La gran oferta de cultura y ocio, sus playas paradisíacas, un clima tropical con largas horas de sol, sus parques naturales o su sabrosa gastronomía son algunos de los reclamos de Tenerife. Ahora bien, la concentración del turismo en la isla tiene nombres propios: Icod de los Vinos con su drago milenario, el Parque Nacional del Teide, el Puerto de la Cruz, la capital (Santa Cruz) y los acantilados de Los Gigantes. Ahora bien, más allá de estos enclaves muy populares, el territorio insular alberga un buen número de lugares de interés que no todos conocen. A continuación, tratamos de descubrir cuatro de ellos.

Para comenzar, los parajes salvajes no se reducen a los alrededores del Teide. En este sentido, rescatamos San Telmo (Puerto de la Cruz), la Playa de la Tejita (situada en la localidad sureña de El Médano) y, sobre todo, el Parque de Los Lavaderos (al norte), probablemente el entorno natural más ignoto. Hablamos de un área abierta al océano Atlántico y que cuenta con unas vistas insuperables del Teide. En definitiva, uno de los mejores miradores de Tenerife, donde disfrutar de puestas de sol difícilmente olvidables.

Antes de proseguir con nuestro itinerario, especialmente para aquel lector que quisiera descubrir nuestras propuestas en pocos días, es recomendable contratar un vehículo propio. Esta es, sin duda, la mejor manera de movernos con libertad de horarios y comodidad por la isla. De este modo, una solución inteligente es alquilar una moto en Tenerife con Cooltra. Se trata de una compañía que cuenta con tienda físicas y que, igualmente, da la opción de gestionar las reservas en su portal online.

De esta manera, desde Los Lavaderos conduciremos unos 55 kilómetros hacia el oeste, bordeando la costa norte, hasta llegar a Masca, un caserío enmarcado en el municipio de Buenavista. Allí conviene pasear por sus calles y terminar comiendo en alguna de sus terrazas y, al ser posible, probar un auténtico pollo al salmorejo. Asimismo, los viajeros que acuden a Masca suelen dedicar la jornada a transitar la ruta del Barranco de Masca. Esta desemboca en una playa, donde el lector podrá tomar un barco que le acerque al Acantilado de los Gigantes.

Ahora, más que a un único lugar, nos referiremos a una denominación: guarchinches; locales en los que degustar tanto platos típicos como el mejor vino, y siempre en ambientes familiares, desde habitaciones de particulares hasta garajes. Afortunadamente, localizamos muchos a lo largo y ancho de Tenerife y con nuestra scooter podremos acceder fácilmente a todos ellos: El Corral de Antonino (situado en Llano del Moro), La Palmera (en El Sauzal), los de Santa Úrsula (la cuna del guarchinche), o los establecimientos Casa Yayi y Martes Trancao (ambos ubicados en La Matanza de Acentejo).

Para terminar, recomendaremos tres hermosas playas de arena negra que tal vez el lector desconozca. Estas se encuentran en el valle de la Orotava (en el centro-norte insular). Son las de Ancon, Los Patos y El Bolullo. De las tres, esta última es la única que dispone de bar. Eso sí, todas constituyen espacios ideales para pasar un día de picnic.