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Diario YA


 

Las mujeres tuvieron un protagonismo especial en los relatos de la Resurrección

La importancia de la mujer en la realidad eclesial y la Semana Santa

Fidel García Martínez. La importancia de la mujer en la realidad eclesial es cada vez más evidente, aunque aún necesita más visualización, lo que está logrando el Papa Francisco dando a la mujer  un reconocimiento eclesial importante, como el que tuvieron en la vida  de Jesucristo, y más especialmente  en su  Pasión, Muerte y Resurrección. Las mujeres tuvieron un protagonismo especial en los relatos de la Resurrección, que conforma el hecho histórico sin el cual el Cristianismo no superaría el mito al que lo quieren reducir  no solo los enemigos de fuera, sino algunos de dentro partidarios de la vieja desmitologización bultmaniana.  
La Resurrección de Jesucristo, al tercer día, según la Escrituras, es  fundamento del Mensaje  Cristiano. Solo desde la Fe en la Resurrección revelada y creída, que germinó después del primer Viernes Santo, se pueden entender las palabras de San Pablo: “Si Cristo no ha resucitado, los cristianos son los más ilusos  y desgraciados  de los hombres”. Las actitudes modernas y postmodernas, negacionistas y heréticas, ante la Resurrección se puede resumir así: Jesús murió definitivamente; el concepto resurrección supondría un lenguaje puramente simbólico, que expresa  un deseo profundo humano, una utopía secular de un futuro mejor en un mundo feliz aquí y ahora en una sociedad  sin clases según el mesianismo  marxista del fin de la historia.
En los  relatos evangélicos, histórico-teológicos,  las mujeres tienen un protagonismo  definitivo. Ellas   permanecieron  valientes y solidarias al lado de Jesucristo:  Marta y Maria lo acogieron solícitas y atentas en la noche de  Betania, previa  a la Pasión; lasmujeres lo acompañaron en su “vía-crucis” al calvario (Verónica), se lamentaron compasivas, como las piadosas mujeres de Jerusalén que lloraban por él. Y En el momento terrible de la Crucifixión, se mantuvieron firmes, Maria Cleofás y María Magdalena, acompañando a la Madre Dolorosa “junto a la cruz”. 

Ellas, vigilantes y muy de mañana se acercaron a embalsamar el cuerpo sin vida de su Maestro,  quien se mostró   resucitado y  glorioso. Un protagonismo especial en las apariciones de la Resurrección lo tuvo María de Magdala -las imágenes que la literatura y el cine oportunista  ofrecen sobre ella son abyectas y profundamente  ridículas-. María Magdalena fue la primera en recibir el mensaje de la Resurrección con la misión de comunicárselo a Pedro  y a sus compañeros, que no le dieron ninguna credibilidad   por razones personales y jurídicas: se trataba  de cosas de mujeres ilusas, sin capacidad legal para dar testimonio en un juicio. El máximo teólogo  Tomás de Aquino considera a Maria Magdalena  como la primera mensajera  de la Resurrección. Y como afirma el mayor teólogo vivo J. Ratzinger: la Resurrección de Jesucristo va más allá de la Historia, pero deja un huella definitiva en la Historia, por eso pudo ser refrendada por testigos incrédulos como el apóstol Tomás que exigió para creer, tocar con sus propioa manos las llagas del Crucificado-Resucitado.  

 

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