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Diario YA


 

la otra crisis

¿Vida o herencia?

Jesús Asensi Vendrell

Ramona Estévez, la anciana que se encontraba en coma por infarto cerebral, ha fallecido tras estar catorce días sin recibir alimento alguno. ¿Se imaginan ustedes qué le pasaría a un bebé si le aplicaran el mismo “digno” criterio que a Ramona? Aunque claro, un bebé tiene toda la vida por delante, es pequeñito, sonríe y nos hace mucha gracia. Y una persona mayor es difícil de manejar, todo son quejidos, ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y también tiene unos bienes que alguien tendrá que heredar, mejor pronto que tarde, antes de que la residencia de turno se la quede todita toda.

Y es que cuando en la sociedad impera el utilitarismo, el pragmatismo egocéntrico, los más débiles lo acaban pagando con su vida. Y no se salvan ni los bebés que crecen en el vientre de su madre ni los ancianos quejicosos si suponen una carga económica, afectiva o temporal a unas personas a las que, tiempo al tiempo, es bien seguro que les pagarán con la misma moneda.