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Diario YA


 

La educación en España está necesitada de una profunda revisión

Ante el grupo de estudiantes premiados por su currículum académico que boicotean al Ministro de Educación

Fina Millán-Hita. Que la educación en España está necesitada de una profunda revisión, lo demuestra el hecho lamentable de que un grupo de estudiantes premiados por su currículum académico haya intentado boicotear al Ministro de Educación, señor Ignacio Wert, mostrando así una absoluta falta de respeto.

Una persona que ha terminado feliz y brillantemente su carrera, y se comporta con esa total falta de educación, es la prueba de que - en mi opinión - nuestra Enseñanza adolece de varios males:

1-  desprecio total a los buenos modales y al respeto a la autoridad
 
2- imposibilidad de crear entre nuestros estudiantes a personas con criterio propio, que no se dejen manipular por algunos "enseñantes" que sólo enseñan ideología (curiosamente, siempre la marxista)

3- una falta de valores humanos que repercute en los estudiantes, que podrán ser muy buenos técnicamente hablando, pero cuyo comportamiento es impropio de personas cultas y letradas que aspiran a ser un referente en la vida intelectual, cultura, profesional y política de España en el futuro. Alguien me decía que las notas a nivel académico no siempre van ligadas a la inteligencia real de la persona. Y veo que razón no le faltaba.

4- falta de rigor en los enseñantes, que nunca hacen autocrítica. Ya decía Víctor Hugo que "el porvenir está en manos del maestro de escuela".

5- pseudo-selección de profesores de instituto y de universidad
 
6- excesiva tolerancia a que los centros educativos se conviertan en centros de alarma y movilización social -  políticamente dirigidos por sindicatos irresponsables y profesores sectarios -, en lugar de buscar la excelencia de los mismos.

A este respecto, resulta revelador que ni una sola de las universidades españolas está entre las 10 mejores de Europa, lo que sugiere que deberíamos dejar de lado algaradas y centrarnos en lo esencial. No está el horno para bollos, solía decir mi abuela.

Atentamente,