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Diario YA


 

"No basta levantar al débil, hay que sostenerlo después"

¡Hombre, pues muchas gracias señor Draghi!

Miguel Massanet Bosch.  El escritor y dramaturgo inglés William  Shakespeare, mundialmente conocido por sus grandes obras de teatro, en el Acto I de su Timon of Athens nos deja esta inspirada frase: “No basta levantar al débil, hay que sostenerlo después”. Será porque no alcanzamos a entender como se manejan las grandes finanzas europeas, o porque vemos los problemas de nuestra nación de una forma simplista porque no somos de ciencias y más bien nos tiran las letras; pero el caso es que no alcanzamos a entender las palabras que, el líder del BCE, ha dedicado a España en las que, por una parte alaba los esfuerzos hechos por el Gobierno español en cuanto a las reformas necesarias llevadas a cabo para enfrentarnos a la crisis y, por otra, con toda la naturalidad del mundo nos niega que vaya a comprar más deuda española, basándose en tecnicismos legales que, por lo visto, le impiden gastarse ni un centavo más en echarnos una mano.

 
Pero a mí me tira más la frase de Shakespeare, no porque fuera un gran economista, ni porque escribiera como los ángeles, sino porque, en todo lo que dice, hay una gran dosis de sentido común. Creo que fue Voltaire quien dijo que era “el menos común de los sentidos”. No acabo de entender que, si el BCE, sabiendo que sólo era un mero truco legal, ha estado comprando deuda española (algo que le está prohibido hacerlo en sus estatutos) en el mercado secundario a los bancos españoles, durante varios meses ahora, a tiro pasado, le entren a su presidente estos reparos legales, estas estrecheces de conciencia cuando se trata de echarle una mano a España en un momento de tanta dificultad, cuando el señor Rajoy se está jugando su credibilidad y, por supuesto, las nuevas elecciones legislativas, para hacer todo lo necesario, aunque sea teniendo que asumir el descontento que ello produce en los ciudadanos españoles y los ataques virulentos de una oposición, lanzada a moro muerto, con la única intención de conducir al ,país a un verdadero caos político y a su caída en la temida quiebra soberana.
 
Sí, si señor  Draghi, le agradecemos de corazón que alabe los grandes esfuerzos del  gobierno en cumplir, escrupulosamente, lo que nos vienen marcando, con extremo rigor, desde Bruselas y el ECOFIN; algo que no sucedía en tiempos del señor Rodríguez Zapatero, que mentía más que hablaba, simulando hacer reformas que luego no se materializaban en la realidad. Si España actúa con nobleza; el pueblo español, sin excepción, ha asumido su parte de sacrificio, el último de los cuales le obliga a asumir parte del coste farmacéutico; los bancos van asumiendo su recapitalización y están haciendo provisiones especiales para compensar la desvalorización de sus activos inmobiliarios y se está obligando a las autonomías a recortar gastos y a sujetarse a un techo de gasto fijado por la nueva ley de Estabilidad Presupuestaria; creemos que Europa, que tan generosa se ha mostrado con Grecia, un país que en una primera instancia les facilitó datos falsos y que, cuando ya estaba en la sima económica, parece que se ha convertido en un pozo sin fondo, necesitado de continuas ayudas económicas que nadie sabe si las va a poder recuperar la CE o si van a perderse definitivamente.
 
Si la UE sabe, positivamente, que se producen movimientos especulativos en cuanto a la deuda española y su prima de riesgo y, también conoce que, las ayudas del BCE pueden calmar a las bolsas de manera que, España, no se vea forzada a adquirir deuda al 6% de interés y asumir un riesgo de que, con el tiempo, no pueda soportar esta escalada especulativa; uno, en su desconocimiento de los intríngulis bancarios y teniendo en cuenta las ingentes cantidades de las que se están dotando al FMI y las propias reservas que Europa ha venido constituyendo para asumir de rescates a naciones en peligro de impago de su deuda; no alcanzamos a entender esta postura, al parecer suicida, del BCE que, negándose a seguir comprando deuda española, asume el riesgo de que, una nación del tamaño e importancia de España, pudiera necesitar acudir al rescate, como les ha ocurrido a Grecia, Irlanda y Portugal, con las repercusiones que ello ha tenido, en cuanto a la estabilidad del euro y la nueva recesión que se está apoderando, nuevamente, de la UE, ya que no se trata de que sea nuestro país el que está en recesión, sino que el Reino Unido ya ha ingresado en el club de los afectados por la misma dolencia.
 
Todo el mundo es consciente de que ni Europa ni el euro podrían resistir, sin desmoronarse, que una nación de la envergadura económica de España pudiera entrar en una situación parecida a la de Grecia. Sería, con toda seguridad, pese a la supuesta fortaleza de Alemania, la sentencia de muerte para este proyecto, tan mal llevado, que conocemos como la unión política, económica y financiera de las naciones europeas; un experimento que se está tambaleando y que, es probable, que tenga que modificar su rumbo si, el señor Hollande, ganara las elecciones francesas, algo que, a la vista de las encuestas, es muy posible que pueda ocurrir. Debemos añadir que, la señora Merkel, lleva tiempo haciendo encaje de bolillos para conseguir contentar a sus socios liberales y mantener a raya a los miembros de su propio partido y a una importante parte del pueblo alemán, que están intentando regresar al marco, en vista del mal resultado que ha dado el cambio al euro y el dinero que le viene costando a la nación alemana.
 
Y en este punto tampoco entendemos que, la todopoderosa señora Merkel, la principal impulsora de esta política de austeridad, no entienda que a una nación que siempre ha venido cumpliendo sus compromisos de pago, que ahora tiene un gobierno serio, que se esmera en poner orden y que se ha encontrado con dos herencias, a cual peor, una la de un déficit financiero que, sólo en el año pasado, ha sido del 8’5 sobre el PIB y, por otra parte un parón industrial y de ventas que, aparte de los cientos de miles de pequeñas empresas que han tenido que cerrar, ha traído un paro que ya alcanza los 5’5 millones de desempleados; no pueda dar resultados, por mucho que se activen las políticas de recortes y de fomento de empleo, en unos pocos meses. Puede que, con las elecciones francesas, faltándole, por el momento, su socio en este negocio, el señor Sarkozy, la presidenta alemana no esté en su mejor momento, a la espera de la persona con la que tendrá que compartir esta “jefatura” de la UE. En todo caso, debiera de intervenir en el tema español porque, nada le podría resultar más peligroso para la misma Alemania y para el resto de la CE, que un percance importante en el proceso de relanzamiento de nuestra economía.
 
No puedo saber si el señor Draghi se ha tirado un farol, para obligar a España a más esfuerzos de reducción del gasto o si, en realidad, se está creyendo lo que dice. Pero a mi me gustaría hacerle una observación sobre la verdadera situación de nuestro país ¡cuidado con tensar demasiado la cuerda!, porque lo peor que le pudiera suceder a Europa es que, en España, se pudiera crear una situación social parecida a la de Grecia; teniendo en consideración que, a pesar de sus problemas, la gente en paro que tienen los griegos, en porcentaje, es la mitad de la que tenemos nosotros. El polvorín latente que tenemos en nuestra nación se podrá seguir manteniendo, todo lo más, hasta finales de año y eso siempre que, el frente común de nacionalistas e izquierdas no se dedique, como parece que están dispuestos a hacer, a crear problemas en las calles y a dinamitar el orden en las ciudades, de modo que la situación llegue un momento en el que sea insostenible. Creo, señores, que, el señor Draghi, debiera meditar sobre este tema.

 

Etiquetas:Sobre las declaraciones de Mario Draghi Presidente del BCE