Miguel Massanet Bosch

Recuerdo con claridad que, en las pasadas elecciones legislativas de marzo del 2008, los socialistas insistían en aquello de que “el tema del terrorismo en España no debía ser objeto de confrontación como arma electoral”. Es evidente que, por aquellos tiempos, no les convenía que se sacaran a relucir sus fracasos en el intento de negociar con la banda terrorista ETA por lo “bajines”, a hurtadillas de los españoles y haciéndole la “cama” al PP, al que pretendía mantener al margen para atribuirse todo el mérito de la “rendición” de la banda armada, en el caso de que hubieran conseguido su objetivo; aunque ello hubiera supuesto la entrega de Euskadi a los separatistas, en cuyo lote se incluía, como premio, a la misma Navarra. Les falló el invento y lo que tenía que haber sido un arma electoral formidable para asegurarse la victoria, se convirtió en una pesada losa que, de no haber sido por aquellos ciudadanos que no supieron ver el rumbo que imprimían los socialistas a la nación y les volvieron a votar; hubiera constituido un motivo suficiente para su derrota – algo que, sin duda, visto lo visto, hubiera resultado ser una lotería para los españoles –.

Lo cierto es que, aunque lo vienen negando oficialmente, somos muchos los que estamos convencidos de que la famosa “hoja de ruta” –que viene denunciando el señor Mayor Oreja con muy buen criterio, avalado por probadas razones para confirmar que está en lo cierto –, sigue sus pasos tal y como parece que acordaron, off de record, los negociadores de ambos bandos. Si el señor Patxi López ya nos obsequió, hace unos pocos meses, cuando estaba en cuestión la posible legalización de la formación abertzale BILDU, a la sazón pendiente de la resolución del TC, con una defensa insospechada avalando que, aquella formación política, evidentemente un apéndice político de ETA, pudiera acudir a las urnas e iniciar, según él, una etapa en la que, los independentistas que habían votado a la ilegalizada Batasuna, pudieran ahora hacerlo ahora por BILDU –una actitud que fue muy criticada desde el PP y las víctimas del terrorismo que parece que, por el camino que vamos, pronto van a ser los “culpables” de que, sus deudos, “se dejaran asesinar por los defensores de la patria vasca” –; ahora, que nos encontramos ante unas elecciones, sin duda, decisivas para España, estos señores que antes pedían que no se usara el terrorismo como arma electoral, parece que no tienen inconveniente en recurrir a ello, ante la evidencia de que sus perspectivas de renovar una mayoría que les permitiera de nuevo gobernar parecen, ser remotas. No obstante debemos reconocer que en las actuales circunstancias de grave situación financiero y económica a la que nos han conducido los amigos del señor Rubalcaba, mucho nos tememos que el factor ETA fuera un revulsivo suficiente para animar a los desengañados del PSOE a que vuelvan a confiar en él.
Sin embargo, chirría más de la cuenta el discurso del señor Patxi López que, no lo olvidemos, gobierna en la comunidad vasca gracias al apoyo del PP; cuando habla con tanta rotundidad de que “el terrorismo ha terminado”. Seguramente tendrá noticias que le permitan contrastar el que la banda terrorista haya resuelto dejar, definitivamente, las armas, entregarlas, someterse a los dictados de la Justicia y pagar por sus crímenes, como es evidente que debiera ser si es que, de verdad, están dispuestos a enmendar sus errores. O ¿acaso, el señor López, pretende que nos olvidemos del pasado, de los casi mil asesinatos de ETA y del dolor que han causado a sus familias para que, en aras de intereses de partido, aceptemos de buen grado aquello de “pelillos a la mar” y ya todo está olvidado; permitiendo que la banda se salga con la suya sin pagar por las salvajadas cometidas con ciudadanos inocentes? Claro que, los socialistas, en esto de la propaganda son muy listos y saben adoptar la política del “policía duro” y el “policía bueno”, con lo que intentan contrarrestar el mal efecto de una determinada posición ofreciendo el contraste de la propuesta contraria. Así es que, mientras el señor Rubalcaba se mantiene en sus trece y sigue afirmando que: con ETA no cabe más que actuación policial y mano dura, para que todos paguen por sus delitos; por otra parte otros del mismo partido, como el señor fiscal general del Estado, Conde Pumpido y el señor Patxi López, sostienen aquello de que “las togas tienen que mancharse con el lodo de los caminos” y no tienen reparo, en aras a una supuesta reconciliación nacional, en dar paso a los BILDU para ofrecerles una salida airosa a los independentistas, que podrán continuar con sus demandas ocupando los escaños del Parlamento Vasco y, cosa harto probable, del mismo Parlamento de la nación. Y ¿de las víctimas, qué? Pues nada, que se traguen el dolor y renuncien a la Justicia.
No podemos dejar de pensar en lo que opinará, al respecto, el señor Basagoiti del PP vasco. La verdad, resulta extraña la aparente tranquilidad con la que se contempla los progresos y afianzamiento de BILDU en el País Vasco, por los miembros de la oposición popular cuando, al menos oficialmente, vienen apoyando al lehendakari López . Nos cuesta entender que se desaproveche la ocasión de denunciar el cambio de enfoque de los del PSV, que no han dudado en pasar de una política de cambio y enfrentamiento a los partidos abertzales, en los que se apoya ETA, a intentar hacerles la pelota en busca de pactos postelectorales. ¿Qué va a sacar en limpio el PP de seguir apoyando al lehendakari López si, como parecen indicar las encuestas, a quien se va a favorecer es a los independentistas de BILDU? Es obvio que, los socialistas, no tienen en mente renovar un pacto de gobierno, en el país vasco, con los populares y las declaraciones del señor López así lo confirman. ¿ Que hacen entonces los populares del señor Basagoiti que no denuncian el juego del PSOE, y  rompen el pacto con ellos antes del 20N?

Es evidente que, hasta el rabo todo es toro, y mucho nos tememos que, el señor Rubalcaba, experto en todo tipo de argucias y martingalas nos tenga reservado, para los últimos días de la campaña, alguna de sus maldades, que cojan desprevenido a don Mariano. Yo no sé qué tipo de pactos tienen el PP y el PSOE respecto a los temas que se pueden tocar y aquellos que deben ser tabú. Ni lo sé, ni me importa, pero lo que sí es cierto es que, por muy segura que el PP tenga la victoria, nunca se debe despreciar a un adversario tan correoso como es don Alfredo.. Lo digo porque no se ven respuestas contundentes, no observamos contraataques fulminantes ni que se saquen a relucir con más énfasis cuestiones tan sangrantes como son las de los enormes déficit y endeudamientos que han dejado pendientes los socialistas en las comunidades y municipios que perdieron en las pasadas elecciones.; no se reacciona con eficacia ante las acusaciones del PSOE de que, el PP, va a subir impuestos, va a bajar pensiones o va a recortar, sustancialmente, las prestaciones sociales.

Es cierto que, cualquier persona inteligente, no va a hacer caso de tales señuelos, es obvio que no van a colar entre aquellos que han padecido en sus carnes las consecuencias del desastroso gobierno de ZP; pero no debemos olvidarnos de que, en nuestro país, por desgracia, existen bolsas de votantes a los que estos lavados de cerebro todavía los motivan. No olvidemos que el PP no le basta ganar, lo tiene que hacer por mayoría si es que quiere poder reformar todo lo que, entre nacionalistas y socialistas han implantado. El andar bravuconeando de vencedor es un error garrafal y no quisiéramos que, la oportunidad de desbancar al socialismo que se nos presenta, quedara malograda por un cálculo erróneo de la táctica electoral a seguir. O esta es, señores, mi opinión.