Principal

Diario YA


 

Se puede mejorar la entrada en el Gobierno

A Rajoy le pedimos transparencia

Miguel Massanet Bosch

Creo que lo peor que le podría pasar, en estos momentos, a España y a los españoles sería que se intentara de nuevo, como ha ocurrido en los dos pasados ejercicios, el conocido juego, practicado por los anteriores gobernantes de la nación, consistente en ir diciendo medias verdades; esconder noticias importantes de sumo interés para la ciudadanía; incurrir, de nuevo, en determinado clientelismo; iniciar el camuflaje de desagradables situaciones poco favorables para el gobierno (para no alarmar a la clientela) o intentar proteger a ciertos advenedizos, que en todas partes los hay, pero con los que no se ha de tener la más mínima consideración a la hora de expulsarlos de sus cargos a la menor señal de corrupción o amiguismo. Sin duda que, el primer deber de todo gobierno es actuar con la máxima energía, sin contemplaciones y con luz y taquígrafos para que, el pueblo, se sienta partícipe y cómplice de las decisiones que se tomen por el Ejecutivo aunque, en determinadas ocasiones, puedan no agradarle o difiera de ellas. Creo que haría mal don Mariano Rajoy en seguir la senda por la que ha transcurrido su periplo en la oposición, buscando que el adversario se desgaste, a la espera de recoger las frutas maduras cuando se caigan del árbol.

No se puede decir que la decisión de permanecer detrás del telón hasta el próximo mes de febrero, sea la más afortunada que podría tomar el señor Rajoy. Por desgracia, no nos encontramos en situación de dilatar las decisiones, de perder el tiempo en elucubraciones o de pensar que el tiempo lo cura todo. No, señores, los acontecimientos se precipitan, las bolsas nos dan, a diario, malas noticias y nuestra prima de riesgo se mantiene a unas alturas de vértigo, lo que poco bueno augura para la colocación de nuestra deuda. Si es cierto que la herencia recibida del anterior gobierno es peor que lo que habían calculado en el nuevo Gobierno, pues que lo expliquen con pelos y señales a los ciudadanos, sin que pase día que no que salga un ministro a la palestra a denunciar todos los errores cometidos por el anterior gobierno del señor Rodríguez Zapatero. No permitan que el PSOE, un maestro en cuestiones de propaganda y de vender sus errores como aciertos, tome la delantera ahora en que, precisamente, se encuentra enfrascado en luchas internas que los tiene distraídos de otras cuestiones.

El pueblo español, como todos los pueblos del mundo, tiene sus defectos y sus virtudes. Su especial idiosincrasia y una endémica desconfianza hacia sus gobernantes –aunque tampoco se les puede reprochar este sentimiento si nos paramos a considerar el gran daño que algunos gobiernos le ha causado y la poca fiabilidad, honradez, franqueza, capacidad y eficiencia con las que han estado gobernando al país – así como su naturaleza un pueblo solidario, sacrificado, protestón pero noble cuando se nos sabe ganar; lo hace muy susceptible a colaborar cuando se le hable sin tapujos y se expliquen, con claridad y franqueza, los problemas a los que se deben enfrentar. sin ambages y de forma entendible, así como los sacrificios que se le piden; eso sí, siempre que, absolutamente todos, desde el primer al último español, asuman su parte en el esfuerzo; de modo que quienes más tienen, los que más responsabilidades asumen y los que nos guían a modo de nuevos Moisés a través de las dunas de este desierto de dificultades, sean los primeros que pongan su cuarto a espadas, los que den el ejemplo de austeridad y los que ponen en el empeño los mayores sacrificios económicos y los comportamientos más ejemplares.

Creo, por tanto, que el señor Rajoy debería comenzar por explicarnos, a los que lo hemos votado; que hemos votado al PP en demanda de una regeneración política, social, ética y moral, amén de económica y financiera, de la nación; algunas cuestiones que se han dado, precisamente, desde el momento en que, el PP, ha tomado la dirección del timón de nuestra nación. Por ejemplo, ¿Qué explicación se puede dar a que, en Baleares, comunidad gobernada por el PP, se sigan pagando subvenciones para promocionar el catalán en el extranjero? o que, en la misma comunidad, se siga subvencionando el aborto de modo que los celebrados en clínicas privadas pueden resarcirse de los gastos enviando las facturas para que las pague la Seguridad Social. No tienen excusa, con la gran mayoría de que disponen, de no haber presentado en el Parlamento una nueva ley que acabe con esta lacra sangrienta de más de 113.000 abortos anuales.

¿Cuándo, el señor Guindos va a dar el cese a esta señora, Carmen Vela Olmo, que insultó públicamente al PP y Rajoy desde las filas socialistas y ahora, incomprensiblemente, ha sido nombrada para el cargo de secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación? O es que ¿no había entre todos los cerebros del PP una persona de mejores cualidades y más adicta al partido que esta señora? Y, señores, ¿a qué se debe que el señor Jorge Fernández Díaz se comprometa a que Rajoy cumplirá con el Estatut catalán cuando, el Gobierno catalán, no hace más que dar muestras de indisciplina y obstinación?, negándose a cumplir las sentencias del TC, del TS y del TSJC relativas a los artículos de dicho cuerpo legal declarados inconstitucionales y continuar en su empecinamiento de castigar la lengua castellana, tanto en materia de enseñanza como en su uso en comercios e industrias. ¿Por qué don Mariano no nos explica las medidas que tiene previstas tomar con respecto a esta nueva ley de consultas populares que ha aprobado el Parlament catalán? O ¿es que seguirá el paripé de irles consintiendo a los nacionalistas el conseguir, por la vía de hecho y de los hechos consumados, lo que les está vetado por la Constitución?

¿Qué piensa hacer el PP con los sueldazos blindados que existen en la TV1 y que han sido confirmados y mejorados pocos días antes de que se incorporara el nuevo gobierno? ¿Va a consentir que siga la parafernalia vigente hasta ahora con determinadas productoras y que se mantengan los escandalosos sueldos de algunas figuras del medio, evidentemente sobrevaloradas? Teniendo en cuenta que la mayoría proceden del enchufismo, la endogamia y el clientelismo propio de un ente dominado desde hace años por los progresistas de la izquierda. Todos estos extremos merecen ser aclarados cuanto antes si es que, el PP, quiere que nos creamos lo que nos decían en los mítines electorales respecto a una nueva forma de gobernar, basada en la claridad, la limpieza, la transparencia y la eficacia. Esperamos, con impaciencia, las primeras actuaciones para mejorar la Justicia, agilizar los procesos y eliminar de ella todo el clientelismo, la politización y los ramalazos de prevaricación que, en ocasiones, han caracterizado algunas de las actuaciones judiciales, desde los más altos tribunales a los más humildes juzgados de 1ª Instancia.

Notamos a faltar que, junto a estas medidas publicadas respecto al aumento del IRPF, congelaciones salariales de los funcionarios etc. se hubieran empezado a publicar otras de supresión de empresas públicas, de ahorro de gastos públicos y de erradicación de duplicidades en las administraciones central y autonómicas; así como de una reducción de sueldos de los parlamentarios o, todavía mejor, hacer una reducción del número de ellos, de modo que solo quedaran 300 de los 350 actuales. Sobran y, evidentemente, serían un ahorro para el presupuesto del Estado. ¿Para cuándo sentarles las costuras a los de Amaiur y a los del PNV? Y ¿cuándo renovar el TC?, para luego es tarde. O esto es lo que, señores, pienso al respecto.