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Diario YA


 

Inexplicable facilidad de ejecución del atentado

Charlie Hebdo y Falsas Banderas

Por Colectivo Alborán. En España decir que el “terrorismo” es una herramienta política al servicio de encubiertos y no tan encubiertos intereses no debería sorprender a nadie.
Sin profundizar mucho, que ya habrá ocasión de ello, queremos, no obstante, recordar desde el principio a los casi 130 militares y 270 guardias civiles (la mayoría cayeron teniendo la condición formal de militar) víctimas de la auténtica guerra subversiva que acompañó a La Transición. Terrorismo y subversión apenas larvado en nuestros días: Hasier Arraiz, presidente de Sortu, dijo el 12 de enero pasado (cinco días después de la matanza de París) que “es el momento de que el pueblo dé jaque mate a la Guardia Civil … estamos, sin lugar a dudas, frente a un Estado terrorista”; y ello por la operación policial contra el colectivo de abogados de ETA acusados de ocultar al fisco 1’3 millones de euros.
Eso sí, queremos subrayar que detrás de supuestas reivindicaciones sociales, socialistas o separatistas había manos foráneas, de los dos lados del Telón de Acero, que impulsaban “el cambio” a sus respectivos gustos de la España objeto de sus deseos. El ejemplo paradigmático es el magnicidio de Carrero Blanco, que contó, dicen algunos entendidos, “impulsos regios” de americanos y rusos, por acción (con y sin personajes interpuestos) y omisión. El penúltimo ejemplo podría ser el “11-M”, que abrió, de forma aun inexplicada e inexplicable, la enésima “transición” (democrática alternancia de poder dirían algunos).
En  este contexto, lo acaecido recientemente en París tiene todos los elementos para hacer desconfiar de la versión oficial, pues sigue las mismas pautas de otras salvajadas:
-    Inexplicable facilidad de ejecución del atentado: con la que está cayendo y ese “objetivo” no estaba más protegido. Siendo tan descuidados los integristas (que se olvidan un “dni”) y estando tan “fichados”, ¿no se sospechó nada?. ¿Entraron y salieron de dos edificios, disparando y disfrazados de terroristas (chalecos, pasamontañas y armas a la vista) sin que hubiera reacción hasta bien adelantada la huida)?
-    Curiosas ausencias y existencias de grabaciones: no parece haberlas dentro y sí que hay un anónimo ciudadano que filma la ejecución del policía. Por cierto, ya es casual que, tras salir de la redacción y huir en un coche, tras un intercambio de disparos  con una primera patrulla de policías en una calle perpendicular y otro posterior con varios de agentes en bicicleta, ambos sin heridos,  en el boulevard Richard Lenoir  se pararan y bajaran delante de la ventana del ciudadano que grabó el vídeo, de una calidad que permite oír el diálogo entre asesinos y víctima, … y que el policía (precisamente musulmán) no acuse el impacto de un fusil de asalto a menos de un metro (https://www.facebook.com/video.php?v=873148586076083; y no nos cuenten que de entrada no vale el vídeo porque lo ha colgado el impresentable Wily  Toledo).
 
Además de otros detalles como los de las fotos adjuntas y el suicidio de un comisario encargado de la investigación.
-    Incongruencia “doctrinal”. Los terroristas integristas, fervientes mahometanos, perdieron una ocasión de oro para ir al paraíso de Alá, con sus muchas vírgenes,  al no tomarse su tiempo destruyendo los archivos con las blasfemias contra Mahoma que había (y hay) en la redacción, y morir después en “viril” lucha contra los “cruzados” de la policía francesa. En Madrid los culpables oficiales se “inmolaron” discretamente sin llevarse por delante más que a un inspector de policía, y eso sin querer,… cuyo cuerpo sufrió luego inexplicadas y macabras peripecias.
-    Incongruencia operativa. Los asesinos parecen eficaces en cuanto a conseguir penetrar, matar (el vídeo recoge una acción de un mujaidín con mucha “maestría” haciendo fuego marchando; otros detalles son que no llevan prendas largas para ocultar las “armas largas”, y que son “profesionales” tranquilos que se tomaron su tiempo en el periódico) y huir. Pero son tan ineficaces que se dejan en el coche una carte nationale d'identité (las autoridades norteamericanas también afirmaron haber encontrado el pasaporte intacto de Mohammed Atta, uno de los presuntos terroristas del 11-S entre las ruinas de las Torres Gemelas), y, desprendidos y olvidadizos ellos, también se olvidan varios artefactos explosivos y una bandera yihadista; así mismo, antes habían detenido el vehículo para bajarse y matar a un policía tras perseguirle (en lugar de acelerar), y precisamente delante de un oportuno y dispuesto espectador, y otro asesina a una policía municipal en medio de un mínimo accidente de tráfico. Volvemos al principio, esas ansias de matar las podían haber saciado en la redacción del semanario, y las de huir siendo menos inclinados a enredarse con mínimas resistencias fácilmente esquivables. En el 11-M la incongruencia operativa está en hacernos pensar que un solo hombre por tren puso, sin ninguna ayuda (vigilancia, protección) la correspondiente bomba … con una rocambolesca dinamita que luego no aparece en los análisis periciales.
Por supuesto, como suele ocurrir siempre en estos atentados, los presuntos autores materiales no caen vivos en manos de la Policía, eliminándose así, materialmente, la posibilidad de comprobar la credibilidad de la versión oficial. Si los asesinos   se hubieran quedado luchando hasta la muerte en la redacción de la revista sus identidades no quedarían sujetas a dudas, pero ¿quién asegura ahora que los muertos por la policía son los mismos que entraron en la sede de Charli Hedbo?
Conclusión: casi se puede decir que “solo sabemos que no sabemos (apenas) nada”.
En relación a los móviles profundos de estos atentados, no hay que olvidar otra fuente de luz, la que surge del tratamiento que se da al clima posterior de los atentados. En el 11-M fue el cambio de Gobierno, puesto que “había mentido”, en esta ocasión parece clara la campaña a favor de la “libertad de expresión”, ilimitada según por qué cauces, precisamente “modernistas”, discurra; no olvidemos que el satírico Hebdo ha publicado horrorosas y descaradas blasfemias contra los dogmas católicos, muchísimas veces y más violentas que contra sentimientos judíos y moros. En este sentido, se pueden enfocar la finalidad última incluso desde la obviedad de que “los grupos musulmanes más radicales son un instrumento fácil de manipular, para que, viendo sus actos de barbarie, la conciencia de las gentes quede más dispuesta para aceptar la maldad intrínseca de toda actitud religiosa” (Terrorismo del anticristo: Sobre el atentado de París, http://www.guionreal.com/terrorismo-del-anticristo--sobre-el-atentado-de... ).
Sí, lo sabemos, eso traspasa los límites de la corrección política. Como también el que Giscard d´Estaing creó un sistema de “seguridad” (Vigipirate http://www.slate.fr/story/96541/plan-vigipirate-alerte-attentats”) con importantes medidas restrictivas de las libertades individuales y colectivas (10 leyes liberticidas contra el terrorismo, al decir de Jean-Yves Le Gallou), en la ola de la “filosofía” norteamericana tras el 11-M.  Planes similares existen en España y otras misiones. Y aquí ya vemos dónde apuntan las reformas del código (asesinatos de hinchas deportivos por medio). Podemos aventurar que en Francia, y en España a continuación, este sangriento episodio traerá más recortes de derechos, pero, eso sí, ninguna restricción al islamismo que, supuestamente, los inspira.
Otro subproducto también puede ser inducir a la opinión francesa a que apoye una más que posible guerra de la OTAN contra Siria. Porque, como dice Juan Manuel de Prada, “no olvidemos que el gobierno francés –como tantos otros gobiernos occidentales–, que amparaba la publicación de tales aberraciones, es el mismo que ha financiado en diversos países (y en especial en Libia) a los islamistas que han masacrado a miles de cristianos, mucho menos llorados que los periodistas del pasquín Charlie Hebdo”. Por supuesto, es digna de reflexión las declaraciones del exsubsecretario del Tesoro de EE.UU., Paul Craig Roberts, quien asegura que el ataque terrorista contra la sede de 'Charlie Hebdo' en París fue una operación de bandera falsa “diseñada para apuntalar el estado vasallo de Francia ante Washington” (http://actualidad.rt.com/actualidad/162898-roberts-ataque-paris-falsa-ba...).
Un último brochazo incorrecto, Thierry Meyssan, franco-argelino de la Red Voltaire, en ¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo?- La misión del comando no coincide con la ideología yihadista (http://www.voltairenet.org/article186413.html) dice: “Objetivo de la operación (ha sido) favorecer el inicio de una guerra civil… (y) la estrategia del choque de civilizaciones (Samuel Huntington) fue concebida en Tel Aviv y Washington”. Y nadie puede tachar a Meyssan cristiano visionario y fascista. Merece la pena que lo lean, no les defraudará. Tampoco está de más recordar que, oficialmente, durante la pasada Nochevieja se quemaron en Francia 1.193 automóviles, 46 más que en 2009, el último año en que se publicaron datos sobre los “tradicionales” incendios de esa fecha, mayoritariamente ejecutados por oriundos o procedentes del Magreb; también que las redes sociales francesas se llenaron de mensajes que aplaudían la matanza primero, del estilo de “¡Estos hijos de puta lo tienen bien merecido!”, “Soy Muslim y amo a mi Profeta”, etc, para luego pasar a otros como “¡Gloria a los hermanos caídos!”, “¡Muertos como mártires!”, “¡Que Nuestro Señor Alá les abra las puertas del Paraíso!”, etc.., y que, según Le Figaro, “en un colegio elemental de Seine-Saint-Denis (suburbio parisino), al menos el 80% de los alumnos de una clase se negaron a efectuar el minuto de silencio (decretado oficialmente)”, mientras que en muchos otros fue interrumpido por los mismos gritos de “¡Alá es grande!”.
En Francia hay más de tres millones y medio de musulmanes, el 6% de la población (en España son casi dos millones, con más de 600.000 en Cataluña, la mayoría procedentes de nuestro amigo el reino de Marruecos); por cierto, casi nada se ha hablado de que en Ceuta se tiroteó un cartel y en Manresa un marroquí intentó arrebatar el arma a un policía al grito de “Alá es Grande y moriréis todos”. Europa no importa terroristas islámicos: los exporta. Todo muy en la línea del famoso Plan Kalergui: transformar Europa en un continente poblado por una raza mestiza sin identidad cristiana.
Merece la pena que reflexionen más allá de los tópicos que sirven los “media” al servicio del Nuevo Orden Mundial, es decir, la mayoría de ellos. Por no decir sobre cuántos presidentes franceses han venido a España para participar en manifestaciones contra el terrorismo etarra.
  Colectivo Alborán [*]. [*] ‘Alborán’ lo forma un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una cualificada experiencia militar y una notable preparación académica. A todos ellos les une un denominador común: el amor a España y la preocupación ante los acontecimientos que vive nuestra nación.