganando la aceptación del público, Para mí, como para cualquier artista, no existe mayor reconocimiento que otros pintores te emulen y sigan tus pasos.

P.- Desplegar en Afganistán y la extraordinaria calidad de su obra le ha abierto las puertas de la exclusivísima y muy anglosajona “Internacional Society of War Artists”, un reconocimiento internacional sin precedentes, al que se unirá en breve la concesión de la máxima condecoración del Gobierno de Georgia. ¿Se cumple una vez más el tópico español de que nadie es profeta en su tierra?

R.- Los españoles somos un público muy exigente y nos gusta que valoren a los nuestros  fuera de nuestras fronteras, ya sean futbolistas, tenistas o artistas. El poder exportar la marca España nos gusta, y para mí  desde luego que es un orgullo que otros países valoren mi trabajo. No deja de ser un éxito de todos nosotros el que nuestra historia militar se dé a conocer al mundo.

P.- En el libro “Nos duele Cataluña”, usted comparte protagonismo con otros catalanes ilustres y reconocidos, como pueden ser Albert Boadella, Arcadi Espada, Francesc de Carreras o Rosa María Calaf. Todos ellos defienden la compatibilidad de lo catalán y lo español frente al nacionalismo catalán. ¿A usted qué le duele de Cataluña?

R.- Lo que más me duele y me entristece son todos aquellos hijos de la emigración cuyos padres y abuelos fueron a Cataluña a labrarse un futuro, y hoy se avergüenzan de sus orígenes para abrazar una falsa historia de Cataluña, que no es la suya. Y me duele mucho y me asquea ver a todos  esos “catalanes” que se enriquecen con el “gran negocio del nacionalismo” desprestigiando la imagen seria, formal y trabajadora que siempre ha caracterizado a mi pueblo, Yo confió en que el buen juicio del resto de España sepa diferenciar y no nos metan a todos en el mismo saco.

P.- Nunca le ha temblado la mano para hacer frente a ese nacionalismo y defender lo español. ¿Qué consecuencias ha tenido para usted plantar cara al nacionalismo? Una de ellas, por ejemplo, tener que dejar de vivir en Barcelona.

R.- Sin duda, ganar  muchos enemigos amparados en el anonimato cobarde de Internet y luego, otros supuestos “amigos” que se apartan de mí para que no les salpique la metralla. Éstos son los que dan los mordiscos más dolorosos, porque se les llena la boca con la palabra España en ‘petit comité’, para luego escurrir el bulto. Desde luego que no me gustaría compartir trinchera con ellos; pero todo ello es anecdótico. A cambio, he ganado la amistad sincera de muchos españoles honrados y valientes, que miran al frente con la mirada limpia y se ríen de “la metralla”, éstos son los que nos hacen grandes y a los que seguiría hasta el fin del mundo.

P.- Su trayectoria profesional  le ha supuesto una progresiva presencia en muchos  medios de comunicación nacionales e internacionales con una gran exposición ante la opinión pública  y en consecuencia, ser blanco de críticas y alabanzas. ¿En qué le afecta  ser un pintor mediático? ¿Ha cambiado su forma de ser o de trabajar?

R.- No, no, en absoluto. Sigo trabajando como siempre he hecho, no tengo tiempo para pensar en ello, me faltan horas al día. Como decía aquel, “hoy estas aquí y mañana estas allá”, la vida es un carrusel de emociones, donde estamos de paso poco tiempo. Lo único que siento es no poder dedicar todo el tiempo que quisiera a mis seres queridos y a todos aquellos a quienes les gusta mi trabajo. Sin querer serlo, puedo parecer distante.

P.- Sin abandonar los medios de comunicación, es usted promotor de una publicación, la revista FD Magazine, dedicada al mundo de la cultura y la historia, por la que han pasado ya importantes personajes de la política y la cultura de España. ¿Qué le animó a ponerla en marcha, en un formato además tradicional, en papel pudiendo haberla lanzado únicamente en digital?

R.- Una continuación de mi trabajo de la mano de su director el periodista Carlos Molero ,para dar a conocer aspectos de la cultura y la historia de España, no sólo desde el punto de vista de lo militar. Y dar a conocer puntos de vista de personajes relevantes sobre la Cultura, la Sociedad, la Política y “lo español”. El formato en papel creo que transmite rigor y seriedad.


P.- Se dedica en cuerpo y alma, las 24 horas del día, a la historia militar de España, que recrea en sus cuadros. Ha llegado a decir que necesitaría varias vidas para poder llegar a pintar todo lo que la historia militar de España abarca. El éxito, el reconocimiento internacional le saludan, pero ¿qué precio ha tenido que pagar a cambio?

R.- La soledad, la soledad infinita de mis pinceles, un alto precio, pero nada comparado con el que han pagado los que han dado su vida por España sin que nadie se acuerde de ellos. Si con mi trabajo puedo recordarlos y despertar algo de orgullo patrio, entonces habrá valido la pena ese precio.

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