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Diario YA


 

Algo huele mal en el Real Madrid

Miguel Ángel Guijarro. 14 de noviembre.

No bajan limpias las aguas por Concha Espina en los últimos tiempos. Empiezan los rumores, las filtraciones y los malos o buenos entendidos dentro de un club en el que la ‘tranquilidad’ de los dos últimos títulos ligueros no ha servido para nada. El agrio carácter de Bernardo Schuster y los desencuentros dentro de la cúpula deportiva del club están tambaleando una nave que va a la deriva sin remedio, aletargada dentro del campo y desquiciada en las oficinas. Los fuegos se suceden en el seno de la entidad y Calderón no da abasto para apagar tantos focos que parece en estos momentos, inextinguibles.

Las desavenencias entre Bernd Schuster y la plantilla son grandes, pero mucho más las del técnico y el capitán. Eso no dejaría de ser una mera disputa de dos pesos pesados dentro del vestuario si no fuera porque las conversaciones de unos y de otros acaban siendo públicas. Esas filtraciones dejan a algunos en entredicho y a otros con las vergüenzas al aire. Esto no dejarían de ser asuntos domésticos si no se mezclaran con la "bordería" del entrenador en las ruedas de prensa, el desastre táctico de los partidos, las dudas del equipo, los errores defensivos que hacen que el Madrid sea un coladero y sobre todo la ausencia de patrón.

A Schuster no le vamos ahora a descubrir, si no sabe perder es su problema, pero no se puede estar echando continuamente balones fuera jugando al filo porque tanto jugar con fuego acaba por chamuscar y aquí hay demasiado olor a quemado. Raúl sigue manteniendo el ‘bonus’ y ha tirado de galones, algo que puede ser el detonante de una crisis aún mayor que engloba el triángulo a tres bandas que forman el alemán, el ‘siete’ y el presidente. En el medio Mijatovic, Portugal, José Ángel Sánchez, Manolo Ruiz y hasta los servicios médicos que se han visto salpicados por el cartílago de Van Nistelrooy. La baja del holandés va a acabar siendo un nuevo problema ya no solo desde el punto de vista deportivo (que lo es) si no por la sensación que queda de improvisación y ocultismo dentro de un club que se le escapa de las manos al presidente.

Al aficionado esto le repatea si la pelotita entra pero cuando no hay gol, ni espectáculo ni siquiera actitud en algunos partidos, la hinchada no perdona. La eliminación de Copa, el peligro en la Champions, la ausencia de Schuster en la caseta,  las ‘cantadas’ de la zaga, la presencia de jugadores de medio pelo con la camiseta blanca, el ‘mal ambiente’ (como dice Schuster, según los filtradores del club) que crea Raúl han dejado al Real Madrid en un callejón con difícil salida.

O mucho cambian las cosas o los tiempos que se avecinan no auguran nada bueno para una entidad que lleva casi quince años sin ganar la Copa, que quiere "la Décima" sin fondo de banquillo y que ve como desde "Camp Barça" se borda el fútbol. Tiempo al tiempo, pero más de uno debería tomarse una tilita…, eso o esperar a que Higuaín siga manteniendo a flote al equipo como en los dos últimos años.

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