Fernando Ballesteros. 10 de diciembre.

Pues parece que al final se ha impuesto la opinión de Schuster. El alemán ya dijo tras el partido ante el Sevilla que era necesario un "golpe de efecto" un "cambio de mano" y dicho y hecho, el primer entrenador del mundo que sin presentar su renuncia propone su destitución de forma pública como remedio de los males de los suyos, no se volverá a sentar en el banquillo.

Schuster, qué también pasará a la historia por ser el primer entrenador del Real Madrid que asegura que es imposible ganar en el Camp Nou, se marcha con una liga en el bolsillo, una excelencia post-Capello prometida y nunca cumplida y una sensación de que nadie, y a juzgar por sus palabras ya referidas él el primero, creía ya en su proyecto si es que éste existía a estas alturas.

Tiempo habrá para  conocer los detalles y la intrahistoria de un cambio que devuelve a Juande Ramos a un banquillo de nuestra liga. El hombre que llevó a la gloria al Sevilla viene de vivir una situación en Londres no muy diferente a la de Schuster aquí. Ambos perdieron el control de la nave aunque por circunstancias diferentes, porque aquí, que quede claro, nadie en la plantilla le ha hecho la cama al alemán como le sucedió a Juande con los simpáticos chicos de los "spurs". En fin, que no sé si desearle suerte o que Dios le pille confesado porque no me negarán que la situación por la Castellana, hoy por hoy, no invita al optimismo.

Y cómo en el fútbol no existen los cien días de margen que se les da a los políticos que llegan al cargo, a Juande le empezaremos a juzgar y con rigor y dureza en menos de cien horas. Y vaya examen señores, el Barcelona de Pep. Tiene poco tiempo por delante y muchos problemas en el horizonte el nuevo mister para intentar conseguir, y ese es el primer objetivo, que los suyos jueguen al mismo deporte que los azulgrana que cómo ya hemos dejado claro por aquí están a otra cosa.

Pero es que, por si la crisis deportiva fuera poco, que no lo es, en el Real Madrid están ocurriendo demasiadas cosas últimamente. Y lo peor es que  (casi) todas ellas son negativas y algunas abrazan de lleno el esperpento. Lo dejo ahí porque no quiero hablar de una Asamblea de la que ya se ha dicho casi todo y que los aficionados blancos querrán olvidar con urgencia.

Lo mejor será pensar en el partido, en el equipo y en la nueva etapa que se abre. Cuando todo parece negativo, hay que mirar al césped como último recurso. Si, porque al final, aunque el equipo perdiera, lo mejor que le ha pasado al club en los últimos días es la segunda parte de casta y orgullo ante el Sevilla. Cierto que cuando se te cruza un árbitro nefasto y tienes la épica como único argumento y no como recurso, puedes terminar perdiendo 3-4 pero aún así: ¡que bonito es el fútbol!

Bueno, pues después de este preámbulo les voy a dar mi pronóstico para el sábado: yo le pongo un "2" en la quiniela. Y si, se que el Madrid es el visitante y no, no me he vuelto loco. Creo. Es que el fútbol y yo somos así.