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Diario YA


 

¿por qué tanta prisa en cumplir esta particular sentencia?

La doctrina Parrot y el imperio de la farsa

Pablo Alejandre Calviño. Es sabido que la mentira y la farsa imperan en política; pero, hasta qué punto, es cosa que puede dejar boquiabierto al más veterano. Desde hace varias semanas, cuando Estrasburgo tiró por tierra la doctrina Parot, los medios no dejan de lanzar al vuelo la siguiente pregunta: ¿por qué tanta prisa en cumplir esta particular sentencia?

Sin embargo, es curioso que ninguno de ellos apunte siquiera la única posible razón: que todo estaba pactado a tres bandas. La liberación prematura de los etarras iniciada por Zapatero ha tenido, con el debido disimulo político, la aprobación del PP, y ahora Rajoy se limita a seguir, ce por be, el plan trazado por su antecesor y recoger los frutos, por mucho que, de cara al pueblo, el PP se conduela de las víctimas y hagan solemnes, teatrales declaraciones de contrariedad. Muy pronto se anunciará un desarme parcial de ETA, y para conseguirlo había que negociar con ellos; darles algo a cambio: la excarcelación de los presos, en la que están implicados ambos gobiernos.

Y no es que esa u otra negociación sean reprobables; comprendo que los gobiernos negocien con ETA para poder acabar de una vez con el terrorismo, por más que les pese a las muy respetables víctimas. Lo que a mí me quema es que nos engañen como a chinos: todos esos cruces de acusaciones, culpas y reproches que se hacen unos líderes a otros forman parte de una farsa colosal.

 Y lo más irónico de todo es que, con ese desarme que pronto veremos, Rajoy se va a colgar la única medalla que, acaso acaso, podía haberle correspondido a Zapatero en sus ocho años de patético gobierno.