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Diario YA


 

Después de un alejamiento, la Monarquía debe volver a contactar con el pueblo de España

Carta abierta a SAR la princesa de Asturias Doña Letizia Ortiz

Eduardo De Prado Álvarez. CARTA ABIERTA a SAR la princesa de Asturias doña Letizia Ortiz, que le ha sido remitida oportunamente, por correo ordinario,  al Palacio de la Zarzuela.

 
Señora: No soy monárquico. Es más, no creo que haya que ser monárquico, que sea necesario serlo,  para querer que en España haya una Monarquía parlamentaria.
 
República es y viene del latín, de ‘res publica’, cosa pública, la cosa pública, los asuntos públicos. Hoy sólo se puede ser republicano, -en tanto que preocupado por los asuntos públicos o de la república- y demócrata, en tanto que debe ser la ciudadanía la que se autogobierna a distintos niveles, de pueblo, villa, Entidad Local Menor, municipio, comarca, provincia, región y Nacion o sea de Estado. Y aún de la UE[2]
 
Lo último que se sabe es que el Rey pidió disculpas y dijo que’ no volvería a ocurrir.’ Me refiero a la cacería en un país de África.Está muy bien, y para mí -y para muchos, creo-,  es más que suficiente. Claro que si se hubiera sabido previamente que el viaje era ‘también’ de negocios internacionales, y por y para  el bien de España, nada de esto hubiera ocurrido. Y me refiero, claro está,  al malestar  de Pueblo.
 
La Monarquía en los últimos  tiempos se esta alejando del Pueblo español.Lo dicen las encuestas y las no encuestas, y lo reiteran los medios.
 
¡Cuidado con los medios!, que muchos de ellos son ‘monstruos’ ‘ogros’ ‘bestias negras’ –por cierto: algunos en manos de extranjeros- en tanto en cuanto obedecen a la lógica capitalista -y de capitalismo salvaje, en ocasiones-  y  como Empresas de Inversión y Beneficios que están atentos ante todo a la Cuenta de Resultados, a la Caja, más que a la ética periodística, el bien de la Nación, a la moralidad pública  y el bienestar del pueblo y sus reyes. ¡Cuidado!
 
La Monarquía, al parecer, en los últimos tiempos se está alejando del Pueblo español.Falta contacto directo con el pueblo español, -somos 17 comunidades autónomas y 50 provincias más Ceuta y Melilla-, porque no se trata tanto de viajar mucho a Barcelona a ver a ‘La Vanguardia’, los empresarios, el Círculo de Economía, el Puerto de Barcelona, etc.: siempre los ricos, los influyentes,  los poderosos.
 
Pero al final, el último de los ciudadanos españoles de Las Hurdes o de la Cabrera leonesa, o de los Ancares o de los pueblecitos de las cabeceras de los ríos  Esla, Cea, Porma o Carrión  o de los pueblecitos de Asturias, Huesca, Huelva, las Alpujarras  granadinas o de Canarias,  tienen cada uno un voto, igual que el multimillonario, el poderoso, el aparentemente influyente, el director de La Vanguardia,  o el más rico de los empresarios catalanes que van al Liceo.
 
Hay que volver a contactar con el pueblo de España. Empezando en los pueblos, villas y ciudades más pequeñas. Viajando por ellos.
 
Felipe, su esposo,  se juega mucho y su hija y heredera –cuando cambie  la Constitución o Ley sucesoria– también. Pero creo que España como Nación se juega más todavía. Hablo como ciudadano. La historia así lo corrobora.
 
No soy nadie para dar consejos a su AR, pero sí para hacer sugerencias, propuestas, reflexiones en voz alta. “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan” – todos–   “los poderes del  Estado” (Artículo.1.2 de la Constitución Española)
 
Y es esto lo que me atrevo a sugerir:
 
Un Programa, una Amplia Agenda de Viajes por España es lo que me parecería mejor en esta hora. Empezando por los pueblos pequeños. Durante el año, los Príncipes, y en tiempo de vacaciones escolares  acompañados  de la hija mayor y Heredera (cuando cambie la Ley) la Infanta Leonor.
 
Tuve la suerte, privilegio, de poder estrechar (tras larga espera) la mano de la Princesa LETIZIA una vez y dos veces las manos del Príncipe de Asturias, y digo las manos en plural, dado que Felipe una vez me tendió la suya derecha y la otra la suya izquierda,  en Barcelona, en La Rambla, a la salida del Liceo. Fuera del Liceo, por supuesto. Somos pueblo.
 
Este mismo privilegio yo lo reclamo hoy ante Vos para el 90 por ciento y aún para el cien por cien de los españoles sencillos de los pueblos, villas y pedanías de España.
 
Empezando por los municipios de menos de 5.000 habitantes,- pueblo a pueblo, municipio a municipio- todos, de cada provincia española, siguiendo por los de menos de 10.000 de 15.000 de 20,000. Que todos los españoles y las españolas tengan la oportunidad del contacto directo con los Príncipes, futuros Reyes de España. Empezar en Asturias, seguir por León y provincia, Navarra, Huesca y Gerona, me parece sería lo adecuado.
 
Fue importante ese contacto para mí y los que me acompañaban (se matizan muchas ideas, se suavizan muchas críticas, se comprende mucho  mejor a los príncipes….y su difícil misión pública…). Yo quiero eso mismo para los españoles del pueblo. A ser posible, para todos.
 
Nadie puede dormirse en los laureles. Y los adversarios son bastantes y poderosos.
 
El contacto directo con la ciudadanía: los partidos políticos lo hacen, los líderes del deporte se mezclan  con el pueblo llano; hasta los ricos y empresarios por  medio de sus anuncios pagados, y los famosos por medio de los espacios gratuitos o no que las TV, incluso las públicas, que se los ofrecen muy  generosamente.
 
La Corona en España me parece que no tiene medios  propios para dar su Imagen Pública. Los Príncipes, tampoco. Sólo los viajes por España pueden compensar todo eso, toda esa carencia. Deberían hacerlos, pronto y bien.
 
Una buena Agenda, constante, ininterrumpida hasta el día ‘D’, de la futura coronación  de don Felipe de Borbón y Grecia como rey de España, Felipe VI.
 
Como decía,  la Corona se juega mucho. Pero España,  mucho más.
 
No soy monárquico reitero. Es más, insisto, no creo que haya que ser monárquico, que sea necesario serlo para querer que en España haya una Monarquía parlamentaria. Nunca he gritado ‘Viva el rey’ en estos casi 37 años. Hoy deseo,  a mis plenamente lúcidos 60 años, poder ver un día como jefe del Estado y Rey de España a SAR el Príncipe Felipe.
 
Y poder yo gritar ¡Viva el Rey!, ¡Viva Felipe VI de España!
 
Todo lo que expreso en esta carta, Alteza, tiene por único objeto crear las condiciones óptimas para cuando ese momento tenga que llegar y, con la ayuda de Dios, llegue. Reconozco ser un poco egoísta: tengo  60 años, ya lo he dicho, no soy precisamente un ‘hombre de derechas’,  y aspiro a no morirme sin antes haber tenido la oportunidad y de poder y de haber gritado  ¡Viva el  Rey!, ¡Viva Felipe VI de España!
 
Por eso le escribo.
 
Y por supuesto,  también en la confianza de que habiendo nacido SAR en Asturias y yo en un pueblo de la Provincia de León,  aquella zona de Influencia cántabra y astur, seré bien entendido. Bien interpretado.
 
Nada más.
 
Atentamente.
 
Barcelona, 23 de abril de 2012.

 

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