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Diario YA


 

El uso de la tecnología en edad escolar

¿Para cuando el e-book escolar?

Emma García

Cada mañana, cuando veo a mi hija cargar su mochila reventada de libros y cuadernos, me hago la misma pregunta: ¿para cuándo el libro de texto electrónico? Probablemente sean muchas las resistencias a efectuar este cambio, habría multitud de argumentos para defender el uso del libro tradicional, sin embargo encuentro muchas razones por las que considero que este formato está obsoleto. El primero es su público, a los nativos digitales les resultaría natural adaptarse a la utilización del e-book. A la vez esto traería grandes ventajas, la más importante de todas es la ecología, al eliminar el papel. También se me ocurren otras muchas razones de peso, como evitar que los escolares carguen diariamente sobre sus espaldas kilos de conocimiento. Pero ¿y los profesores? ¿se adaptarían igualmente a este cambio?
Por otro lado, afortunadamente ya está extendido el concepto de colegio virtual, donde padres y alumnos podemos comunicarnos con el centro escolar, consultar horarios, calificaciones, ausencias o retrasos, fechas de exámenes, deberes diarios… incluso archivos complementarios de apuntes y ejercicios. Sin embargo, todo esto no está sincronizado con la agenda escolar, pues ésta aún no es electrónica, sigue siendo de papel.

En la era digital el papel ha sido superado por la tecnología, sin embargo los cambios van más rápidos que las adaptaciones del sistema a los mismos. Y esto tiene pinta de seguir siendo así, lo que nos lleva a pensar que la educación siempre irá por detrás de las necesidades educativas. En un  mundo globalizado, el pensamiento racional ya no ofrece soluciones, la lógica ya no encuentra todas las respuestas. Las carreras universitarias que serán más demandadas en el 2020 aún no han sido creadas. El sistema educativo (o el sistema político que lo crea, modifica e implanta) se olvida de orientar su política a satisfacer las necesidades de su principal cliente, el nativo digital.

Mientras tanto, se sigue machacando la diversidad del talento de los bachilleres, procurando que todos sigan las mismas pautas, aprendan lo mismo, piensen del mismo modo y se especialicen en las mismas cuestiones, las que hoy se está demostrando que ya no funcionan. Hace unas pocas décadas, tener una titulación era equivalente a encontrar trabajo, ¿cuánto tiempo tardan hoy los universitarios en incorporarse al mercado laboral?

Precisamente una de las competencias básicas de los trabajadores del siglo XXI es la ofimática. Ya quedan pocos puestos de trabajo en los que no sean necesarios unos conocimientos básicos sobre el uso de la tecnología de la comunicación, aunque sea un sencillo smart phone. ¿Tienen nuestros hijos asignaturas para aprender estos usos y tendencias? Claro que no, primero habría que mentalizar y enseñar sobre ello a los políticos y después a los maestros, muchos ajenos al mundo digital. Los estudiantes cuyos padres somos usuarios tecnológicos avanzados son afortunados, porque tienen cierto apoyo en casa. Pero ¿es esta la mejor forma de preparar a las nuevas generaciones para su futuro profesional?