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Diario YA


 

Con el fin definitivo de Educación para la Ciudadanía

Ahora toca dignificar a los objetores

Teresa García-Noblejas

La prensa se ha hecho eco del replanteamiento del Anteproyecto de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) tras la reunión entre el Ministro de Educación, José Ignacio Wert, y los consejeros de educación de las Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular. El nuevo texto introduce importantes novedades con relación a la primera versión del Anteproyecto hecha pública el pasado mes de septiembre.

Llama la atención la desaparición de la que iba a ser nueva materia obligatoria, Educación Cívica y Constitucional, que en el primer Anteproyecto de la LOMCE sustituía a las conflictivas materias de Educación para la Ciudadanía (EpC) y Educación Ético-Cívica de la actual LOE. Supone esta modificación el adiós definitivo a las polémicas asignaturas. Una buena noticia para la libertad de educación y un reconocimiento del valor de la resistencia que miles de padres han mantenido frente al adoctrinamiento de sus hijos en las aulas españolas.

Sin embargo, como explica Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, “ahora toca lograr el reconocimiento a los objetores a Educación para la Ciudadanía y Educación Ético-Cívica concediéndoles la normalización académica, con carácter retroactivo, en lo relativo a los suspensos sufridos por ser los objetores. No olvidemos que muchos han sido suspendidos e incluso han tenido que repetir curso únicamente por haber objetado, por razones de conciencia, a estas asignaturas”.

El otro dato importante es la aparición en el Anteproyecto de la asignatura de Religión, por completo ausente en el texto de septiembre. El nuevo Anteproyecto recupera ahora el pleno valor académico de la asignatura de Religión para la que en Educación Primaria y en ESO se establezcan alternativas a la Religión, concretamente Valores culturales y sociales en Primaria y Valores Éticos en ESO. Aparecen en todos los cursos de dichas etapas y la elección de una u otra alternativa (Religión o Valores culturales y Sociales (Valores Éticos) se deja en manos de los padres o tutores. Respecto al Bachillerato, Religión aparece en ambos cursos como una de las asignaturas específicas que pueden ser cursadas; el modelo hace innecesaria la alternativa.

Para Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, «la recuperación del valor académico de la asignatura de Religión como opción libre para los padres representa, sin duda, una mejora importante del Anteproyecto. Queda únicamente por conocer si las asignaturas alternativas (y por tanto voluntarias) a Religión son las adecuadas o, si por el contrario, reproducen de nuevo el conflicto debido a la imposición por el Estado de valores éticos, un papel que no le corresponde».