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Claves para elegir una caldera que te dure más tiempo

Descubre los consejos más útiles para elegir la mejor caldera y que funcione de forma adecuada durante más tiempo

Antes de comprar una caldera, es importante tener en cuenta una serie de factores para elegir la caldera más adecuada y que mejor se adapte a tus necesidades. No todos los hogares son iguales, y por ello, no todos necesitan el mismo sistema de calefacción. Debe tenerse en cuenta, por ejemplo, el lugar donde se va a situar la caldera, el número de habitaciones que tiene la vivienda o la zona donde se reside y sus necesidades climatológicas, entre otros factores. A continuación, te indicamos una serie de claves para elegir la mejor caldera para ti, que se mantenga el mayor tiempo en condiciones óptimas.

Tipos de caldera

En el mercado existen una gran variedad de tipos de caldera diferentes, según la fuente de energía que emplean, por lo que es convenientes conocer las características de cada uno, antes de decidirse a comprar uno u otro.

Las calderas de biomasa son bastante comunes en países del este, como Alemania o Austria, aunque se están estableciendo también de forma paulatina en España. Este tipo de energía presenta muchas ventajas, y además es una de las más ecológicas que se pueden encontrar. Los combustibles que utilizan las calderas de biomasa pueden ser cáscaras de almendra, leña, huesos de aceituna, pelles o incluso astillas de pino, todos ellos más económicos que los combustibles fósiles y además no contaminantes. Antes de adquirir este tipo de caldera, hay que asegurarse de que el rendimiento sea superior al 85% y que tenga las certificaciones convenientes, que garanticen su seguridad y buen funcionamiento. Es importante asegurarse de que las emisiones de CO2 no lleguen a los 200 mg/m3 y de que las emisiones de polvo no superen los 150 mg. También hay que tener en cuenta que es preciso tener bastante espacio en el hogar para que las calderas de biomasa se puedan instalar de forma adecuada y disponer de una chimenea, para que pueda salir el humo. Hay que fijarse además en que estén bastante automatizadas, ya que, de esta forma, el mantenimiento que se tendrá que realizar, será mucho más sencillo.

Las calderas solares son las calderas con la fuente de energía más ecológica que se pueden encontrar. La mayoría de las zonas del territorio español recibe radiación solar durante casi todo el año, por eso es un tipo de energía que se puede utilizar sin problema. También se puede usar como un apoyo a otro tipos de energía, si se considera que no va a ser suficiente. Si el diseño de la caldera solar, la instalación y el mantenimiento se realiza de forma adecuada, puede tener una duración de más de 20 años. Por otro lado, conviene tener a la mano un buen servicio de reparación calderas para contactar en cuanto la caldera presente cualquier problema, para que dure el mayor tiempo.

Las calderas eléctricas son las más comunes, gracias a que se instalan de una forma bastante sencilla, a que requieren de poco mantenimiento y a que son bastante seguras. No requiere de un mantenimiento de forma continua, aunque para que se mantenga en perfectas condiciones, se debe limpiar el filtro del aire de manera periódica. Este tipo de calderas no emiten gases contaminantes ni consumen oxígeno, por lo que se puede considerar una energía limpia. La instalación es una de las más baratas, aunque hay que tener en cuenta que la tarifa de la luz será más elevada.

En definitiva, se trata de una opción muy adecuada para zonas cálidas y también para instalar en segundas viviendas y en casas pequeñas, donde se necesita poca potencia para calentar el hogar. Para un buen mantenimiento y reparación cuando sea necesario, se puede acudir a un fontanero o a un experto en calderas. En fontanero Madrid se pueden encontrar profesionales perfectamente cualificados para realizar reparaciones de calderas de forma eficaz.

Las calderas de gas son otro de los tipos de calderas que más se usan en España, gracias a que es una energía limpia, que no contamina y a que es bastante eficaz. El gas natural es muy adecuado, ya que no es necesario preocuparse por el almacenaje, aunque conviene más para las zonas de ciudad porque el suministro no suele llegar a otras zonas. El gasóleo C, por el contrario, resulta más peligroso y contaminante. Para las zonas rurales o los pueblos, la mejor opción es el gas propano, que tiene una potencia calórica muy similar al gasóleo, aunque es algo menos seguro que el gas natural, ya que debe mantenerse almacenado en depósitos, normalmente fuera del hogar. Para este tipo de energía, se utilizan radiadores, que hacen que el calor se distribuya de forma muy homogénea y llegue a todas las partes del hogar.