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Diario YA


 

Análisis del estado de la construcción en México

El pasado mes de septiembre México se ha visto sacudido por dos seísmos de gran intensidad, el más reciente el martes 19 de septiembre, de magnitud 7,1 en la escala de Richter. El terremoto ha dejado más de 300 muertos y unos 50 edificios completamente caídos.

Según el New York Times, el terremoto ha revelado falta de rigor en la aplicación de normas de construcción en Ciudad de México. Es verdad que podía haber sido peor y que las consecuencias no han sido tan desastrosas como en el caso del sismo de 1985 que dejó más de 40.000 víctimas, pero no gracias a los códigos de construcción adoptados en los últimos años, sino más bien gracias a cómo fue el terremoto. Los daños causados por el terremoto de hace 32 años significaron pérdidas por más de 4.000 millones de dólares, con más de 880 estructuras en ruinas y más de 2.000 edificios dañados, según datos oficiales. El diagnóstico de los inspectores fue que muchos de estos habían sido construidos con materiales y estructuras débiles.

A partir de entonces, las regulaciones de construcción de la capital mexicana se convirtieron en algunos de los más estrictos en el mundo, pero oficiales e inspectores de obra dicen que, hoy en día, hay fallos en el cumplimiento de las normas. Se trata, supuestamente, de una red de ingenieros y arquitectos que son contratados y pagados por los desarrolladores inmobiliarios y por las constructoras, que se encargan de la revisión de las construcciones.

Aún así, está claro que la devastación fue menor, gracias a las regulaciones de construcción más estrictas, al uso de diferentes materiales para la construcción y a la conciencia común de que la resistencia sísmica tiene una importancia enorme a la hora de construir cualquier edificio.

Los edificios se tienen que construir con los estándares más altos, sin ninguna presión para ahorrar. En un estudio liderado por Reinoso a partir de 150 edificios construidos después de 2004 (la última gran reforma a la regulación de construcciones) se demostró que muchos edificios no cumplían con los estándares oficiales. 71% de los edificios que se revisaron no cumplían por completo con las normas técnicas oficiales, mientras que el 36% no cumplió ni siquiera con un estándar menor.

Hay infinidad de materiales que se pueden utilizar en la construcción, pero los preferidos suelen ser los materiales más resistentes, que aseguran una vida mayor realizando un mantenimiento mínimo. En la construcción de muros lo que más se suele usar son las piedras, uno de los materiales naturales más resistentes. Luego, hay una multitud de productos y aditivos para concreto, adhesivos, desmoldantes, endurecedores o morteros, cuyo uso garantiza una mayor durabilidad de la construcción.

Otro producto muy importante para el sector de la construcción son los impermeabilizantes, productos que sirven para detener el paso del agua y de la humedad. Gracias a los impermeabilizantes se pueden revestir superficies y todo tipo de sustratos constructivos, ya que eliminan la porosidad del material, cubren las filtraciones y aislan la humedad. Los impermeabilizantes de Pasa sirven para todo tipo de impermeabilización, pero lo que puede ser que más te interese ahora mismo, con la época de lluvias, es impermeabilizar los muros y las superficies exteriores, que están más expuestas a la agresividad de la intemperie.

La calidad de los materiales es un factor esencial a la hora de medir la resistencia al derrumbe de los edificios. Una buena calidad de la construcción mejora la capacidad de absorción de energía en el movimiento sísmico y es por ello que, para evitar el peligro frente a un terremoto de alta magnitud, es importante contar con edificios resistentes.